Joshua se había convertido en el chico más frío de todo el instituto y eso hacía que fuera el chico del que toda persona se enamoraba. Sin embargo, en el pasado él era el chico más sonriente de todos y el que más hablaba, hasta que perdió lo más pre...
El ambiente es completamente diferente a lo que estoy acostumbrado a ver, incluso la temperatura lo es. El camino al apartamento resulta cómodo y divertido, a pesar de que me pude percatar de la forma en la que Jihoon no para de mirar a Luna. Una sensación realmente incómoda surge por cada vena de mi cuerpo y recorrer cada parte de este, haciendo que mi forma de ser esté más apagada que de costumbre. Hay algo más, no soy el único que se siente de esta manera. Me he dado cuenta de la mirada de Naia hacia el chico, puede que me esté equivocando pero puedo llegar a la conclusión de que la joven está enamorada de Jihoon. La comparación entre ambos es impactante, debido a la diferencia de altura. Ella es muy alta y bonita, estaba seguro en un principio de que Jihoon era su novio por la forma en la que se comportaban aunque dudo ahora mismo que lo sean. Él era bajito, ancho de espaldas y un rostro característico, sus expresiones podían ser frías, sin embargo, se volatilizan cuando sonríe y deja sus ojos en media luna a causa de sus mejillas. Yuna es bastante parecida a su hermano, incluso el sentido del humor es el mismo. Sus ojos también desaparecen cuando sonríe y tienen un lunar en la mejilla contraria a la de Seokmin. Es alta también, aunque su rostro pequeño hace verse mucho más pequeña de lo que es.
Todo fue demasiado rápido a partir de este momento. Las maletas ya reposaban en las camas de nuestro hogar por unos días y nuestros pies se movían de camino a la casa de las chicas donde aparentemente también había comenzado a vivir Jihoon. Las llaves se introdujeron por la ranura provocando que tomáramos aire Penny, Luna y yo. Todo parecía a cámara lenta hasta que por fin pudimos entrar. Nuestros nuevos amigos iban delante, guiándonos al salón donde nos sentamos esperando a que Seokmin saliera de la habitación.
-¡DK!-gritó Yuna, esperando la respuesta de su hermano tan impaciente como nosotros.
-¿Sí?-casi lloro cuando escucho su voz en la planta de arriba. La vivienda era realmente grande, teniendo en cuenta que una gran escalera, dividía el lugar en dos plantas. Pude notar como mi corazón se aceleraba con el sonido proveniente de mi amigo y me di cuenta de lo importante que se había vuelto ese chico en mi vida.
-¿Puedes venir? Necesito tu ayuda-intentó sonar lo menos ilusionada posible para que Seokmin no sospechara nada. Las escaleras comenzaron a crujir con el paso del chico quien bajaba con velocidad de dos en dos escalones. Los ojos de Penny comenzaron a cristalizarse igual que los de Luna, provocando que los míos también se tomaran la libertad de hacerlo.
-Coge las bolsas del salón y tráelas a la cocina, por favor-Seokmin estaba de espaldas a nosotros, el mismo que comparte cuarto conmigo, el mismo que hizo darme cuenta de mis sentimientos por Luna, el mismo que me apoyó en todo, el mismo amigo que llevo semanas sin ver. Nuestros ojos se encontraron primero y no podría explicar realmente con palabras lo que su mirada significa. Una mezcla de pensamientos tanto positivos como negativos pasan por mi mente porque aunque quiero mucho a Seokmin, aunque sea mi mejor amigo, me doy cuenta de que no volverá. Veo detrás de él a su hermana, a lo que quiere, lo único que tiene de su familia, la felicidad que tanto tiempo lleva buscando, por todo eso él no vendrá y joder, duele más de lo pensado.
-¿Joshua? ¿Luna? ¿Penny?-comencé a dudar de si realmente nos quería aquí, dijo que no lo buscáramos y es justamente lo que hemos hecho. Empiezo a temer a que se siente peor de lo que me gustaría y no quiero pensarlo, porque cuanto más lo pienso, más posibilidades hay de que esté en lo correcto. O al menos eso pensaba, hasta que gracias a los dioses, a la vida, a los astros o a lo que tú creas importante, nos abrazó como si hubiera sido una eternidad. Nos separamos un momento, llorando los cuatro como los estúpidamente sensibles que somos. Seokmin se acercó, otorgándome el gran momento de ser el primero al que le daba un abrazo por separado. Lo abracé tan fuerte que por un momento pensé que su cuerpo no llegaría a aguantar tanto. Lo abracé de la forma más especial que sé, transmitiéndole lo mucho que le he echado de menos este tiempo y que me siento el único culpable de la lejanía.
-Lo siento, lo siento tanto-repetía constantemente, mientras que él negaba con la cabeza en mi cuello. Luego pasó a Penny, quien era la que más estaba llorando. Su abrazo fue lo más conmovedor que he visto nunca, ya que los dos se veían como unos tontos enamorados típicos de película. Se susurraban te quieros amistosos pero que para cada uno de ellos, significaba algo más. Luna esperó a su turno, brindando a Seokmin su esencia, su verdadero ser, provocando esa felicidad en el rostro del chico que ella siempre consigue. Seokmin le daba las gracias a pesar de que Luna no sabía el porqué de agradecerle algo.
Y me di cuenta de lo que significa la amistad. Me di cuenta de lo que quiero y necesito a mi lado y de lo bonito que es sentirse querido.
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