Sabía que se enfadaría, es decir, no hace falta ser muy inteligente para entenderlo. Genial Joshua, siempre tienes que meter la pata en todo. En fin. Vale, sí, volviendo al tema que nos preocupa, es que sabía perfectamente que estaría molesta, lo que no sabía es que mi nombre iba a ser pronunciado desde la puerta del instituto. ¡Wow! Esa chica tiene genio. Estaba viéndola en el comienzo del pasillo, con un par de arrugas marcadas en la frente debido a la posición de enfado de su nariz y sus nudillos estaban completamente blancos a causa de la fuerza que ejercía en sus manos. Aún así sigue siendo preciosa. Espera, ¿qué?
-¡Tú, Joshua!-tierra querida, trágame. Nunca nadie se había armado de valor para hablarme así. ¡Oh, oh! Que viene. Prometo que ya estaba organizando un mapa en mi mente del instituto para irme de este lugar.
-¡Eres imbécil! Intento ser amable, me preocupo por ti, intento que nos llevemos mejor, que no tengamos problemas porque para tu información, ¡estoy sentada a tu maldito lado y voy a estarlo todo el curso! ¿Y qué recibo a cambio? Silencio, indiferencia y una jodida carta que dice que tengo la camiseta del revés. ¿Me ves con cara de estúpida o algo? ¿O es que merezco ser tratada como si fuera la última mierda del lugar?-me daba mucha pena, de verdad que sí y si por mí fuera le abrazaría y le pediría perdón todas las veces que fuera necesarias, pero no puedo, no debo. Por eso moví mis brazos con indiferencia y volví a clase.
- ¡Qué te jodan!- ¿podían doler tanto tres palabras? Su voz había sonado tan desesperada y todo por mi culpa. Había visto a gente sufrir por mi culpa, seré sincero, pero nunca había visto a alguien tan destrozado por mí. Supongo que ese rastro de Joshua siendo adorable que queda dentro de mí fue el que actuó y tomó su mano para llevármela de aquí.
Luna no paraba de preguntarme hacia donde nos dirigíamos, tenía miedo aunque sabía que nunca lo iba a admitir. Posiblemente llegaremos unos minutitos tarde a la primera clase oficial de todas y que eso originaría demasiadas historias inventadas por el resto de personas, algo a lo que no me podía arriesgar, debía ser rápido. Tampoco puedo permitir que llamen a casa, nunca lo han hecho fuera del tema "medicinal" y no quiero que ellos se preocupen más de lo necesario.
Caminé con paso decidido hasta que llegué a los baños de la última planta los cuales deben permanecer cerrados ante la entrada de cualquier persona, cualquier persona que no sea yo. El mismo señor Wembley me dio las llaves del lugar, necesitaba un lugar donde esconderme a comienzos de año debido a que aún no llevaba muy bien mis ataques de pánico en clase. Aquí es donde pasaba la mayor parte del tiempo, las horas libres, incluso los recreos.
Accedimos al baño dejándola a ella primero para así poder cerrar la puerta. Sabía que tenía miedo, me miraba de forma temerosa aunque todo rastro se eliminaba cuando yo hacía contacto visual con sus ojos. Estupendo, ya estamos aquí, ¿y ahora qué? Piensa en algo, no puedes ser tan inútil.
-¿Se puede saber qué quieres?-ahora mismo lo único que quiero es darte las gracias por haber comenzado tú a hablar- Las clases van a empezar dentro de nada y no quiero dar una mala impresión o que llamen a casa- se había convertido en un hilo su voz aunque intentaba hablar de forma segura, algo que no le había funcionado. Comencé a caminar hacia ella de nuevo, con la mirada clavada en sus ojos intentando buscar algo de pavor que me anime a seguir siendo el chico duro que normalmente suelo ser. Sin embargo, mi cuerpo y general todo mi ser es totalmente diferente cuando ella está involucrada. Alcé la mano y despeiné su cabello provocando un pequeño grito de su parte. Como acto reflejo le tapé la boca haciendo que se callara y respirara, no quería que nadie supiera que tenía las llaves de aquel lugar. Me alejé para que pudiera estar tranquila y justo en el momento en el que el timbre sonó, coloqué mis manos juntas en forma de perdón y sonreí por primera vez para ella. Lo que no sabía es que esta sonrisa me iba a costar muy caro
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Silence
FanfictionJoshua se había convertido en el chico más frío de todo el instituto y eso hacía que fuera el chico del que toda persona se enamoraba. Sin embargo, en el pasado él era el chico más sonriente de todos y el que más hablaba, hasta que perdió lo más pre...