Capitulo 14

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— ¡No puedo creer que no te haya gustado este grupo tampoco!

Él se rio, negando ante la indignación de Dae Hyun. Hace un rato que habían llegado al evento de presentaciones callejeras y era el tercer grupo por el que se pasaban— Eran demasiado tiernas para mi gusto — contestó, empezando a caminar para ver si encontraban otra cosa más interesante.

— ¿Gusto por las mujeres malas, eh? — Dae Hyun lo codeó de manera amistosa, alzando las cejas divertido. Ryuhito se encogió de hombros con una sonrisa.

— Puede ser — respondió sin más, mirando a un grupo de chicos que se preparaba para presentarse no muy lejos.

—No pareces estar seguro ¿Nunca has tenido novia? — preguntó parándose a su lado, Ryuhito negó.

— La casa imperial no me lo permite. En algún momento me darán una lista y deberé escoger a mi futura esposa a dedo —El gesto de impresión mezclado con algo de horror de Dae Hyun lo hizo reír de nuevo, era la cara que solían poner las personas cuando escuchaban las condiciones a las que era sometido —. Enrique puso exactamente esa misma cara cuando se lo conté.

— ¿Enrique...? — volvió a inquirir Dae Hyun, confundido.

— Enrique de Sussex — respondió él, intentando prestar atención a los chicos que bailaban de una manera ruda e impresionante.

— ¡¿Estás hablándome de uno de los príncipes de Inglaterra?! —exclamo Dae Hyun en voz alta, haciendo que varias personas se voltearan a verlos. Ryuhito se inclinó en forma de disculpa tomando del brazo a su impresionado amigo y alejándolos a ambos del sitio.

— No es nada impactante, de hecho, es un tipo bastante normal.

— Eso dices tú que estás acostumbrado a ver gente importante, yo soy un simple mortal —Contesto el muchacho saliendo de su impresión y empezando a sonreír de nuevo

— Yo también soy un mortal —Respondió él con voz queda—. Te recuerdo que esta mañana estaba peleando con una simple máquina de jugos.

Dae Hyun se rio — También estabas a punto de pelear con alguien que no era una máquina— le recordó haciéndolo encogerse un poco avergonzado por su comportamiento, no era una persona violenta.

— ¿Podríamos dejar de hablar de mi un momento? Me siento narcisista — Su amigo se encogió de hombros asintiendo —. Háblame algo de ti, ¿tú has tenido novia? —cuestionó queriendo desviar la atención de su persona, pero Dae Hyun no contesto, en cambio miro detrás de él, señalando a algún lugar tras suyo.

— ¡Pero mira quienes están ahí! —exclamo, haciendo que se diera la vuelta para ver. Un tumulto de gente se arremolinaba para ver lo que supuso, era un grupo. Pero lo llamativo no era eso, lo llamativo era el gran poster en la pared de cuatro chicas de postura imponente, acompañado de una canción que reconocía a la perfección.

Skyfall.

— Me pregunto que estarán haciendo aquí — Dae Hyun parecía extrañado —. Ellas no suelen... bueno, no tienen la necesidad de venir a este tipo de presentaciones ¿vamos? — respondió a su proposición con un mero asentimiento, casi hechizado. Caminaron hacia el tumulto, adentrándose en el sin problemas para lograr ver a las chicas. Todas vestían ropa negra, adornada con lentejuelas, pero como siempre y por una razón que desconocía, Young Mi resaltaba para él.

Su sonrisa mientras contoneaba las caderas al ritmo de la música, su expresión de dura sensualidad al cantar, su sonrisa coqueta. Joder, ¿Cómo una chica que se comportaba como un ogro podía ser tan malditamente caliente? Tampoco era la mujer más curvilínea del mundo, de hecho, era mucho más delgada que el promedio. ¿Entonces, porque se sentía de esa forma?

Sintió su corazón detenerse cuando ella reparó en su presencia, formándosele un leve rubor en las mejillas. Aunque desvió la mirada casi al segundo, la emoción se plantó en él. Era la primera vez que no lo observaba con fastidio, a pesar de que suponía que su reacción se debía a la impresión de verlo ahí, iba a permitirse disfrutarla.

No buscaron más grupos, se quedaron ahí el resto de la presentación hasta que por fin concluyó. Cuando el tumulto de personas se dispersó, Dae Hyun le hizo una seña para que se acercaran, primero, saludo con alegría al staff antes de dirigirse a las chicas que descasaban sentadas en un pequeño banquillo. — ¡Hola! — saludo con su alegría característica, a lo que las chicas respondieron de igual forma... excepto Young Mi que miraba a otra parte apropósito.

Vio como Sun Hee le daba un codazo, observándola de forma reprobatoria y logrando que la muchacha les hiciera un gesto con la cabeza, casi que por mero deber. — ¡Estuvieron impresionantes hoy! Pero, ¿Qué hacen aquí? Este tipo de presentaciones ya no son necesarias para ustedes — cuestiono su amigo con curiosidad y como si fuera automático, todas miraron a Young Mi que bufó en su sitio.

— Es mi culpa —Espeto con seriedad —, Arme un escándalo ayer y nos castigaron por eso, perdimos nuestro único día libre — Dae Hyun se limitó a asentir, sabía a qué se refería por lo que él se lo había contado. Si era sincero, se sentía un poco mal por ellas, aunque no fue su culpa sabía lo que era tener mucho trabajo y ni un momento para descansar. Vio como la muchacha de pelo rosado le daba otro codazo a Young Mi, haciendo que se levantara y fuera directamente hacia... ¿él?

— ¿Puedo hablar contigo un momento? A solas — preguntó sin mirarlo a los ojos, tuvo que parpadear varias veces para darse cuenta de que no alucinaba. Asintió, caminando tras ella e ignorando la mirada estupefacta de los demás. No fueron demasiado lejos, pero si lo suficiente como para no ser escuchados. Young Mi suspiro, mirándolo a la cara luego de lo que pareció ser un esfuerzo sobrehumano.

Por unos segundos, no dijo nada. Se limitó únicamente a mantener un contacto visual que lo hacía ponerse realmente nervioso, ella suspiró. — Lo siento — dijo sin mucha emoción. Se quedó petrificado por un momento.

— ¿Qué dijiste? Repítelo, por favor— inquirió acelerado, no porque quisiera humillarla, más bien porque no creía lo que estaba diciendo. Ella gruño.

— Lo siento por decir que eres un cobarde, me equivoque — Su disculpa lo dejo pasmado, Young Mi parecía segura de sus palabras el día de ayer que le sorprendía que cambiara de opinión. —. No eres un cobarde... solo soy demasiado impulsiva cuando me enojo, sé que eres un príncipe y debes comportarte, lo siento por decirlo ayer.

No pudo contener más la sonrisa, sabía que debajo de esa capa de chica enojona había algo bueno.

— Acepto tus disculpas —Pronunció suave y notó de inmediato como se relajaba.

— Gracias — respondió con un tono mucho más amigable al que estaba acostumbrado. Se dio cuenta de que su rostro era mucho más bonito cuando no tenía el ceño fruncido.

— Solo no vuelvas a gritarle a nadie en la calle.

— Créeme que no lo haré... al menos que se metan conmigo — señalo la muchacha con una leve sonrisa que lo hizo estremecerse, volviendo con los demás. Él tardo unos segundos en hacer lo mismo, encontrándose con la sonrisa divertida de casi todos. La única que mantenía una expresión rara era Haneul, que lo veía él y a Young Mi por momentos. Siendo sincero, no le dio importancia, solo quería concentrarse en lo que acababa de ocurrir.

— Creo que nosotros deberíamos irnos, mañana tenemos clases— dijo Dae Hyun divertido dirigiéndose a él—. ¡Hicieron un gran trabajo hoy chicas! Pero pórtense bien eh, que estoy seguro que no quieren más castigos.

Ryuhito asintió a su amigo, para luego dedicarles una sonrisa a todas junto con una inclinación leve— Hasta luego, señoritas... Young Mi— se despidió, guiñándole un ojo a la muchacha y haciendo que ella rodara los ojos con exasperación. Se dieron la vuelta, empezando a alejarse.

— ¡No te emociones demasiado, principito!¡Todavía eres un tonto! — le gritó cuando estuvieron un poco alejados, haciéndolo reír sorprendido. Se giró para verla, observándola reír igual con las demás chicas.

— ¡Tú también me caes mal! — gritó de vuelta y no pudo evitar carcajearse al ver cómo le sacaba el dedo medio.

¿Quién pensaría que la desagradable Young Mi pudiera no ser tan desagradable? 

El capricho del príncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora