ix.

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-¡Ismael, cabrón, ven acá!- gritó alguien, y reconocí esa voz al instante.

Me giré para encontrarme con Raúl, con harina en todo el cuerpo. Se veía cabreado. Me miró. Movió la cabeza, en forma de saludo, y mostró una sonrisa triste.

-¡Joder Raúl, qué guapo te ves hoy!- dijo alguien atrás mío, mientras se carcajeaba. Lo volteé a ver, y me encontré a un tío de baja estatura, con barba y ojos verdes. Tenía tatuajes. No era feo.

-¡Pero tío, tengo una puta cita de trabajo hoy!- dijo Raúl, enfadado.

El chico de ojos verdes no paraba de reír, y Auron se sacudía la ropa y el cabello.

No sabía qué hacer. Una parte de mí quería correr hacia Raúl y besarlo, pero otra parte de mí estaba aún dolida por lo que había pasado. Raúl fue el que se acercó a mí.

-Anastasia, hola.- dijo.

-Hola, Raúl.- respondí.

El chico de ojos verdes corrió hacia nosotros, y cuando llegó dijo

-Raúl, ¿no nos vas a presentar?- dijo mientras se tocaba el pelo.

-Sí.- dijo Auron.- Ismael, Anastasia.- me señaló con la mano.- Anastasia, Ismael.- dijo, y yo lo saludé con la mano.

-Perdonad la fachas de Raúl, pero el tío no aprende a cuidarse de la bromas, lo juro.- rió Ismael.- Pero bueno, contadme, ¿de dónde se conocen?- preguntó.

Auron y yo nos miramos. ¿Qué se decía en una situación así?

-Nos encontramos en un restaurante una vez, y de ahí seguimos hablando.- hablé yo, finalmente.

El ambiente estaba lleno de incomodidad, e Ismael lo notó.

-Joder, ¿qué ha pasado entre vosotros, eh?- dijo, y Raúl y yo lo volteamos a ver.- Vamos, que tanta tensión tendrá que venir de algún sitio.

-Cierra la puta boca de una vez, tío.- dijo Raúl, molesto.

-Bueno, tus deseos son órdenes.- rió Ismael.- Raúl, ¿no tenías una cita de trabajo?

-Cierto, cierto.- recordó Raúl.- Me tengo que ir, porque el gilipollas este no sabe qué es el puto respeto. Nos vemos, Anastasia.- dijo mirándome.

Asentí, y se dieron la media vuelta. Se subieron a un auto, y se fueron.

En cuanto vi que habían desaparecido de mi vista, me lamenté el no haber hablado con Raúl. Pude haber arreglado la jodida situación en la que estábamos y no actué rápido. Otra vez, Raúl se había ido sin que hubiésemos hablado las cosas. Soy una idiota.

Cogí el móvil y busqué el contacto de Raúl. No sabía si marcarle, era una puta cobarde, pero es que, vamos a ver, ¿qué pasa si le marco y me dice que lo deje en paz? ¿qué pasa si no quiere arreglar las cosas? ¿qué pasa si ya no le importa? Sí, hace rato el tío me había hablado bien, pero eso pudo haber sido por puta cortesía, no necesariamente porque quería hablar conmigo. No quería parecer molesta, ni que estaba detrás de él todo el tiempo. Mis pensamientos se encontraban en un debate acerca de si debía hablarle o no.

Finalmente me decidí, y le marqué.

El teléfono sonó, una, dos y tres veces. Justo cuando estaba por sonar una cuarta vez, Auron cogió la llamada.

-¿Anastasia?- se escuchaba confundido.

-Eh, Raúl.- no sabía qué decir.- Me preguntaba si...- paré un momento para formular la oración.- me preguntaba si podíamos hablar.- dije, finalmente.

Auron tardó unos segundos en responder.

-Claro que sí.- dijo, y yo me alegré de escuchar su respuesta.- Ahora mismo me encuentro un poco ocupado, pero si al rato no tienes nada qué hacer, podemos vernos en una cafetería, o algo.

-Sí, está bien. ¿A qué hora estás libre?- pregunté.

-¿Te parece bien a las 8?

-Está bien.- respondí.- ¿En la cafetería de siempre?

-Sí.- dijo, y supe que estaba sonriendo.- En la cafetería de siempre.

-Vale.- respondí, también sonriendo.

-Me tengo que ir.- dijo Auron.- Pero al rato hablamos.

-Sí, te dejo hacer lo que sea que estés haciendo. Nos vemos, Raúl.

-Nos vemos, Anastasia.- respondió Raúl, y colgó la llamada.

Guardé el celular, y me dirigí a mi casa. Iba feliz.

Por fin íbamos a arreglar el desastre que éramos Raúl y yo.

Never dreamed of this. [AuronPlay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora