Un encuentro caótico. (1)

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NOTAS: me desperté temprano y dije aún me da tiempo de actualizar. Disfruten debería hacer parte dos de este drabble?

GuanShan se había paseado por el centro comercial por más de media hora, se había comprado un helado y quería seguir perdiendo el tiempo. Pero sabía que no podía posponer aquello, por lo que mejor se decidió a hacer lo que había venido a hacer a el centro comercial... comprar unos pantalones.

Una ardua tarea para alguien de 17 años con poca sensibilidad para la moda. Su madre siempre lo había acompañado a hacer tales cosas, pero al ser un adolescente estar acompañado de su madre para comprar un pantalón lo apenada sobremanera.

Por lo que solo tomó el dinero que su madre le dio esa mañana y fue en busca de dichosa prenda. Entró a la tienda y se dirigió rápidamente al área de ropa masculina. Se paseó por entre los estantes mirando toda clase de pantalones de diferentes diseños y colores. Sus cejas se juntaron y su cara demostró frustración, se preguntó cómo es que no podía usar su uniforme toda la vida.

Por fin se decidió por un par de pantalones negros, los tomó y se dirigió al probador, una linda chica estaba en el mostrador acomodando más ropa lo miro y le sonrió.

-¿Sólo te vas a probar eso? - le dijo señalando el pantalón Mo se sonrojo y asintió con la cabeza sin decir nada más. La pequeña chica lo invito a seguirlo. El probador era enorme con múltiples pequeños cuartos con lindas y largas cortinas. La chica abrió uno de los cubículos y lo hizo pasar.
-Aquí puedes cambiarte, si necesitas algo sólo háblame ¿de acuerdo? - Y de nuevo el pelirrojo sólo pudo asentir. La chica cerró la cortina y Mo se quedó sólo en el pequeño cuarto bien iluminado con el gran espejo que reflejaba su cara enojada. Suspiro y decidió darse prisa se quitó los zapatos y el pantalón. Su torpeza se vio reflejada en el Mo del espejo que imitaba todos sus movimientos, le dio la espalda y siguió colocándose los pantalones negros. Los subió a la fuerza por sus lindas piernas y tarde se dio cuenta de que aquella talla era la incorrecta. El cierre ni siquiera pudo cerrar. Le apretaba como el infierno su zona más delicada.

-"Idiota"- se dijo a si mismo e intento quitarse la prenda pero por más fuerza que utilizo y después de múltiples intentos jalando; se vio en un gran aprieto. Gruño y bajo los pantalones como más fuerza, pero un sonido de ropa rompiéndose hizo que se detuviera. Si seguía así rompería la prenda. Se lo pensó: mejor pedir ayuda. Sus mejillas se tiñeron de rojo imaginando a la linda chica ayudándole con su problema. Pero no había otra opción, así si ella rompía el pantalón sería su problema no el suyo. O algo así.

Asomó la cabeza por entre la cortina. Pero no había nadie. Se aclaró la garganta.

-Disculpa - gritó - necesito un poco de ayuda-

-¿En que lo puedo ayudar?- Shan sobresalto y se giró. Un chico alto vestido con el uniforme de la tienda salió del probador contiguo.

El pelirrojo se quedó sin palabras.

-Yo... - trago saliva El chico pelinegro levantó una ceja. Tomo la cortina y la abrió. Shan dio un paso atrás y casi perdió el equilibro al tener el pantalón negro a mitad de los muslos. Su colorida ropa interior casi a la vista.

-Ya veo- dijo el chico cuyo nombre de leía en su gafete "HeTian"- Se encuentra en un gran aprieto-

Entró al pequeño probador cerrando la cortina a su espalda y empujó a Guanshan contra la pared. Acto seguido se hinco frente a él y puso sus manos a cada lado de la cintura de Mo.

La cara de Shan se volvió rojo brillante.

-¡Espera!-

Pero Hetian no espero sus dedos fríos hicieron contacto con la suave y nívea piel de las piernas de Mo y jalo el pantalón hacia abajo. Shan ahogó un gemido.

-Está casi fuera - respondió el chico pelinegro y le sonrió.

-De acuerdo- murmuró Shan agobiado. Hetian jalo más y pronto el pantalón cedió y bajo hasta sus rodillas.

-Bien- GuanShan desvío la mirada hacia el espejo y casi se desmayó, desde ese ángulo parecía estar recibiendo una mamada de parte del otro chico. El chico alto se paró lo tomó del antebrazo y lo sentó en el pequeño banco que había dentro del cubículo. Levantó las piernas del pelirrojo y de un jalón lo liberó del pantalón.

-Listo- y le sonrió -Necesitas una talla más grande ¿quieres que la consiga?-

Shan desvío la mirada.

-De acuerdo...- musito mientras sus mejillas seguían ardiendo.

Hetian sonrió de nuevo.

Sólo un par de palabras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora