CAPÍTULO 16

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Lilo.



















La música de Zayn Malik resuena por todo el salón con gran potencia, las risas de los chicos que se encuentran bailando aquí, aunadas al ensordecedor barullo que crean todos ellos con su descontrolado entusiasmo, empieza a hacerme sentir un poco abrumada pero no lo suficiente para hacerme desear marcharme ya. Me había acostumbrado tanto a ser antisocial, ya estaba conforme con pasar los fines de semana encerrada en mi habitación, pero tengo que admitir que esta ha sido una noche agradable, apesar de que al principio no quería venir.

Ahora estoy en la barra, con un piña colada en mi mano derecha y con mis ojos enfocados al frente, mirando a la tierna parejita de adolescentes que se encuentran bailando tímidamente en la pista.  Apesar de la oscuridad que hay por todo el lugar debido a la débil iluminación de las locas luces de colores que ahora bailan encima de todo el mundo, puedo ser capaz de ver la dulce sonrisa que se regala el uno al otro de vez en cuando. Fred parece estarlo pasando bien con Alison, la linda rubia que no ha parado de seguirlo desde que entró a la preparatoria. No la conozco mucho pero las veces que hemos hablado ella ha sido muy dulce y amable. Espero que Fred de verdad se dé cuenta de eso, tal vez ya lo ha hecho, pues no lo había visto sonreír de esa forma con nadie. Me siento emocionada por esto, por ellos.

Ambos lucen tan bien juntos.

Fred es una persona muy importante para mí, es de los pocos que se han quedado conmigo a pesar de todos esos problemas que he tenido en la escuela por culpa de Karen Adams, y el que me ha levantado de ellos, dándome el más sincero de los cariños. Lo conozco desde que éramos dos ingenuos y soñadores niños que deseaban ser superhéroes al crecer. Desde que era un insoportable traviesillo que se escapaba conmigo en los días de lluvia para jugar en ella.

Las palabras no podrían describir nunca el cariño tan profundo que le tengo, pues a pesar de tantos años donde ambos hemos pasado por tantos cambios -tanto físicos cómo emocionales-, seguimos apoyándonos tanto. Aprendí muchas cosas con él y por él. Es mi pequeño Olaf, y cómo lo he mencionado antes... él es lo más parecido que tengo a una familia de verdad.

La felicidad y la ilusión que presentan ahora sus ojos azules, hacen que miles de emociones se arremolinen en mi pecho. Ambos ya dejamos de ser unos niños que jugaban al escondite y a la cuerda en la escuela, ambos empezamos a enfrentar nuevas cosas. Tengo que aceptar eso pero mi corazón aún sigue sintiéndose tan conmovido por la escena que se encuentra frente a mí, en donde veo a mi pequeño travieso besando con tanta ternura a la chica rubia de vestido blanco que tiene en este momento entre sus brazos.

Una sonrisa tonta forman mis labios al recordar el día cuando hablábamos de lo que nos esperaría en la preparatoria.

" — Dicen que si lo haces... te pegarán los piojos.— Fred dice, lanzando una roca al lago azul que yace frente a nosotros.

Nos gusta venir aquí cuando son días soleados, podemos permanecer horas jugando en el agua y hablar de lo que sea, disfrutando hasta la puesta de sol.

Fred siempre me hace sentir mejor. Logra animarme incluso después de haber tenido una discusión con mi tía Lucy. Dios, soy tan afortunada de tenerlo. Él es mi escape.

Mis brazos siguen abrazando mis piernas contra mi pecho, estoy sentada a su lado, viendo el increíble espectáculo de colores amarillos y naranjas que se manifiestan en el cielo. Es una maravillosa vista. Sin embargo este chico arruina el bello momento cuando vuelve a hablar de las consecuencias de tener piojos.

Le ruedo los ojos al cielo. De seguro ha sido su hermano mayor el que lo ha traumado con ese tema.

Pues... tendrás que correr el riesgo...  sí es que algún día quieres besar a una niña.

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