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"A veces me hablo de ti"

Capítulo 01

El cielo tenía a su frente un sol enorme y caluroso que hacía que prefiriera estar en mi trabajo con la reencarnación del mismísimo diablo: mi jefe, que estar afuera sudando a más no poder.

"Cuenta las veces que has llegado tarde al trabajo, agrégale dos ceros a la derecha y descuentalo de tu sueldo"

Gritos, gritos y más gritos de mi jefe.

- ¿Qué acaso ese hombre nunca ha probado la felicidad? — pensé

- ¿Escuchaste Cuauhtémoc? — Otro grito más

- Sí, sí, lo que ordene jefe — regresé a mi puesto sin importarme lo enojado que estaba ese bueno para nada y atendí a varios clientes.

Llegó alguien que ya conocía, que probablemente ustedes también. Era él, el mismo chico de mi edificio vestido con una chamarra negra y unos jeans ajustados con su cabello, como siempre, despeinado.

- Buenos días Temo — me sonrió. Tenía esa voz que hacía que mis tímpanos bailaran cada vez que la escuchaba, él podría hablarme todos los días de mi vida diciéndome lo mismo y no me importaría con tal de sólo escuchar su voz.

- Buenos días Ari, ¿Lo mismo de siempre? — pregunté saliendo de mi transe.

- De hecho... — leyó los letreros que se encontraban arriba de mí — Es bueno cambiar la rutina — sonrió de nuevo.

-Que hermosa sonrisa tiene — pensé.
Del cien por ciento de las cosas que pensaba sólo lograba decir el veinte de todo lo que pasaba por mi mente. ¿Hasta cuándo tendrás valor Cuauhtémoc?

- Dame tu favorito — me miró

- Mi favorito es el preparado en casa — reí

- Exacto — sonrió — iremos a tomar un café mañana por la mañana en tu casa.

¿De verdad estaba pasando esto? ¿Este lindo chico se estaba auto-invitando a mi casa?
¿Sería esto una cita?

- ¿Lo dices de verdad? — estaba haciendo lo imposible por aguantar un grito de felicidad

- Claro que si, no hemos convivido mucho desde que llegaste al edificio y me gustaría conocernos mejor, se ve que eres un buen amigo y una nueva amistad jamás está de sobra — me miró fijo mientras sonreía.

- Que hermoso eres — ¡demonios!

- Muchas gracias, tú también lo eres — se sonrojó.

Esperen, paren todo, ¿Lo sonroje?
¿En serio dije eso? ¿Qué rayos me pasa?

- En fin, te veo mañana en la mañana, tocaré tu puerta, si llego tarde es por el tráfico — ambos reímos — Adiós Temo — se despidió al salir de aquel local

- Adiós Ari — me despedí aún sabiendo que ya se había ido y continúe trabajando.

Anoche te soñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora