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Taehyung, JungKook. 

Llegar a la casa del menor se  le había hecho casi costumbre; Taehyung no tenía planes determinados para realizarlos en sus vacaciones, y de todo lo que pudo haber llegado a hacer, estar con Jeon JungKook definitivamente no lo había contemplado. Sin embargo, el castaño admitía que de no haber metido a Jeon en su vida, su tiempo de descanso habría sido completamente aburrido. 

Por su lado, JungKook ya estaba listo en la sala con varias bolsas de papas y dos tipos de  bebidas para recibir al mayor. No se sentía de ninguna manera más que contento porque el hecho de recibir a Taehyung de verdad lo hacia sentir bien, de cierto modo, lo hacía recordarse por qué debía dejar de ser un idiota y cuidarse, no echaría a perder todo el tiempo y trabajo que el castaño había invertido en él. 

El timbre solo sonó una vez y en menos de un minuto ambos castaños se encontraban viéndose cada uno del otro lado de la puerta, todo habría ido normal de no ser porque en los estómagos de los dos se hizo presente un pequeño apretón, apretón que contuvo la sonrisa embobada de ambos al verse  parados uno frente al otro. JungKook fue el primero en hablar, cosa que Kim agradeció internamente porque si no lo hubiera hecho, sabe Dios hasta cuándo se hubieran quitado de ahí. 

—Hola Taehyung, pasa.—Fue su idea o su saludo fue frío. 

—Hola Jeon.— Claro que respondería de la misma manera.

—Siéntate.— Bien, la voz de JungKook en este punto era un poco más gruesa de lo normal y a Tae comenzaba a asustarle. 

Jeon sabía que lo asustaría, cosa que le parecía divertida, y por la cara del mayor, sabía que lo estaba logrando, sólo debía aguantarse la risa unos minutos más. 

Por otro lado, Kim sabía que si había algo mal, la mejor forma de solucionarlo o de controlar al menor, era hablarle de forma tranquila. 

—¿Está todo bien Kookie?— Es curioso cómo reacciona el cuerpo ante ciertas situaciones, a JungKook le había pasado un par de veces que tuvo que correr al baño a vomitar a causa de los nervios. Pero ahora, después de escuchar aquel apodo de la boca del mayor, no quiso ir a vomitar sin embargo sintió cómo cada parte de su cuerpo se puso fría. 

—Ah... S. Sí. Todo está bien Hyung, sólo quería asustarlo un poco.— Dicho eso y estando de nuevo en sus cinco sentidos JungKook dejó ver una sonrisa que fue inmediatamente interrumpida por una almohada que Tae había lanzado directo a su cara.

—No se te ocurra volver a hacerlo, baboso.— Ahora Jeon era el que estaba asustado.— La próxima será mi puño y no una almohada.— Y si así quería jugar Jeon, Kim también sabía cómo fingir enojo. 

—Yo... L. Lo siento Hyung, no quería hacerlo enojar. Bueno, no tanto. Perdón, perdón, perdón.— Algo comenzaba a estrujarse en el pecho de JungKook, debía dejar de ser tan estúpido. 

—Mejor me voy, hablamos cuando se te quiten las ganas de molestarme.— Eso había bastado, eso y que Tae se parara del sillón para ir directo a la puerta para que el menor se parara frente a él con los ojos llorosos. En definitiva, Kim nunca se imaginó que fuera a afectar tanto al menor, y ahora se sentía demasiado culpable. 

—No se vaya, dejaré de molestarlo, lo prometo. Perdón Taehyung.— Las últimas dos palabras de JungKook fueron pronunciadas con un tono de voz más grueso que el habitual, acompañada de la mirada de Kook viendo directo al piso,  cosa que detuvo el corazón de Taehyung y de cierto modo lo enterneció un poco. 

—Ya, sólo estaba jugando Kookie.— Tae comenzó a hablar mientras tomaba la barbilla de Jeon para que volviera a verlo a los ojos.— Puedes molestarme pero no de esa forma, creí que, ya sabes, creí que te había puesto mal otra vez.— Ahora Tae era el había bajado la mirada. De cierto modo, le dolía recordar a JungKook tan destrozado e indefenso, pero le dolía más pensar en la posibilidad de tener que levantar al menor del piso y casi a la fuerza mientras lloraba otra vez. 

NADA ES LO QUE PARECE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora