prólogo

37.2K 2.2K 177
                                    

Después de la pelea en Hogwarts y la milagrosa resurrección del Elegido, tuvo lugar un enfrentamiento directo entre Harry Potter y Voldemort (que con la muerte de Nagini, quedó vulnerable por un momento), una apertura fue generada con las destrucción del ultimo horrocrux que aprovecho el niño-que-vivió.

Todos celebraban la victoria sobre el señor tenebroso, Harry había ganado.

Pero Harry Potter estaba confundido, esperaba que matar a Voldemort lo hiciera sentir que había hecho justicia a sus padres, padrino, profesor y amigos, pero no fue así. No hubo alivio por librar al mundo mágico del mago oscuro, ni satisfacción, ni siquiera un sentimiento de haber hecho lo correcto. 

Solo tenía un amargo sabor en la boca, un sentimiento de culpa y vacío.

Frente a Ron y Hermione "rompió" la varita de saúco, pero en realidad la había cambiado por otra, quería que todos se olvidarán de su existencia, pero creía que esa varita todavía tendría algún uso, algún propósito. 

Dos años después Harry tenía una relación estable con Ginny Weasley pero no se sentía pleno.

Aunque hubiera pasado tanto tiempo, aunque hubiera creido que ya era tarde Harry dedico los siguientes años a tratar de investigar sobre los motivos de Lord Voldemort, sus ideales y justificaciones para su lucha, habló con Lucius Malfoy, y otros mortífagos en Azkaban, con los años le pareció razonable a su retorcida manera.

Trataba de darle sentido a su vida. Pero el elegido ya no importaba si había cumplido con su propósito.

Cuando la tecnología muggle se unió al conocimiento de algunos de ellos de la existencia de su mundo corrieron peligro, todos volvían a esconderse de nuevo a temer por su vida. 

En medio del caos Harry encontró unos artículos interesantes sobre temas que lo ayudarían a resolver su dilema y salvar su mundo. 

Tal vez no tendría el apoyo de nadie de sus "amigos", podría perder a su familia, ganaría miles de enemigos, pero no le importó, solo quería salvar a todos y tal vez comprender su vacío y descubrir si tenía un lugar en el mundo sin ser el salvador.


Después de todo si algo no funcionaba podía volver a empezar.


**** 


A años de distancia de esos acontecimientos en el valle de Godric un niño recién nacido lloraba al ser separado de un hombre de ojos grises, piel pálida y cabello negro ondulado que lo miraba con una ternura absoluta y un enorme cariño.

Un castaño de lentes se acercó al bebé ahora en brazos de una chica de ojos verdes y cabellera pelirroja que acunaba al bebé tratando de calmarlo. 

- Aquí estoy Harry, no llores.

Al escuchar la voz que le hablaba el bebé detuvo su llanto y sus ojitos buscaron a su dueño.
Se quedó viendo fijamente a su castaño padre que derramó un par de lágrimas a los pocos segundos sin que ningún presente supiese el porqué.

El pelinegro se acercó y lo abrazó consolando y acariciando al castaño que le repetía a la constelación que lo esperaría el tiempo que hiciera falta recibiendo una mirada de extrañeza.

El castaño se acercó al niño abrazándolo con fuerza y tristeza. 

- Lo lamento, debiste estar muy solo. Te prometo que esta vez será diferente, yo me asegurare de eso Harry. 

Y con esas palabras el niño pareció sonreír y cerró los ojos volviendo a dormir. Los tres adultos presentes lo observaron con adoración, parecía un angelito, y el castaño solo podía pensar en cómo hacer feliz a su retoño en esta nueva oportunidad.

Esperaba no equivocarse, solo quería compensar al pequeño que había pasado por tanta tristeza. El no espero recibir de su pequeño recién nacido fragmentos de acontecimientos futuros que destrozarían a su hijo, a su familia. 

Lejos una mujer de cabello rizado negro tomaba un pequeño relicario entre sus dedos y sonreía pensando en todo lo que podía hacer con un par de ojitos esmeralda llenos de ilusión y amor, cómo podía darle todo el cariño que podría haberle dado a un hijo que no tendría.

En una mansión un albino lloraba buscando la atención de los dos adultos asomados a su cuna esperando que lo sacarán y lo cargarán en sus brazos, donde se sentía a salvo de todo y nada podía hacerle daño.

Que diferente sería todo desde ahora, este era el momento de empezar a corregir los errores del pasado, o del futuro, según a quién le preguntes.

Segundas Oportunidades (Tomarry) (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora