Capitulo XVIII

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Finalmente abandoné esa prisión llamada colegio, ahora estoy instalado en la mansión Riddle, Tom ha estado al pendiente de mi todo el tiempo, entre reuniones y redadas aún se da un tiempo todos los días para estar a mi lado demostrando lo mucho que me ama.

Dos meses pasaron ya desde el inicio de las vacaciones de invierno, apenas Dumbledore noto que no llegue en el primer tren actúo, movió gente por horas buscándome hasta que recibió una carta del ministro Fudge, el esta actualmente bajo el ala de Lord Voldemort así que rápidamente acepto ayudarme a cubrir mi desaparición. En la carta según escuche de Sirius le decía que yo le pedí asesoría especial y me mando lejos para continuar con estudios independientes en preparación para la inminente batalla que vendría después. 

Aunque Dumbledore intento seguir la búsqueda no encontró pistas, para terminar de convencer al ministerio se les informó de los hechizos que recibí de Dumbledore y ganamos el apoyo casi total del ministerio a nuestro favor, Tom estuvo eufórico por semanas con eso. A escondidas algunos de la orden del fénix recibieron la instrucción de seguirme buscando causándome diversión, Dumbledore se veía cada vez más desesperado según Minerva, parece que no soporta la idea de que su preciada arma esté bajo control del ministerio, la situación no podía ser más perfecta.

Dos meses más pasaron antes de que una madrugada llegaran los horribles y esperados dolores que anunciaban la llegada de mi primer hijo, estaba yo tan nervioso como feliz, agradecí que Tom casi matara sus emociones para poder moverse bien. Fue una labor de parto de casi seis horas, malditos genes de Tom! De quien más sacaría que lo bueno se hace esperar?!

Creo que en ese tiempo fracture la mano de Tom un par de veces por la fuerza con que la apretaba cada aumento del dolor de las contracciones, pero poco me importaba, estoy seguro  que en su vida sentirá lo que yo siento justo ahora. Joder que ni un cruciatus me dolió tanto!! 

A cada hora que pase en ese suplicio terminaba maldiciendo a Tom, a la vida y exigiendo al demonio que saliera de una maldita vez para poder darle un par de nalgadas por hacerme sufrir tanto. 

Al final cerca del mediodía el demonio al fin salio anunciándose con un llanto, al escucharlo todo se borro de mi mente, solo podía pensar en tenerlo en mi brazos, en verlo y asegurarme de que estaba bien, en protegerlo jurando que nunca dejaria que le hicieran daño. Me lo dieron y lo acune en mis brazos con ternura, Tom se acerco con una sonrisa. 

- Es nuestro pequeño... - susurro y sonreí con lagrimas en los ojos. 

- Quieres decirle su nombre? - asintió y se lo pase, lo miro con una ligera sonrisa. 

- Thomas Marvolo Riddle. - sonreí. 

- Black. - termine y sonrió divertido 

El pequeño demonio fue presentado al resto de su familia unas horas después, todos lo adoraron y Draco dio a luz unos días después a un par de gemelos rubios. Me quede en el anonimato un año mas, ese año me mostró que los hijos si se parecen a los padres, los gemelos rubios y mi pelinegro eran tan bromistas como mi padre y los suyos, sacaron toda la vena Black. 

Su gran diferencia radicaba en que los gemelos querían atención y alabanzas a su belleza, mi hijo no quería atención, la exigía como algo que debía de tener por derecho reafirmando su parecido a Tom, ademas exigía alagos a sus logros, tan así que en su primer año ya caminaba un poco y podía decir algunas palabras como "mama" "papa" "comida" "No me gusta" "Quiero", todas las usaba con frecuencia mejorando la pronunciación, ya casi logro la erre de "quiero". 

Tom estaba mas que orgulloso de Thomas, el niño mostraba toda su grandeza desde la tierna infancia según el, se decidió que regresaría al ojo publico en mi cumpleaños 17 ya con el rastreador fuera de mi persona, ese día en la casa Black me organizaron una fiesta. 

Segundas Oportunidades (Tomarry) (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora