Bienvenida al mundo real

3

Camino a mi casa pensé en todo lo que hise en el día. A veces me siento orgullosa de mi, otras no tanto.

Siempre esta esa voz en mi cabeza que se enorgullece o me culpa de todo, así esta mi cabeza...

Desordenada.

Aquí es donde se supone que llego a mi casa como la persona mas feliz del mundo, llena de energía y .. y.. No es así.

Solo quiero dormir, amo dormir digo.. ¿A quién no? estar dormida es como estar muerta por un ratito.

Sueño que soy una persona muy reconocida, que ayuda a muchas personas aunque no las conozca a través de sus libros... sí, soñé con ser escritora.

Aunque escribir se me daba muy bien, solo lo hacia para mi, casi nadie lee lo que yo escribo porque a la mayoría no le importa ni a mi asi que estamos bien supongo.

Me desperté.

Seguramente creen que las chicas somos unas princesas durmiendo pero creo que todas somos diferentes.

Me desperté con el rostro brillante del sudor y juro que me muevo mas que una persona epiléptica.

-Julieeeeeeeeeeeeee! -Me caigo asustada de la cama. ¿¿A quién se le ocurre gritarme asi en el oído?!

Mi hermana menor.

-¡Ven correee!–Se miraba algo desesperada y la seguí solo porque si.

-¿A dónde vamos?.- No sé en que momento se lo pregunté, el sueño me ganaba.

-¡¡¡Hay un animal en sala, mátalo!!!

seguramente es una hormiga.-pense.

-Está bien, yo la mato, ¿dónde esta?

-¡¡Ahí!! .-Me señaló con su dedo a la pared.

Santo Dios; era una Araña.

-Ahhhhhhhhh!!!! Correeee no puedo con esa cosaaa!!!!!.-Mi valentía me sorprende.

Corrimos hasta el cuarto de mi hermano que al parecer no estaba de humor aun asi no me importó y entre.

El condenado se empezó a reir de mí.

Aun asi se puso de pie dispuesto a ir a matar a al insecto.

¡Resultó ser mas valiente que yo! que va. le lanzo un zapato a lo lejos.

Me relajé al saber que el vil animal estaba muerto.- lo sé soy muy dramática pero ¿qué se esparaba?

Pasaron las horas y ya era hora de que me fuera a dormir. Duermo con una camiseta que me queda enorme pero enorme.

sería ridículo buscar un buen pijama que solo me sirve para dormir, no para presumir.

Al levantarme en la mañana era la misma rutina de siempre y así sucesivamente. No soy nada interesante.

Eso de... ¡Por fin es sábado!

-¿Que harás hoy?

-Nada ¿y tu?

-Nada.

Así prácticamente son mis sábados.