NADA ES LO QUE PARECE

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JiMin, YoonGi. 

El nuevo color en su cabello realmente le fascinó, pero no tanto como para salir de nuevo con sus amigos. 

Después del día anterior, JiMin había decidido quedarse esa tarde en casa para ordenar su ropa y algunas cosas que compartía en la habitación con HoSeok, al cual no pidió ayuda porque la última vez que reorganizaron sus muebles este es el que había hecho la mayor parte del trabajo. Realmente no había mucho que hacer, tal vez limpiar el piso y colocar los adornos que había adquirido el día anterior, la habitación del peli-rosa era grande, lo que le permitía añadir las cosas que quisiera en cuestión de decoración. Tuvo que discutir mucho con el resto para convencerlos de que quería permanecer en casa, pero al final accedieron. HoSeok y NamJoon se irían a un parque acuático en la ciudad, esta vez sólo ellos dos porque Jin viajaría con sus padres y YoonGi se quedaría a hacerle compañía, lo anterior también tuvo que ser debatido por un largo tiempo pero JiMin perdió, así que esa tarde la casa estaría disponible para ambos, solo para ellos. 

—Por favor, no destruyan la casa, coman bien y no abran la puerta si es un extraño, no se separen...—Las instrucciones de Joon no habían dejado de repetirse durante toda la mañana, pareciese que los que se quedaban solos eran dos niños de una edad inferior a cinco años. 

—Tranquilo Hyung, estaremos bien.—JiMin interrumpió las palabras del mayor para dejarle claro por décima vez que nada malo les pasaría, aunque tal vez entendía su preocupación, desde que se conocieron habían pasado la mayor parte de su tiempo juntos. 

—Cálmate Kim, estaremos bien.—Suga fue el que tomó la palabra esta vez para aclarar lo mismo mientras se sentaba en el sillón junto al peli-rosa. 

—Nam, basta, vamonos.— HoSeok comenzó a jalar al más alto del brazo para comenzar a salir del apartamento, realmente se estaba inquietando. 

—Cuídense por favor. YoonGi, usen protección, ninguno sería capaz de mantener un hijo ahora, no quiero ser  tío tan joven.—Y la puerta se cerró con fuerza gracias a Hobi que evitó que NamJoon siguiera con las bromas respecto a la relación de sus amigos, mismas que habían hecho que la sangre se subiera a las mejillas de ambos y las tornara de color rosa. El silencio se habría hecho más largo de no ser por la risita que soltó el menor de ambos. 

—NamJoon Hyung está loco, no podemos embarazarnos.— Definitivamente no era el comentario que Min esperaba del perli-rosa. 

—No lo sé Mochi, hoy en día todo puede pasar, tú no sabes si la persona que dirige nuestra vida decide que siempre sí, que sí se puede.— Y JiMin se quedó meditando al respecto, sacudiendo su cabeza para deshacerse de la loca de idea del mayor. 

—¡Hyung! Es obvio que eso no puede pasar. Ahora, mientras sigues creando locuras me voy a ordenar mi desastre.— Park de paró lentamente del sillón siendo seguido por su novio, que lo abrazó por la cintura mientras comenzaba a quejarse. 

—Jiminnie, creí que estabas jugando, ¿En verdad vas a ponerte a hacer eso? Podríamos hacer cualquier otra cosa.—El peli-verde comenzó a aplicar fuera sobre sus pies para detener al peli-rosa, sin embargo éste terminó arrastrándolo. 

—No, tengo que hacer eso Yonnie, si no lo hago ahora no será nunca. Y usted puede ayudarme cuando comience a probarme toda mi ropa para ver cuál es la que voy a donar.—Esa idea había rondado por la cabeza de Park desde hace algunos días cuando decidió que era demasiada y que algunas prendas ya ni siquiera las usaba, por lo que concluyó en la idea de donar lo que sabía ya no requería. 

—Eish, está bien, sólo porque te quiero, Mochi.— Min soltó la cintura de su novio y rápidamente se colocó frente a él para dejar un corto beso sobre sus labios, obteniendo como respuesta que JiMin lo abrazara y le devolviera el beso, haciéndolo de manera dulce y profunda.— Vamos ya o nuca vas a terminar.— Al separarse, el peli-verde jaló al menor de la muñeca arrastrándolo a su habitación, donde la primera imagen que los recibió fue la de la cama de JiMin repleta de prendar del menor.