Kiss

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Parecía como si la noche se hubiera hecho más brillante ahora. Sentí la temperatura subir en mis mejillas y podía jurar que estaba más rojo que Luna en ese momento.

Luna.

Dios mío. La mismísima Luna había dicho que estaba enamorada de mí y con eso ha bastado para convertirme en el hombre y posiblemente, el ser más feliz del planeta. Esa chica distinta al resto, aquella chica que tanto miedo tenía al principio, es la misma que está aquí sentada junto a mí, revelándome sus sentimientos. Recuerdo cuando la vi la primera vez, ese día me di cuenta de que ella me iba a cambiar la vida por completo y yo mismo temí tener razón pero, joder, se siente tan bien que lo haya hecho. No sabría qué hacer sin ella si llegara a alejarse, no sabría cómo continuar mi vida sin sus momentos algo locos o sin sus noches de mascarillas con forma de animales- es demasiado vergonzoso comentar esas noches, así que pasemos de largo.

"Así que espero que cuando todos movamos nuestro culo fuera de aquí, te acerques a ella y le zampes el beso más romántico que nunca haya tenido, con suerte, no te pegará tan fuerte como a mí."

¿Era posible sonrojarme más todavía? La respuesta es sí. Las simples palabras de Jihoon aparecieron por mi mente para atormentarme el momento que tanto estaba disfrutando y ahora Luna me está mirando como si estuviera completamente loco que es posiblemente lo que mejor me defina en este momento. Comenzó a reírse y sin entender muy bien el porqué me contagió a mí también, porque eso es lo que ella provoca en mí, ser la persona más sonriente del planeta si la razón es su felicidad.

-¿Qué pasa?—pregunté cuando la risa aumentó y yo ya estaba pensando que tenía algo en la cara, no era de extrañar, siempre me pasa en los momentos menos indicados.

-Sólo... Ahora, ¿qué? Somos dos personas que se han dicho lo que se sienten y que se han puesto más colorados que un tomate y que no saben qué deben decir ahora—en realidad, tiene toda la razón. ¿Debería pedirle ser mi novia o le molestaría que fuera tan rápido? Los libros que he leído sobre relaciones amorosas no están ayudando en lo más mínimo. Piensa, Joshua. ¿Qué haría el protagonista de la historia ahora?

-Joshua—Luna llamó toda mi atención porque nunca me voy a acostumbrar a lo bonito que suena mi nombre en sus labios—Sólo dilo—dijo riendo, como si pudiera leer todo lo que estaba pensando y toda la pelea mental que tenía conmigo mismo.

-¿Quieres salir conmigo? Pues, eso... Como mi novia—ella suspiró aliviada y asintió como si hubiera estado esperando este momento desde hace tiempo. Mi cuerpo entero se sintió como si pesara diez kilos menos con sólo verla de esa forma, en realidad, con sólo verla feliz hace que mi cuerpo se sienta más liviano.

-¿Sabes?—comencé hablando. Posiblemente me iba a arrepentir de lo que iba a decir, sin embargo, para algo existe el riesgo, ¿no?—Me dijo Jihoon que le pegaste cuando te dio el beso en la mejilla. Me pregunto si harás lo mismo conmigo.

-Contigo, no sería en la mejilla—me giré completamente para mirarle a los ojos aunque estuviera mirando hacia otra dirección avergonzada.

-¿Qué?—muchas veces me pregunto cómo puedo ser tan listo para algunas cosas y luego no poder entender una simple conversación. Creo que necesito que me expliquen con detalle todo, ya sabéis, para no hacerme falsas ilusiones. Sé perfectamente a lo que se refiere Luna con esa frase pero, simplemente, no me creo que esto esté ocurriendo de verdad.

-Sólo, bésame—una pequeña alarma sonó en mi cabeza. Mi mente era un auténtico caos en este momento, como si no supiera cómo debía mover mi cuerpo o cómo debería acercarme a ella. Se veía tan pequeña abrazadas a sus piernas, con el cabello apoyado perfectamente en su espalda, su cara apoyada en sus rodillas y sus ojos brillando por las estrellas.

Y ocurrió. Mi cuerpo se tranquilizó cuando pensé que ella también quería esto y que lo estaba esperando tanto como yo. Mi mano pasó por su cabello, acunando su rostro como si fuera lo más delicado que jamás haya tocado. Nuestros rostros se acercaron hasta que mi frente se encontró con la suya. Rocé su nariz, primero en un toque tímido y luego para quedarme apoyado completamente en ella, disfrutando de la cercanía. Su respiración, al igual que la mía, era nerviosa, sin embargo, la ligera sonrisa que me estaba regalando, me dio la señal que necesitaba para acortar las distancias. Puedo prometer que vi el cielo justo cuando nuestros labios se juntaron. Fue demasiado tímido y delicado por ambas partes, como si nos fuéramos a asustar con la rapidez.

-Dime que no estoy soñando—susurró en mis labios y aquella imagen tan dulce me hizo tomar sus labios con más seguridad pero con la misma delicadeza, grabando en mi mente, el mejor momento de mi vida, con fuego.



Aquella mañana se había presentado como el resto, algo fría pero soleada por suerte. Sin embargo, algo había cambiado, más bien, mi vida lo había hecho por completo. Todo porque, al salir de la habitación, vi a Luna sentada en el sofá viendo algo en su teléfono y recordé lo que había pasado esa noche. Al principio, pensé que había sido un sueño y que en realidad nada pasó, sin embargo, cuando ella me vio, sus mejillas se sonrojaron y se acercó a mí para dejar un rápido beso intentando que Penny no nos viera. ¿Es así como te reciben en el cielo?

 ¿Es así como te reciben en el cielo?

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