Never dreamed of this. [AuronPlay]

vi.

-¿Entonces?- preguntó Sergio. 

Le di un sorbo a mi café. 

-¿Entonces qué?- respondí.

-¿Qué pasó con AuronPlay?- solté una carcajada.

-¿AuronPlay? ¿se puede saber de qué carajos hablas?

-No te hagas la listilla conmigo, Anastasia. Vi que saliste de la fiesta con él.- me miró serio.

-Estás mal de la cabeza, tío. En mi vida he escuchado ese puto nombre.- dije, y reí.

Estaba a punto de tomar otro sorbo de mi café, cuando él tomó mi mano y me lo impidió.

-Me dices en este momento qué pasó con él.- lo miré seria.- ¿Le contaste de nuestra banda? 

-Y yo que pensaba que me preguntabas por celos.- reí.- Pero claro, a ti no te interesa eso. 

-Joder tía, estarás muy buena, pero con AuronPlay no tienes ni una puta oportunidad.- lo miré, un poco enfadada.- ¿Le contaste o no?

Me levanté de mi asiento y cogí mi café.

-A ti te va valiendo lo que le haya contado o no.- Sergio me miró enfadado. 

-Eres una pesada, Anastasia.

Rodé los ojos. 

-Eso no piensa el AuronPlay.- él rió.

-Realmente piensas que me causas celos con eso. No, Anastasia. No lo haces.- lo miré enojada. 

-Como sea.- me dirigí a la salida de la cafetería. 

Escuché la risa de Sergio. 

-Oye, Anastasia.- volteé a verlo.- ¿Y el Auronplay éste te contó de su vida personal?- me di la media vuelta. Si éste gilipollas creía que me iba a sacar información de Raúl, estaba equivocado.- Porque estoy seguro que el tío tiene novia.- paré en seco. Me tenía que estar tomando el pelo. Raúl no tiene novia. No podía tener novia. No después de lo que pasó. Me giré a ver a Sergio, con un dolor en el pecho. 

-¿Y a ti qué cojones te importa lo que él me haya contado, eh?- le grité.- Si el tío tiene novia, lo felicito. A mí me la suda su vida amorosa.- dije, intentando convencerme a mí misma que era cierto. 

Sergió mostró una sonrisa. 

-Qué bueno que te la sude su vida amorosa, porque te recuerdo que tú también tienes novio. 

Me giré y salí del café. Auron no podía tener novia. No podía. Sí, la primera vez que nos vimos iba con una chica, pero no era posible que ella fuese su pareja. El tío se la ha pasado ligoteando conmigo, me ha besado. No es posible. 

Sentía un dolor en el pecho muy fuerte, y tenía ganas de llorar. ¡Joder! ¿Por qué tenía ganas de llorar? Si conozco a este tío de hace 2 semanas, 3 como máximo. 

Entré a mi coche y respiré profundamente. Me aguantaba las lágrimas, pero la garganta me dolía. El llanto era inevitable, iba a salir en algún punto. Entré a Instagram y busqué el perfil de Raúl. Nada, ninguna foto con ninguna chica. Ninguna muestra de cariño. Bajé y bajé, en busca de algo, o quizá, en busca de nada. No quería encontrar nada. Quería probar que lo que Sergio me había dicho era falso. Quería que esto fuera una puta broma de mal gusto. Seguí bajando, y finalmente, lo encontré.

Una foto con una chica. La misma chica de la cena. Le estaba besando el cachete a Raúl, y él tomaba la foto. Estaban en Italia. ¡Hostia puta, estaban en Italia! Se veían felices. La caption era un simple corazón y la bandera italiana. 

Sentí como las lágrimas caían. Sentí como mi corazón se rompía. Encendí el auto y manejé hacia mi departamento, mientras lloraba desconsoladamente. ¿Por qué me dolía de ésta manera, si no era nada de Raúl? Sí, nos besamos una vez. Una puta vez. Seguramente para él no significó nada. ¿Por qué cojones para mí había significado el mundo?

Llegando al estacionamiento me limpié las lágrimas, y me quedé mirando a la entrada del edificio. Puta entrada de mierda, no hace más que recordarme el jodido beso. Intentaba respirar para calmarme, pero era imposible. Estaba rota. Realmente rota. 

Bajé del auto y subí a mi departamento. No sabía qué hacer, ni a quién recurrir. La única persona a la que quería hablarle en ese momento, era la misma que me había causado este dolor. Me fui directamente a mi habitación, y lloré. Lloré lo que no había llorado en años. Lloré por todo, por tener esta vida tan jodida, por tener un novio que es un cabronazo de mierda, por no tener trabajo, por haberme enamorado de alguien que no se había enamorado de mí. 

Porque esa es la verdad. Raúl no se enamoró de mí. Y yo, de él, sí.