Todos corrían de un lado al otro en el tras bambalinas del fanmeeting que estaba a punto de empezar. Contuvo una queja cuando la estilista le jalo el cabello como por quinta vez intentando hacerle un peinado que se viera perfecto.
A su izquierda, la maquillista cubría las ojeras prominentes de Ji Soo. A su derecha, Haneul retocaba sus labios. La única que estaba lista era Sun Hee que parecía luchar por no dormirse en la silla donde las esperaba con paciencia. Suspiro de alivio cuando la estilista se decidió por una coleta alta, viendo que se acababa el tiempo.
— ¡Todos en su posición! —gritó alguien del staff en cuanto todas estuvieron listas. Más de doscientas personas habían comprado boletos para su primera reunión de fans.Sin mentir, sentía unos nervios terribles por ello. Esta vez, no iban más grupos después de ellas, no iban a aparecer solistas, nada.
Toda esa gente estaba ahí única y exclusivamente por ellas. Era increíble, parecía un sueño y estuvo a nada de pedirles a sus amigas que la pellizcaran si la persona encargada de presentarlas no las hubiera llamado en ese preciso instante. Al pisar el escenario, los aplausos y halagos las invadieron al instante, durante cada performance tenían que hacer un esfuerzo enorme por no tropezar debido a los nervios. Presentaron muchos covers de grupos conocidos, pero estaba segura que en un día no muy lejano lograrían mostrar solo canciones propias.
La parte más divertida fue abrir los regalos que habían llevado los fans, no era obligatorio, pero por alguna razón les gustaba hacer eso. La mayoría eran bastante graciosos. Ji Soo recibió un peluche de un patito porque en una entrevista había dicho que era su animal favorito, Haneul una botella de suavizante de ropa porque había dicho que amaba el olor y Sun Hee muchos, pero muchos calcetines.
Ella en cambio había recibido muchas bolsas de caramelos, todos rieron al ver su expresión y ella frunció el ceño. ¿Le estaban mandando una indirecta? ¡No necesitaba ser más dulce! Relajo su expresión cuando alguien del staff le entrego una caja blanca decorada con su nombre escrito en elegante caligrafía. Tenía ganas de preguntar de quien era para pedirle que la enseñara a escribir de esa forma.
Abrió el paquete bajo la mirada escrutadora de todos, sacando lo que había dentro. Se sorprendió al ver una rosa roja. Sonrió alzándola, era un detalle muy simple y elegante. En ese momento se percató que no era lo único que había en el regalo, ya también había un sobre que no había distinguido ya que era del mismo color de la caja.
Tomó el papel entre sus dedos mientras sus compañeras abrían otros detalles graciosos y hacían comentarios sagaces que lograban que la gente se riera. No se sorprendió al ver la misma caligrafía exquisita plasmada en el papel.
«Lamento no darte un detalle más digno de una mujer de tu altura. De todas formas, espero de todo corazón que sea de tu agrado.»
Atte. Cara de tonto.
Alzó el rostro de forma tan brusca que le sorprendió no haberse partido el cuello, era hora de la firma de autógrafos. Guardo el papel en la caja de nuevo intentando no ponerse roja de la ira. Se sentó en la mesa asignada con calma y sonriendo, debía mantenerse tranquila. No iba a pensar en su estúpida cara. No señor, debía concentrarse en los fans y en firmar autógrafos como buena idol.
Al menos, eso intento hasta que lo tuvo en frente con su estúpida sonrisa, vistiendo un jersey de mangas largas gris ajustado con unos jeans negros y viéndose ardiente. Tuvo que contener la mueca de disgusto... odiaba darle la razón a Sun Hee, el desgraciado estaba buenísimo.
Parecía sacado de un cuento.
Entregándole de manera casi ceremonial una copia de su álbum debut, se inclinó levemente sin dejar de sonreír de esa forma que la hacía rabiar. Tuvo ganas de escribirle algo grosero, pero se limitó a firmarlo para no verlo más. Gruñó al escuchar su risa ronca al verle fruncir el ceño. Quería arrancarle los malditos dientes para que no riera más nunca.
Como era obvio, tanto Ji Soo como Sun Hee no tardaron en dedicarle miradas burlonas a ella y sonrisas amables al estúpido príncipe. En cambio, Haneul parecía a punto de desmayarse con solo tenerlo en frente, frunció el ceño. Debía a aprender a ser más dura, no caer fácil bajo una cara bonita.
Por suerte, aquello no duro demasiado ya que el idiota debía seguir la fila como los demás y no tardo en desaparecer de nuevo entre el público. O bueno, ella trato de no fijarse en donde estaba.
Suspiro de alivio cuando el evento acabo y todos empezaron a salir del local. Pasaron detrás del escenario, haciendo inclinaciones de agradecimiento a la gente del staff que sonreía aliviada porque el largo día de trabajo por fin había acabado. Todas cayeron en las sillas de inmediato, tan cegadas por el cansancio que apenas se percataron de que Young Woon había entrado sonriente a felicitarlas.
Volvió a fruncir el ceño, no porque las felicitaciones de su jefe la molestaran, al contrario, le gustaba que reconocieran el buen trabajo del grupo, más bien, su molestia se debía al hombre parado detrás de él que le dedicaba una mirada intensa y una sonrisa coqueta.
El estúpido príncipe, otra vez.
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El capricho del príncipe
RomanceLos caprichos de un príncipe mimado y las exigencias de una mujer independiente eran la fórmula perfecta para el desastre. -PRIMERA PARTE DE LA TRILOGÍA: ¨"DESASTRE" (BORRADOR) Prohibida la copia total o parcial de esta obra. Código de Registro Safe...