CAPÍTULO 33

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Lilo.






















Él sonríe radiante y me toma del brazo para ayudarme a levantarme, después nos guía hacia las escaleras. Al ascender me lleva al corredor de la izquierda y al final de este nos detenemos afuera de una habitación. Lennon abre y me indica primero que entre.

Esta vez le digo que puedo hacerlo sin su ayuda y, cuando logro llegar a la gran cama que yace cerca de un armario, me siento en el borde, mirando hacia todos lados con curiosidad.  No creo que sea su habitación, no luce tan personalizada, tal vez sea la de invitados.

Estoy loca...

¡¿Por qué diablos esperaba que fuera su habitación?! ¡Dios, Lilo!, ¡¿qué te pasa?!

— El baño es ese. Hay toallas limpias si te apetece ducharte. — su voz me trae de vuelta a la realidad y me alejan de mis pensamientos absurdos.

Trato de sonreírle cuando lo miro, ahora está recargado junto a la puerta de entrada, con las dos manos metidas en sus bolsillos de su pantalón.

—Y... en aquel mueble hay algunas prendas mías. Puedes tomar lo que quieras para poder dormir.

Sólo asiento, dedicándole una sonrisa y me quedo unos segundos pensativa, antes de añadir—;Oye... ¿puedo... preguntarte algo?—  asiente, sin dejar de mirarme. Suspiro y me trato de animar mentalmente para hacer lo siguiente— ¿Estás bien?

— ¿A qué te refieres, nenita?

— A... lo que pasó esta noche.

Su sonrisa desaparece y eso es lo único que necesito para saber la respuesta a mi previa pregunta.

Ahora no sé si estoy segura si hice bien al hacerlo, pero de todos modos..., ya no hay forma de retroceder con lo que dije.

Suspiro y me atrevo a interrumpir el nuevo silencio con—;Tranquilo... No tienes que responder si no quieres. Perdóname.

— No, Lilo, perdóname tú a mí. — suelta, con tono serio y firme—. Perdóname por lo que hice, perdóname por haber actuado así frente a ti. Yo... créeme que ni siquiera lo ví venir, no trato de excusarme, pero... de verdad me siento bastante jodido. Y, respondiendo a tu pregunta, no... No estoy bien, nunca he podido estar bien. No me gusta ser esto pero...—

— ¿Por... por qué llevaste el arma a la fiesta?— no quería sonar asustada o afectada, pero no pude evitarlo y también estaba desesperada por saber eso. Me sacó mucho de onda el hecho de que él y sus amigos hayan ido bien armados a la fiesta.

Lennon bufa y después se despega de la puerta.

— Yo... no es lo que crees. Es sólo que necesito estar siempre protegido, prevenido. Tú sabes, por mi padre. No creas que ando por ahí asesinando a diario al que me dé la gana, Lilo. Por Dios..., es sólo..., que estando dentro de este mundo ya no se sabe.

— ¿Has matado a muchos?— la pregunta sale por si sola de mi boca, logrando hacerlo detener.

No me mira, su atención la tiene capturada algún punto de la habitación.

— Sí... pero sólo los que lo merecían, te lo juro.

—Ella...—

—Ella iba a asesinarte, Lilo.

—No... Estaba dudando.

—Cuando te fuiste a esconder, ella estaba tratando de buscarte. — aclara con tono severo. Apesar de lo ya explicado... no puedo evitar sentirme culpable. No teniendo en mente aún que ella murió por mi culpa—. Vamos nenita, no llores.

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