xix.

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Raúl POV.

-Lo siento, Anastasia.- dije, aferrándome a su brazo débilmente.

Quise decir más cosas. Quise contestar cada una de sus preguntas, decirle que realmente lamentaba lo que había hecho, que había sido un gilipollas. Quise darle una buena razón para que volviera a confiar en mí, pero la verdad es que no tenía ninguna razón-- mucho menos una excusa para mis acciones.

La dejé ir. Mientras se alejaba de mi automóvil, sentía sus palabras destruyendo cada parte de mí. Todo lo que me había dicho tan solo unos minutos antes se quedó, resonando dentro de mí. 

Yo sabía que le había hecho daño y sabía que ella estaba en todo su derecho de reclamarme por ello. También sabía que no había justificación de mis acciones, porque lo que hice, lo hice por idiota, porque se me pasaron los tragos y no pensé las cosas correctamente. Me gustaría haber podido decirle, "Anastasia, ella me obligó a besarla. Yo no quería, pero ella tenía cosas en nuestra contra y necesitaba protegerte", o alguna excusa de esas que los escritores de películas románticas comparten, pero lamentablemente, la vida no es una película, y lo más cercano que tenía a un amor de esos, lo jodí fatalmente.

Cuando finalmente Anastasia desapareció de mi vista y después de tomarme unos momentos para respirar, encendí el auto y dejé el mall. Conducí a mi casa en total silencio, repitiendo sus palabras en mi cabeza y odiándome cada segundo más por haberla lastimado de esa manera.

Al llegar, y una vez estando completamente solo en mi departamento, me senté en el sofá y contemplé toda la situación en silencio-- perdido.

Mi intención nunca fue lastimarla, pero entiendo que decir eso suena estúpido. No sé qué hacía Sara ahí, pero sé que yo bebí de más y tal vez la nostalgia jugó en mi contra esa noche. A Anastasia la quiero, la quiero como no he querido a nadie en un largo tiempo, pero esa noche, Sara trajo consigo un sentimiento de familiaridad, seguridad tal vez. Tal vez fue porque mientras Anastasia no se acostumbraba a mis amigos y mi ambiente, Sara ya era parte de éste desde años atrás. Al ver a Sara con mis amigos, platicando y bailando, mientras que mi novia parecía haber desaparecido en su propia fiesta de cumpleaños, hizo que surgieran emociones que no sabía que tenía en mí. No estaba pensando bien las cosas, no estaba en mis cinco sentidos y claramente no sabía las consecuencias que mis acciones traerían. Las consecuencias me golpearon en la cara cuando vi a la persona de la que estoy enamorado con el corazón roto, por mi culpa, en su puto cumpleaños.

No intenté ir tras de ella, y aunque lo hubiera hecho, hubiera sido en vano, porque sus amigas-- e Ismael-- me lo hubieran prohibido, pero las ganas no me faltaron. En cuanto me di cuenta de lo que había hecho, mi corazón se rompió también. Y suena ilógico, pero después del beso, me di cuenta que yo no estoy enamorado de Sara, porque no es, y nunca será, Anastasia. Sí, Anastasia no encaja del todo con mi vida, que no niego que puede llegar a ser extravagante, y a veces es insegura, cosa que me volvía loco, porque yo siempre quise que confiara plenamente en mí-- ahora veo que hizo lo correcto al dudar-- pero no podría pedir a alguien mejor. Me enamoré de ella tan rápidamente, que sé que jamás encontraré algo, ni alguien, así otra vez.

Es tan inútil darte cuenta de lo que tienes cuando ya no está.

No la busqué. Después de lo sucedido, no tenía la cara para hacerlo. ¿Qué le iba a decir? ¿Que por un momento extrañé a mi ex novia y por ello la besé? No, no tenía sentido lastimarla aún más. Eso sí, mil y una vez le marqué a Ismael para saber si tenía noticias de ella, pero la respuesta siempre era negativa, por eso, cuando la vi en ese bar, a pesar de estar en tal estado, un sentimiento de alivio invadió mi cuerpo. Inclusive, cuando me reclamaba todo lo que le hice y como la lastimé, no podía dejar de pensar en que estaba de pie. Que había vuelto a salir, y que tal vez, estaba lista para empezar a sanar. Quizá un paso de este proceso es reclamarle a la persona que tanto te hizo daño, y yo estaba dispuesto a que sus palabras me mataran si eso aseguraba que ella estaría bien.

Una parte de mí quiere buscarla, decirle que fue un error y que me dé una segunda oportunidad, pero no lo haré. Anastasia merece a alguien mejor, alguien que no dude ni por un segundo de ella, alguien que pueda amarla sin errores, sin lastimarla.

Yo tuve mi oportunidad, y la arruiné. A veces no importa cuanto quieras arreglar las cosas, y es que cuando rompes a una persona, no es tan fácil poner sus piezas de vuelta. No todos en la vida reciben segundas oportunidades, y sé que dejarla ir es un acto de amor también, quizá esa es la mejor manera de demostrarle cuánto la quiero. No me quejo de mucho, pues aún con todo esto, durante un momento, la tuve y logramos existir en un mundo tan cambiante y desastroso como éste.

Soy afortunado, porque la pude amar y sentí lo que es ser amado por ella, y eso tendrá que ser suficiente. 

Never dreamed of this. [AuronPlay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora