NADA ES LO QUE PARECE

08

Namjoon
Desde la fiesta he hablado Con Jin casi todos los días, bueno, por medio de mensajes. Y nos hemos hecho muy buenos amigos, aparte de que le ayudo con algunas de sus materias, como inglés.
No me he atrevido a decirle lo que siento porque no sé si es Gay, muchos dicen que sí, pero no aparenta serlo, es por eso que por ahora me conformo con ser su amigo, poco a poco veré la forma de acercarme como otra cosa.

—Hola, ¿Namjoon?
—Sí, Hola Jin. ¿Qué pasa?
—¿Qué estás haciendo?
—Mm, nada. ¿Por?
—Estoy cerca de tu departamento, y cerca de tu departamento hay un parque. ¿No quieres ir? No tengo nada que hacer y muero de aburrimiento.
—Claro, ¿Dónde estás?
—En la esquina de tu calle.
—Voy para allá, espera.

Fin de la llamada

Estoy en pijama, ¡rayos! Debo apurarme a cambiarme, aaah, dónde están mis jeans, ya, ¡allá! Están rotos, ¿en serio? 
Lo primero que pude tomar fueron unos pantalones negros y una sudadera azul, será con eso.
Salí corriendo y vi a Jin esperando ahí.

—¡Hola!– Jin se ve muy bien hoy, esa sudadera rosa le queda muy bien. Bueno a él todo le queda bien.
—Hola, disculpa la tardanza.– Apenas puedo respirar.
—¿Todo bien?
—Sí, es solo que, no estaba presentable y tuve que arreglarme muy rápido.
—Con lo que fuera te habrías visto bien, tu cara balancea todo– No puedo creer lo que acabo de escuchar, y no puedo creer que sonrió mientras lo dijo. Aahg.
—Gracias– Creo que me sonrojé un poco.
—No hay de qué.
—¿Y qué haces por aquí?– Le pregunté porque realmente me extrañó un poco que estuviera cerca del departamento.
—

Pues, ya te dije que estaba aburrido, así que sólo salí a caminar. – Ajá, solo di que me amas, por favor.
—Qué bien que hayas caminado justo por donde vivo– Callate Namjoon, no, muy tarde, jamás se fijaría en ti, basta.
—Sí, ¿verdad?– Jin acaba de verme de manera un poco extraña.
—Oye, cerca de aquí hay una paletería, ¿Quieres ir?
—¡Sí!
—Vamos- comenzamos a caminar hacia el sitio que le dije, y en un momento nuestras manos se rozaron un poco, puedo jurar que sentí que me paralicé, tal vez suena exagerado, pero Jin me ha gustado desde hace mucho, y que ahora seamos por lo menos amigos, me hace sentir realmente emocionado.– ¿Qué me cuentas?
—Bueno, somos amigos, ¿cierto?– Huele a Friendzone
—Sí- Le contesté de manera amable, y le Sonreí un poco, aunque él no me vio ya que se encontraba mirando el suelo. 
—Te contaré algo. He estado pensando mucho en alguien, alguien que, ya sabes, me gusta.
—¿En serio?– Aaaaauch.– Y, ¿ya le dijiste?
—No, me da un poco de miedo que lo que sienta no sea recíproco.– En ese momento desvío la mirada de mi cara, vio hacia su lado derecho.
—Bueno, creo que deberías intentarlo. No pierdes nada.– Mire hacia el piso un poco triste, hasta ahí habían llegado mis ilusiones de estar con él algún día.
—Gracias, creo que lo haré.
Por fin llegamos a la heladería, estaba apunto de pedir cuando sentí que mi teléfono vibró dentro del bolsillo de mi pantalón.
—Oh, lo siento, debo revisar esto.
—Claro, no te preocupes

Hoy, cena en la casa, todos juntos, 7:30, no faltes.

Siempre cenamos juntos, ¿No?

Será una cena especial, jugaremos, una mini fiesta, no faltes, dije.

Ok :)

√√

*

Son las siete, Yoongi, y tardaré unos 15 minutos en regresar, AAAH.

—¿Todo está bien?– Jin ya había pedido un helado de fresa.
—Sí, solo que mis amigos quieren que esté 7:30 en la casa, y tardamos como 15 minutos en regresar.
Un helado de chocolate, por favor.– Jin me vio un poco triste, pero creo que entendió.
—Tenemos 15 minutos aún, sentemonos a comer nuestro helado en la banqueta y ya, ¿Te parece?– Jin sonrió de manera muy tierna, y pagó ambos helados.
—Está bien, gracias por entender.– Le devolví la sonrisa y nos sentamos en la banqueta que señaló. Ninguno de los dos habló, pasaron tal vez tres minutos, y Jin acomodó su cabeza en mi hombro. Estoy tan nervioso que siento que si me muevo arruinaré esto. Literalmente me siento congelado. La respiración de Jin me pone nervioso, pero a la vez me hace sentir tranquilo.
7:15
—Es hora de irnos, creo.– Jin se levantó y me sacó de mis pensamientos.
—Vamos.

Jin se quedó en la esquina, yo solo caminé hasta la puerta, le estoy haciendo una seña de despedida, y desde su lugar él hace lo mismo.

—¡Namjoon Hyun llegó!– Jimin gritó muy emocionado– Por fin podremos comer, ¡Gracias!
—Sientate, Nam, y dinos dónde has estado.–Hobi habló con un tono de detective malvado.
—Sí, Nam, ¿Dónde?– Suga lo siguió.
—Ah, comamos.– Me reí y me senté.