Prólogo

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Joshua fue desde siempre un chico bastante feliz, algo tímido, pero sobretodo, desprendía luz por donde pasaba. Todo cambió en el momento en el que lo que más feliz le hacía se acabó marchando de su lado. Aquella luz que tanto amaban todos, comenzó a apagarse hasta tal punto, que lo único que desprendía era un aura oscura y triste. Intentaron de todas las formas hacer que se animara pero nada hizo que el alegre Joshua volviera. Su risa ya no se escuchaba y sus ojos brillando desaparecieron por completo. Con todo esto, su voz también se fue debido al trauma que tenía, no quería hablar, se negaba en rotundo. Sus amigos comenzaron a alejarse de él en vez de apoyarle cuando más lo necesitaba, aunque él nunca los culpó, ya que "cuanta menos gente tengas a tu alrededor, a menos gente echarás de menos cuando ya no estén" y esa era la ley que seguía.

Su niñez la había pasado en psicólogos que tenían incluso más problemas que él. Su vida había cambiado por completo, ya que había pasado de ser el niño bueno del que los malotes del instituto se reían, a ser uno de ellos. Todo el mundo lo respetaba y le tenía algo de miedo. Había aprendido que sin hablar había ganado el respeto de cada uno de los estudiantes. Cada año que pasaba, más atractivo se volvía y más chicas y algún que otro chico dejaban cartas dentro de su taquilla reconociendo que le querían. Sin embargo, aquel chico del que todos hablaban tenía un gran miedo y era enamorarse, pues si lo hacía no podría hacerla feliz. ¿Cómo se comunicarían si no podía hablar? ¿Superaría su trauma? ¿Ella se cansaría de él? Por eso debía ser frío y hacer que todo el mundo lo tuviera como el chico increíble y rezar cada día para que nadie descongelara su corazón.

SilenceWhere stories live. Discover now