Our summer

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JungKook, TaeHyung 

Habían pasado ya casi dos semanas desde el mal momento que los chicos habían pasado y este, había ayudado también a hacerlos mucho más cercanos. 

Si bien la escuela los mantenía un tanto alejados y ocupados, los mensajes nunca hacían falta y ambos castaños disfrutaban enormemente los 20 minutos de descanso que tenían a la mitad de su jornada escolar. Por ello, aquella cita a ambos les venía de maravilla, pues a pesar de no perderse el rastro, extrañaban la cercanía que habían mantenido durante todas sus vacaciones.

Tae estaba a 15 minutos de tener que pasar por JungKook y no lograba decidir si debía o no comprarle aquel regalo por el que había estado ahorrando todo ese mes. Sinceramente, el castaño se encontraba realmente nervioso, no tenía una razón en especifico y eso era lo que más le molestaba. ¿Nervioso por ver a su novio? Sí, Tae, nervioso... Si ya has dormido con él, ¿Qué es lo que te tiene así? 

Pudo haber seguido reflexionando de no ser porque el lugar no era  el mejor para hacerlo, ya que la señorita que atendía en aquella joyería ya parecía un poco irritada por la indecisión del menor.

—Joven, ¿Quiere la esclava o no?—En el momento en el que aquella joven lo sacó de sus pensamientos, no pudo evitar que el rubor en sus mejillas apareciera. 

—Ah, sí. Sí, la quiero.—Y ¿Por qué estaba dudando de aquel regalo? Era claro que la persona a la que le iba a pertenecer lo merecía.—Ah, una pregunta.—Era fácil notar la desesperación en la que Kim había comenzado a sumergir a la mujer. 

—¿Sí?—La sonrisa forzada de la rubia solo lo hacía sentirse peor.

—¿Puede llevar algo grabado? Me refiero a, sé que puede, pero, ¿Cuánto tardan en hacerlo y cuál es el precio?

—Tardamos de 20 a media hora dependiendo de lo largo que sea el texto, aunque de preferencia debe ser corto y conlleva un costo del 5 por ciento del costo de la pieza extra. ¿Qué quiere que lleve, niño?—El castaño sabía que podía pagarlo, sin embargo, era el tiempo el que no jugaba a su favor, solo faltaban cinco minutos para tener que llegar a la casa de su novio y tardaría unos 15 minutos más en llegar. 

—Yo... quiero que lleve un nombre.—Al terminar su oración, la mujer le extendió una hoja para que escribiera lo que quería. El castaño lo hizo viendo completamente contento las letras que plasmaba en aquella hoja: JungKook. 

—¿Eso es todo?—Tal vez la señorita sospechaba que el regalo no sería para un familiar o amigo, y por ello, había decidido  cerciorarse del texto que sería grabado. 

—Sí, es todo. En manuscrita, por favor.

—Bien.

Era tarde pero con una llamada lograría convencer a Jeon de que lo esperara un poco más, de todas formas, el único lugar al que lo llevaría aquel día, no era más que un parque que se encontraba abierto todo el tiempo. 

"Hyung, te juro que si me dejas plantado..." El mayor ni siquiera quiso permitir que el chico al otro lado de la línea terminara aquella oración, por lo que solo contestó diciéndole que no pensara en eso y que llegaría lo más rápido posible. 


Sí, sí, Hyung... Yo lo espero. Se supone que el menor debía sentirse un poco enojado porque Tae lo había hecho cambiarse y bañarse temprano solo porque él llegaría puntual, sin embargo, el menor se sintió aliviado al saber que tendría una hora más para poder relajarse. 

Vamos, Kook, solo fue, tú solo, ustedes solo, solo tuvieron... ay. 

Desde la noche en que ambos se habían entregado completamente al otro, JungKook se sentía nervioso y diferente al ver a TaeHyung. No era una sensación mala, sin embargo, se sentía un poco apenado porque a fin de cuentas, aquella había sido la primera vez que lo hacía y que el mayor hubiera visto todo su cuerpo, lo hacía sentirse un tanto incomodo, pero estaba bien, sabía que no debía preocuparse porque Kim era de su total confianza y sabía que no haría o diría algo que lo lastimaría y, por otro lado, el castaño se sentía mal por sonreír cada vez que recordaba ese momento, y se sentía peor cuando su mente decía para sí mismo aquellas palabras: 

NADA ES LO QUE PARECE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora