Hacía ya tiempo que estaba despierto. Esta noche no he dormido lo que se dice muy bien puesto que mi barriga no paraba de decirme que lo que menos deseaba estaba por llegar. Aquel día que estaba marcado en el calendario de la cocina y en el de la habitación y en el del salón...
Había apagado la alarma con simplemente despertarme, sabía que no iba a dormirme de nuevo, la mente puede jugarte una mala pasada cuando menos lo esperas. El uniforme estaba bien colocado en la percha que colgaba de la puerta del armario. Parecía que me observaba de forma maligna y que estaba deseando de ser colocado en mí. Mi cuerpo dolía con sólo verlo, por esa misma razón me tomé mi tiempo en vestirme, porque a decir verdad, iba bastante bien de tiempo, cosa que pocas veces ocurren. Salí de la habitación intentando hacer el menos ruido posible, aunque no sirvió de mucho, ya que mi madre ya me esperaba con los ojos pegados aún por el sueño y la falta de tiempo para lavarse la cara. Le hice algunos gestos para que entendiera que debía volver a la cama, no necesitaba que me hiciera unas tostadas, ya había aprendido a hacerlas por mí mismo aunque algunas salieran algo quemadas durante la práctica.
Tomé las rebanadas de pan y las coloqué en la tostadora como cada mañana hacía. Mientras que pasaba el tiempo, me senté en el taburete que se encontraba cerca de la encimera, es cierto que el tiempo pasa más lento cuando tienes muchas cosas en la cabeza que no quieres pensar. Mi mente era un auténtico caos ahora mismo, simplemente al pensar que un gran número de chicas nuevas van a llegar al instituto y el miedo que tengo a enamorarme es incalculable. Lo sé, lo sé. Mi imagen no es precisamente de un chico que se preocupa de si se va a enamorar, más bien es de un chico que quiere ligarse a cada chica que pasa por delante, chica, chico o cualquier cosa que se mueva. Sin embargo, esta imagen que me asignaron hace ya unos años no tiene nada que ver con lo que soy por dentro. Tengo miedo de no ser suficiente para alguien, de hacerle daño o incluso peor, que esa persona se aburra de mí y se marche. Todos mis pensamientos fueron interrumpidos por el maldito sonido de la tostadora que me ofreció un magnifico desayuno que una vez finalizado, marcaba la hora de salida.
El camino se hacía más ameno con mis auriculares en mano y si alguien se animaba a tomar uno de estos podía sentirse sumamente sorprendido al escuchar Sunday Morning. ¿Y ahora quién es el chico frío, eh?
Poco a poco, chicos y chicas con mi mismo uniforme, paseaban a mi alrededor, unos con más alegría que otros y algunos transportados en coche, algo que me recordaba que ya me quedaba sólo un año para poder sacarme el carnet de conducir. Yo mientras tanto, deseaba con todo mi corazón que este infierno terminara cuanto antes. Primer día de clases y ya quieres que termine, eres un crack compañero. Admiro, sin embargo, a todos los que se encuentran a mí alrededor, para ellos es sencillo la vida que llevo, no tengo que relacionarme con nadie cuanto menos preocuparme, lo que es completamente falso porque me tengo que preocupar por alguien mucho más complicado de sobrellevar, me tengo que preocupar de mí mismo. Yo era ese chico "cool" sin haberlo pedido, hubiera preferido ser cualquier cosa menos eso, es demasiada presión para mí.
Nada más entrar por la puerta el timbre sonó. ¡Uy, a esto lo llamo ser puntual! El profesor ya había llegado a clase y nos esperaba a todos en la puerta. Comenzó a pasar lista y mientras nombraba a cada alumno, lo iba asignando en un lugar. Os explico, el señor Wembley ha sido mi tutor desde el año pasado y no esperaba encontrármelo de nuevo, no me malinterpretéis, le tengo mucho cariño, ya que me ha ayudado mucho al saber de mi problema pero dijo que estaba tan harto de la organización del centro, que se marcharía en cuanto pudiera.
-Joshua Jisoo Hong- y ese soy yo. Con una mirada me demostró lo contento que estaba de volver a verme y sin más entré en clase. Eh...¿qué es esto? La clase constaba de mesas pegadas formando parejas. Debía ser una broma de mal gusto, no podía estar pasando esto. ¡Perdona, me cambio de clase! Pero señor Wembley yo confié en ti.
-Luna Lee Evans- la chica apareció entre todos, su pelo rubio con raíces de un tono más oscuro se distinguía entre tanto castaño. Era diferente al resto de, no solo de chicas, sino de personas de aquel instituto. Santa Virgen María ayúdame. Que no la coloquen cerca de mí. ¡Bingo! Le tocó justo en el asiento de al lado. Señor Wembley, cada vez me cae usted peor.
(^)
Me gustaría dedicar este capítulo a una de las personas que más feliz me han hecho en estos últimos meses. Es una amiga muy importante para mí y como no puedo regalarle algo en persona he decidido escribir este fic como regalito uwu espero que te guste y os guste a tooodos los que me estáis leyendo ily woozimin <3
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Silence
FanfictionJoshua se había convertido en el chico más frío de todo el instituto y eso hacía que fuera el chico del que toda persona se enamoraba. Sin embargo, en el pasado él era el chico más sonriente de todos y el que más hablaba, hasta que perdió lo más pre...