"Llorar"
Capítulo 12
- ¡Temo! — Aristóteles gritaba desde la puerta de mi departamento. No le pienso abrir la puerta. Mis sentimientos y mi corazón se han cerrado para él — por favor déjame hablar contigo — me asomé por un recuadro puesto en la puerta y lo vi.
Con ojos llorosos y con el corazón arrepentido a flor de piel.Yo aún no me sentía bien.
Soy un chico de quince años que tiene el corazón roto.
Para algunos sonará ridículo pero el amor se presenta a cualquier edad y viene de la mano con la desilusión.
No viví el amor con él pero la desilusión está presente ahora.
Bien dicen por ahí: Es tan corto el amor y tan largo el olvido. [Pablo Neruda]- Dejá de ignorarme por favor — tocaba con más fuerza la puerta — quiero hablar contigo.
Me armé de valor y salí.
- Por fin sales — sonrió mientras se secaba una lágrima. No respondí — quiero hablar contigo y quiero pedirte.. — lo interrumpí.
- "Perdón"
- Sí, es lo que te iba a decir — rió de nuevo.
Aún con todo el dolor que me causaba seguía pensando que su risa era el sonido más bello que mis oídos pudieran escuchar.- Eso ya no tiene valor en ti — salí completamente y cerré la puerta — tus "lo siento" ya no valen, te has disculpado tantas veces que sinceramente ya no siento que lo digas de verdad.
- Estoy completamente arrepentido — tomó mi mano y llegó su padre.
"Aristóteles Córcega" lo hizo de nuevo, gritó tal y como aquella vez.
- Pa, yo no estoy haciendo nada malo — se puso nervioso.
- Ya déjame en paz — me solté de sus manos y me fui, estoy cansando de todo esto
Mientras abría la puerta y entraba, lo escuché gritar mi nombre.
Ya no regresaría a seguir sufriendo."Estoy completamente arrepentido" escuché en un susurro sobre mi puerta antes de cerrarla.
Quién sabe cómo le habrá ido con su padre. Estoy harto de tener que hablar con él y vivir con el temor de que alguien nos vea. Ya no quiero volver a esa escuela nunca más.
[....]
- Intentó pedirme perdón
- Te dije que volvería arrastrandose — Diego rió — es algo tonto pero sabe lo que vales.
- No lo dejé arrepentirse
- ¿Por qué? — puso una cara de confundido
- Porque ya me había pedido perdón antes de volverme a fallar. Sabes que yo no doy segundas oportunidades tan fácilmente.
- Eso lo tengo muy en claro — se miraba serio — Temo, tú y yo.. — lo interrumpí
- Tú y yo somos buenos amigos Diego — acomodé mi celular en el mueble para seguir hablando con él por videollamada — ya no le muevas
- Podríamos ser algo más que... — lo volví a interrumpir
- Sólo somos amigos — tomé algo de agua — sólo amigos
- Yo podría hacerte feliz, sabes que te quiero
- Sabes que te quiero más pero no como tú crees
- Lo sé, estás enamorado de Aristóteles — asentí — sientes que sólo existe tiempo para ti y para él, crees que él te va a dar la felicidad que mereces
- Tengo miedo de no poder ser feliz
- Podemos ser felices juntos — mi miró — sólo tú y yo.
- Diego, sabes que yo no...— me interrumpió
- Sé que tú no puedes corresponderme pero te juro que trataré de cambiar eso — miró hacia una pared de lo que parecía ser su cuarto — me tengo que ir Temo, tengo entrenamiento, te hablo al rato — me despedí y colgué la llamada.
Ojalá todos pudiéramos ser libres de sacar a relucir nuestras mentes con todo y nuestros pensamientos diferentes.
ESTÁS LEYENDO
Anoche te soñé
Short StoryQué no haría yo por darte un último abrazo. Qué no haría yo por tenerte conmigo otra vez.