Capitulo XIII

8.9K 796 50
                                    


Al entrar en la oficina se quedaron estáticos, tanto rosa estaba mareando a Harry y era la personificación de las pesadillas de Tom. La profesora los observó impaciente.

- Qué están esperando? Entren y tomen asiento. - medio saliendo del shock caminaron como por un campo minado a los escritorios. - entienden porque están aquí, cierto?

- Por ser sincero. - rápidamente contestó Tom.

- Por apoyarlo. - Harry señaló a Tom. Umbridge negó.

- No. Mis niños ustedes están aquí porque mienten. - Tom la miró divertido.

- En qué?

- Las artes oscuras no son necesarias en el exterior, nadie los quiere dañar ahí afuera. - Tom negó.

- No digo lo contrario, - la profesora sonrió - pero entre nuestra generación hay quienes quieren ser aurores, ellos necesitan saber lo necesario para protegerse de la maldad dejada por los antiguos magos oscuros.

- Ellos ya no están. - su sonrisa forzada le hacía gracia a Tom.

- No, tiene razón, pero dejaron un legado en objetos, reliquias, lugares mágicos y muchos más que requieren ser liberados de magia negra peligrosa para el provecho de la comunidad. - la profesora se veía reacia.

- Eso ahora mismo no importa, estamos aquí por su castigo. Señaló los pergaminos y plumas en sus escritorios. - escriban, no debo contradecir a mis profesores. - Tom tomó ambas plumas y se las dio.

- Si escribe un resumen de la clase usted primero lo haremos. - apareció un tic en la profesora.

- Está negándose a cumplir con el castigo? - Tom negó y Harry contenía una risa.

- No. Pero en Hogwarts está prohibido usar plumas de sangre, - la profesora entrecerró los ojos queriendo averiguar cómo lo supo - si usted las usa primero me parece justo ser castigado con ellas. - Umbridge tomo dos de sus plumas y se las dio.

- Quiero una redacción de cincuenta centímetros de la clase de hoy.

Derrotada con la lógica de Tom se rindió y los mandó a escribir normalmente, Harry bajó la cabeza escondiendo una sonrisa. Al terminar el castigo la profesora lo reviso y los dejó ir.

Perdieron la comida así que fueron a las cocinas entre risas. Su última clase fue movida a las siete, herbolaria, aprenderían a cultivar hojas de mandrágora en su mejor hora, por sugerencia de Tom.

Terminaron después de Neville y la profesora los dejo retirarse. En el camino a la biblioteca para hacer sus tareas Hermione los alcanzó.

- Harry, - lo llamó y se detuvieron - la profesora Mcgonagall te busca por el equipo de quidditch. - Harry le sonrió con ternura.

- Enserio crees que voy a caer con tu mentira? - ella iba a protestar y Harry siguió hablando. - este año no entre al equipo.

- Por eso te busca. - se justificó. - quiere escuchar tus razones personalmente.

- Ya es tarde y tengo deberes, mañana lo haré.

Hermione se calló, pero los siguió a la biblioteca y se sentó en frente de Tom. Tom empezó a redactar el ensayo de defensa contra las artes oscuras, Harry el de pociones y Hermione el de runas antiguas.

Ambos chicos colocaron sus mochilas frente a ellos bloqueando la vista de Hermione, está se rió al ver lo que hicieron, pero no le tomó importancia. En menos de una hora terminaron todos sus pendientes y se levantaron para ir al gran comedor a cenar, Hermione se quedó en la biblioteca pensando que como en años pasados Harry se quedó a la mitad de la tarea y antes de clase iría con ella.

Ambos chicos cenaron y se retiraron a la sala común temprano, cuando el resto de Slytherin llegaba a la sala común les dedicaba una reverencia y se encaminaron a sus habitaciones. Todos temerosos de provocar la ira de Lord Voldemort, Harry los veía irse con diversión.

Draco llegó abrazando a Harry, charlaron de las clases un rato y los tres se fueron a dormir. Tom se acostó con Harry haciéndole mimos y caricias a su vientre.

Por la mañana Tom se llevó a Harry a desayunar a Slytherin, igual Blaise con Ron, Hermione los observó furiosa por dejarla sola y ambos chicos ni notaron su mirada por estar poniendo atención a los mimos de sus parejas. Antes de terminar el desayuno Harry recibió una nota del director para que fuera a su despacho en el descanso.

Llegada la hora Tom lo acompañó hasta la puerta de la oficina, Harry entró y medio cerró la puerta. El director lo veía un poco molesto.

- Harry, mi muchacho, creí que ya no vendrías, tu descanso terminó hace unos minutos. - Harry se sentó sin que se lo pidiera y le sonrió.

- El descanso acaba de empezar profesor. - el director ignoro eso de momento centrándose en el motivo de su llamado.

- Te pedí que vinieras para hablar del joven Altair.

- Por supuesto.

- Qué es lo que te dijo Harry? - este se mostró confundido.

- No entiendo a qué se refiere.

- Tengo entendido que estás ignorando a la señorita Granger. Te ha dicho algo? - Harry le sonrió.

- Eso no es culpa de Altair, es de Hermione. Ha estado intentando quitarme los regalos de cumpleaños que recibí de Sirius y Remus, todos mis regalos intenta confiscarlos. - Dumbledore le sonrió comprensivo.

- Entiendo, pero te has puesto a pensar en que tal vez esos regalos no son apropiados para ti? tal vez la señorita Granger solo trata de cuidarte? - Harry asintió.

- Si, pero aunque así fuera, no me puede quitar mis regalos, ellos pusieron sus sentimientos en ellos, representan su cariño, cómo podría dejar que me los quiten? - término con tristeza.

- Muy bien, dicho esto creo que deberías hablar con la señorita Granger, dile cómo te sientes, no te alejes de tus amigos.

- Si profesor. - le sonrió con inocencia.

- El joven Altair te ha dicho algo más?

- Sobre qué?

- Los mortifagos Harry, ambos sabemos que el señor tenebroso regreso. - Harry abrió los ojos fingiendo sorpresa.

- Regreso? Cómo?! - Dumbledore frunció el ceño mirándolo fijamente.

- No lo sabes?

- No, cómo lo hizo?

- En el torneo no pasó nada inusual? - Harry negó. - estás seguro?

- Claro, recuerdo eso perfectamente.

- Y la muerte del joven Cedric?

- El laberinto, no lo soporto, cuando lo encontré estaba muy alterado y se lanzó un avada al borde de la locura... intente detenerlo señor... - Harry decía con pesar - se lo juro... pero no me permitió ayudar. - Harry bajo la mirada muy deprimido y al borde de las lágrimas y Dumbledore se creyó sus palabras.

- Entiendo. - miro a Harry con su cara de abuelo triste. - no fue tu culpa Harry, el señor diggory no soporto la presión. - suspiro. - ve a clase. No hagamos enojar a Severus.

Harry asintió y salió. Tom le sonrió divertido, había espiado toda la conversación.

- El anciano es muy crédulo, creerse esa farsa de la muerte del chico Hufflepuff. - miro a Harry. - Por qué dejaste que colagusano lo matará?

- Era un traidor, dijo estar con nosotros, durante el torneo fue de chismoso con Barty.

- Te hizo el favor. - Harry asintió. - si que sabes cuidarte la espalda esmeralda.

En el camino se encontraron a la profesora Mcgonagall y ella pidió que la acompañarán a su oficina.

Fin de capítulo.

Gracias por leer. Y perdón por la demora, siguiente capítulo en proceso. 

Segundas Oportunidades (Tomarry) (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora