CAPÍTULO 27

102 12 0
                                    

Lilo.





















Es nuestro primer día de clases. Así es, mi verano desastroso se ha acabado al fin, bueno, digamos que sólo el verano lo ha hecho, porque el desastre aún sigue dentro de mi vida, con más potencia que nunca por cierto, pero, a decir verdad..., me siento algo aliviada de que esa época se haya terminado ya, pues, además de que no la disfruté para nada cómo se supone que deberían de ser unas verdaderas vacaciones de verano... también estoy feliz de que hayan acabado, porque necesitaba aires nuevos y creo que la escuela me ayudará un poco a despejarme de todo lo que ha sucedido últimamente.

Eso espero, porque la situación dentro de casa no mejora y ya me siento bastante abrumada con todo eso también. Aun no hemos encontrado ninguna señal de Dylan, incluso hemos descartado las peores conclusiones, pues, gracias a unos médicos forenses que nos atendieron hace unos días en una morgue a la que nos habíamos obligado a ir cómo última opción desesperada... nos han aclarado que los cuerpos que han encontrado sin vida por los tiroteos que hubo en Downtown hace poco... ya han sido identificados, y, gracias al cielo, entre ninguno de ellos ha sido encontrado mi primo.

Eso es algo que nos ha dado fuerza a todos para no rendirnos. Mis tíos no dejan de buscar, no dejan de lucir desesperados en todo momento, y debo admitir que yo también me siento así. No puedo explicar lo confundida que me tiene esta preocupación que siento hacia Dylan ahora, pero no puedo evitarla. Sin embargo trato de mantenerme firme por mis tíos, porque me digo a mí misma, que ahora me necesitan, y que, apesar de todas lo malo que hubo antes entre nosotros..., debo recordarme que son las personas que me han acogido desde pequeña. Son... mi familia, tanto cómo lo es Dylan también.

No puedo dejarlos solos.

No soy capaz de hacer algo así, menos ahora que me he sentido tan contrariada con mis sentimientos hacia ellos. No es por compromiso, simplemente... no soporto verlos así. Mucho menos a mi tía Lucy. Nunca les había guardado rencor por todo lo que me decían o hacían. Sólo... les tenía un tipo de miedo que, ahora, ha sido reemplazado por algo nuevo. Algo mejor. Algo que me ha hecho verlos cómo unas personas diferentes a las que antes me maltrataban. 

Esta desgracia nos ha logrado unir de verdad.

Estoy en el aula, sentada detrás de Fred. Los viejos y nuevos estudiantes pasando de un lado a otro para buscar lugar. Varios lucen muy entusiasmados y sonrientes al saludarse con otros. Algunos charlan,  miran sus teléfonos, o también esperan desde sus pupitres o hablan con sus amigos. El lugar no deja de llenarse e invadirse también de barullo. Mi mejor amigo y yo hemos aprovechado el tiempo libre que tenemos antes de que llegue el profesor, para platicar un poco también, y bueno, no lo he dejado hablar para nada a él, sinceramente.

He tomado gran vuelo desde que lo ví, no lo pude evitar. No quise contarle todo por chat y ahora que lo tengo de frente... no he podido parar con mi cuento del terror. Necesitaba ya desahogarme con alguien.

Cuando al fin logro callarme... me doy cuenta de la cara de susto con la que lo he dejado. Está en shock o eso parece, ni siquiera parece respirar. Ay Dios...

Ahora no estoy segura si fue una buena idea hacerlo.

Vaya. Mierda. — Los ojos de Fred aún se mantienen abiertos hasta el tope—. Te dejo sola un momento... y mira todo en lo que te metes, Vega.

Niega, y ríe nervioso después.

Me encojo de hombros y juego con mis dedos encima de mi escritorio, nerviosa por escuchar el seguro discurso que me va a echar en unos momentos. Sin embargo se queda pensativo, por eso no le respondo, porque quiero que lo asimile bien, quiero que sea capaz de... entenderme,  cómo tanto lo necesito ahora, porque ya no resisto a todo el desastre mental que me tortura últimamente por reprimirme.

✔️DANGEROUS WORLD (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora