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JungKook, Taehuyng

Haber llegado a las tres de la mañana a su casa era en definitiva lo que menos quería JungKook, sin embargo, lidiar con los antojos de Tae era algo dificil. Al mayor se le había antojado un café de una lugar que habría las 24 horas. 

FlashBack. 

—Por favor, Kookie, hace demasiado frío.—Kim intentaba convencer a su ahora casi novio para que pasaran a comprar lo que quería. 

—No tengo dinero Taehyung, lo dejé todo en casa. Y no tendrías frío de haberme hecho caso y usar un abrigo más grueso.—Era obvio que Jeon tenía dinero y que le compraría ese café al mayor, pero no dejaría que se saliera con la suya tan fácil. 

—¿Qué? Espera, ¿Qué?—Kim, intentando ahora con la técnica de indignación, se paró de golpe en frente de la tienda dispuesto a hacerle un berrinche al menor. 

—Lo que oíste, Hyung, ahora camina, es tarde.— JungKook se detuvo un momento para hablarle de frente y después dio media vuelta para seguir con su camino. 

—Bueno, hubiera usado un abrigo más grueso si lo tuvieras, Jeon JungKook. Pero como eres un hombre tan fuerte solo tienes estas sudaderas delgadas. No me culpes ahora.— Lo siguiente que vio Jeon fue al castaño haciendo un puchero y cruzado de brazos.— Por favor, bebé. Por favor, por favor.— Ahg, para Kook había facetas de Tae de las que no podía escapar, y esa era una de ellas. 

—¿Sí? Tal vez debiste buscar más para encontrar los verdaderos abrigos. Y si soy tan fuerte como dices, bastara con abrazarte para que se te quite el frío.—El menor comenzó a caminar con firmeza y rapidez hasta el más bajo y lo envolvió en un gran abrazo.—¿Está mejor Hyung?— Para Kim, claro que estaba mejor, pero no iba a dejar que aquella sonrisa traviesa de JungKook se dibujara en su cara. Pero era inevitable, en ese momento, aquella sonrisa ya se encontraba en aquel lugar. Y el único que podía verlo, era el empleado de la tienda que se había detenido a verlos desde que Taehyung se quedó parado. A través de la ventana del establecimiento podía ver todo.

Ese chico fue el único testigo de cómo la pareja forcejeaba un poco y se reía demasiado fuerte, él podía escuchar todo eso. Incluso, no pudo evitar morir de ternura cuando el más alto cargó a Taehuyung y este, desesperado gritaba para que lo bajara. 

—Bebé, Kookie, amor, bajame.— Aaaw

—Nope. 

—¡Kookie!

—Ya, está bien.— Jeon bajó al mayor y lo abrazó por detrás de la cintura. Así caminaron hasta que llegaron al hogar que ahora parecía que compartían aunque en realidad no fuera así. 

*

—Ah, esos dos, ojalá sean así de felices siempre.— El trabajador del lugar no evitó hablar para sí mismo en medio del silencio de la tienda, mismo silencio que se esparcía por toda la calle y que aquellas traviesas y enamoradas risas habían llegado a interrumpir.—La gente es tan mala a veces. Bueno, ojalá no sea su caso. 

Fin del FlashBack. 

*

Los castaños acordaron que el día siguiente lo pasarían en casa solamente viendo películas, era su último sábado fuera de clases y querían pasarlo juntos, solo ellos dos, ya que ninguno sabía cómo sería la situación al volver al colegio. 

Kim fue el segundo en despertar, y el hecho de encontrarse solo en la cama lo sobresaltó un poco, sin embargo, el lugar vacío tuvo sentido cuando en la mesa de noche vio un vaso de café, Caramel Macchiato, su favorito. Bebió un poco y al cabo de unos diez minutos Jeon apareció en la puerta. 

NADA ES LO QUE PARECE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora