Sobbing

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La noche se había apoderado por completo de las calles de la ciudad provocando nuestra vuelta a casa. La verdad es que poco fue lo que hablamos en el apartamento pues estábamos tan cansados que nos tomamos una ducha y nos fuimos a la cama sin pensar mucho en nuestro estómago casi vacío, algo tan extraño en mí.

Luna y Penny compartían habitación dejándome a mí en la habitación contigua a la suya. El aire frío de la calle se colaba por los pequeños huecos de la ventana. No me quejaba de este pequeño detalle pues amo el invierno y amo, además, el meterme entre las sábanas protegiéndome de todo frío que hay en el exterior. La zona donde nos estábamos hospedando era realmente tranquila, pocos coches pasaban por la zona y sólo podía escuchar el ruido de los pequeños bichos que intentaban no morir congelados en los arbustos del pequeño jardín que poseía la casa de nuestros vecinos o al menos eso quería creer.

Todo estaba de lo más común, sin embargo, un pequeño llanto me despertó de mi sueño, dudando por un momento de dónde provenía realmente. Me levanté de la cama lo más silenciosamente posible como si viniera en algún lugar no escrito que era necesario no hacer ningún ruido. Intenté que la puerta no sonara demasiado al abrirse y parece que mis visitas a la cocina en la madrugada cuando era pequeño, sirvieron para algo al fin y al cabo. Anduve por todo el apartamento, hasta que llegué a la ventana que daba a las escaleras de incendios del salón. Allí era de donde provenía el llanto y se me rompió el alma al darme cuenta de que era Luna, porque a pesar de ser la que menos ha llorado durante nuestras noches en vela en búsqueda de alguna pista y la que nos ha animado con pensamientos positivos en esos días, ella también ha sufrido en silencio.

Me acerqué lentamente, sentándome en un escalón más arriba que el de ella para no agobiarla con mi presencia.

-¡Oh! ¿Te desperté?-Luna secó sus lágrimas rápidamente intentando actuar como si realmente no hubiera estado llorando.

-No, no, tranquila. Yo, simplemente, necesitaba algo de aire fresco-ella asintió, pero su rostro aún tenía ese rastro de culpabilidad que tanto me mataba.

-Oye, Joshua. ¿Te puedo preguntar algo?-asentí como ella había hecho segundos antes, dando pie a que siguiera con su duda-Tú crees...pues eso, ¿que Seokmin va a volver con nosotros?- ¿y qué se supone que debería decirle? Lo menos que quiero es herirla pero tampoco le quiero mentir sobre lo que pienso.

-No quiero mentirte, Luna. También he pensado en eso y aunque intento decirme que va a venir y que todo va a ser como antes, no creo que sea así. Él...él tiene aquí a lo más importante en su vida y entiendo que quiera recuperar el tiempo perdido. Yo haría lo mismo y no se lo podría reprochar-la noche parecía que se había vuelto más oscura. Un par de nubes estaban tapando la luna que nos iluminaba y las estrellas habían perdido un poco de luz.

-Eso mismo había pensado yo pero tengo miedo. Penny realmente quiere mucho a Seokmin, no sé cómo lo tomará-sentí una ráfaga de tristeza. Luna seguía preocupándose por el resto a pesar de tener sus sentimientos pisoteados al igual que todos.

-No tienes que preocuparte por nada. Estamos aquí para ayudarla. No sé mucho de rupturas de corazón pero puedo leer algo en Internet como la lista esa de cien cosas que hacer cuando tu amiga ha perdido al amor de su vida-provoqué una pequeña risa por parte de Luna y ya me sentía victorioso.

-¿Qué voy a hacer contigo, Joshua?-me venían muchas cosas a la mente, como que salieras conmigo, como que te dieras cuenta de mis sentimientos por ti o que mágicamente sintieras lo mismo que yo. "Por cierto, a mí no me engañas, a ti te gusta Luna así que espero que le des una buena impresión a tu futura familia". Recordé como un estúpido las palabras de Seokmin y como me había leído con una simple acción.

-Podrías abrazarme, creo que a los dos nos vendría bien-sus mejillas se tiñeron de un rosa suave pero subió el escalón que nos separaba y se acercó a mí. Mi brazo rodeó su cuerpo y su cabeza estaba apoyada sutilmente en mi hombro, tan suavemente que me hacía cosquillas en el cuello.

-Todo saldrá bien, no te preocupes-ella asintió y el aroma a flores de su cabello inundó mi ser, rezando porque quería que este momento nunca acabara.

A diferencia del día anterior, el sol brillaba con fuerza. Habíamos decidido que nos veríamos para desayunar todos juntos en casa de Yuna, por lo que pasamos por el supermercado para llevar algo y no ser tan molestia. Penny parecía una niña pequeña a la que le han dado un caramelo desde que se despertó. El humor de la chica había cambiado drásticamente desde que llegamos aquí y vimos a Seokmin. Si el chico no notaba lo loquita que estaba por él, no sería yo el único estúpido del grupo.

Naia nos regañó cuando entramos con las bolsas de comida, ya que para ella no había cosa que le molestara más que el resto se gastara el dinero cuando ella podía hacerlo. Intenté explicarle que algo debíamos hacer y no quedarnos con los brazos cruzados al ser los que estamos interrumpiendo la tranquilidad de su casa. Su respuesta fue que nunca había tranquilidad en el hogar y no pudimos parar de reír por minutos.

El desayuno fue acogedor y divertido, sobre todo cuando los hermanos decidían juntarse y contar alguna travesura que habían hecho antes de separarse por tanto tiempo. Hubo momentos emotivos al contarnos cómo fue el encuentro de ambos hacía unos días y a pesar de que estábamos conmovidos, no se iba a escapar de nuestro enfado por dejarnos así sin contarnos a dónde iba o si necesitaba algo. Aunque nuestro enfado se fue rápidamente porque, ¿quién podría estar enfadado con alguien como Seokmin?

Nos tocó a Seokmin, a Jihoon y a mí lavar los platos, puesto que las chicas estaban demasiado ocupadas viendo los álbumes de fotos de cuando Seokmin y Yuna eran pequeños. No hacíamos mal equipo, ya que mientras yo lavaba, Seokmin secaba y Jihoon guardaba. Ojalá Seokmin volviera e hiciéramos esto como antes, todos los días.

-Bueno, Joshua. Cuéntame, gracias a mi perdida, ¿te has unido más a Luna?-le miré como si hubiera matado a alguien, teniendo en cuenta que apenas él sabía sobre mis sentimientos y Jihoon estaba allí.

-Espera, ¿te gusta Luna?-dijo Jihoon tirando el tenedor que tenía en sus manos, al suelo. 

 

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SilenceWhere stories live. Discover now