Continuación de: ¡¿Mis Mates?!
Pasaron años desde que Alisha escapó de las manos de Dixon, desde que sus mates "murieron". Ella trata de hacer su vida tras encontrar a su tía que si la recuerda y le ofrece hospedarse, aunque no se le hará muy fácil...
Alisha se iba a mudar a la casa de los hermanos King, ahora podían comenzar de nuevo sin ninguna preocupación o problema.
Ella ya había empacado sus cosas y las había bajado al restaurante/ bar de Nelson, quien se estaba despidiendo de ella.
— Si vuelven a hacerte algo, siempre este bar te estará esperando con los brazos abierto. —
Muchos pensarán que Nelson es un hombre malo, pero cuando lo conoces es todo lo contrario, es una persona con buen corazón.
— Gracias. —
Ambos se abrazan.
— Trataré de venir a visitarte muy seguido. —
Ambos sonríen.
Los dos sintieron un coche estacionarse y ven que salen los hermanos King.
La relación entre los cuatro era muy buena, de a poco se estaban recuperando y ahora darían un gran paso, que Alisha viviera en su casa.
Los tres entran, saludan a Nelson y cada uno besa a Alisha en los labios.
— ¿Vamos a casa, amor? — Pregunta Andrew.
Ella asiente.
Mientras que los hermanos King suben sus maletas al auto, afuera del local, Alisha y Nelson se dan un abrazo y ella sube al auto. Los hermanos se despiden de Nelson y los cuatro se dirigen a la casa King.
Al llegar, los cuatro bajan y los guardias que cuidaban la entrada los ayudaron con las maletas.
Dentro de la casa estaban Ellis y Eddy, que al verla, su tía corrió hacia ella y la abrazo.
— Al fin regresaste. — Dice sonriendole y apretando sus mejillas.
Ellis ve a los hermanos King y señala a cada uno con su mirada amenazante.
— Si lastiman a mi sobrina lo verán, no me importa si son los sobrinos de Eddy. —
Los tres tratan fuerte y asienten rápidamente.
— Igualmente no pensábamos hacerle nada malo. — Le susurra Steve a sus hermanos.
— Alisha. — Le saluda Eddy.
Ella sonríe, camina hacia él y le da un abrazo.
— Hola Eddy. — Le sonríe.
Ambos se separan.
Los guardias habían dejado sus maletas en la sala y se habían ido a sus respectivos lugares para supervisar la zona.
— Será mejor que llevemos esto a tú habitación. — Dice Liam.
Los hermanos King agarraron sus maletas y suben las escaleras junto con Alisha. Los cuatro caminan por el pasillo hasta llegar a su habitación, donde ellos le habían armado su cuarto con todos sus recuerdos cuando tenía catorce años.
Los tres dejan las maletas sobre la cama y la miran.
— Es mejor que descanses y órdenes tus cosas a tu manera. —
Los hermanos iban a salir pero Alisha los retuvo.
— ¿Por qué... Sus cosas no están aquí? —
Cada día, Alisha sorprende a los Hermanos King.
Alisha se sonroja al saber que no es lo que esperaba y ahora se siente con vergüenza.
— Es que pensé que ahora está era... Nuestra habitación. —
Los hermanos sonríen y por alguna razón se sentían emocionados, contentos y con ganas de besar a Alisha.
— Si quieres, podemos mudarnos hoy mismo. — Constesta Andrew.
— Claro, si vos querés. — Dice Steve.
Alisha sonríe sin mostrar sus dientes.
— ¿A ustedes no les molesta? —
Los tres niegan.
— Entonces, desde hoy, está es nuestra habitación. — Declara Alisha con una sonrisa, mostrando sus dientes.
Liam se acerca y la agarra de la cintura y la besa. Lo mismo hacen Steve y Andrew.
— Ellis y el tío Eddy prepararon algunos bocadillos. ¿Querés ir? — Pregunta Andrew.
— ¿Y las maletas? — Señala Alisha las maletas que estaban sobre la cama.
— Luego las acomodamos. — Dice Andrew agarrando cuidadosamente su mano.
Alisha mira a Liam y Steve.
— ¿Ustedes también vendrán? —
— Lamentablemente no podemos, tenemos que resolver cuestiones de la manada. — Le explica Liam.
Alisha asiente un poco desanimada.
Liam Y Steve besan sus mejillas y salen del cuarto.
Andrew mira a Alisha y dice.
— ¿Vamos mi niña? —
Alisha sonríe cuando escucha el apodo y asiente. Ambos salen de la habitación.
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2 semanas después...
Alisha estaba nerviosa, no sabía como reaccionar ante esta situación, por un lado se encontraba feliz pero por el otro lado preocupada.
No sabía cómo iban a reaccionar sus mates y eso la ponía nerviosa.
No era algo malo según ella, sino algo inesperado que no pensaba que iba a pasar, no por el momento.
¿Cómo iba a reaccionar la manada?, ¿La tratarían mal?
Apenas comenzaban una relación formal y no esperaba que esto sucediera.
Pasó un mes desde aquella vez y hoy tiene el fruto que sembraron.
Alisha estaba llorando en el baño, no sabía si era de alegría o de preocupación. Sin embargo, en sus manos sostenía algo que iba a cambiar sus vidas.
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