Enfermera Wang

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Alisha despertó con dolor en su cabeza, no recordaba mucho, solo cuando Zac se llevó a Anthony. Ella estaba aturdida, se sentía desorientada.

Ella se levantó y camino hacia el baño. Se baño, y mientras se duchaba recordó una sensación en la punta de su nariz, aunque no sabía que había pasado.

Alisha, al parecer, soñó con un chico que cualquier chica soñaría, era como el típico chico guapo. Ese chico en su sueño se llamaba Sebastian y era un amor de persona.

Ella sonríe y siguió lavando su cuerpo hasta que estuviera listo. Al salir se coloco un pantalón azul, una remera violeta, un buzo de oso panda, unas zapatillas de color azul y unas polainas de color blanco.

Ella se maquillo un poco y se miró al espejo. Vio la marca de Dixon y decidió taparla. Sacó un vendaje de su cajón y se lo coloco. Ahora si no se veía.

Alisha agarro un gorro (también de panda) y salió de la habitación. Bajo las escaleras hasta llegar al bar donde todo parecía normal, como si no hubiera pasado nada.

Ella se sento en una de las mesas, donde daba la espalda a la puerta principal de entrada y salida del local, y espero a que una empleada la atendiera.

Después de pedir su orden, que consistía en café con dos medialunas de jamón y queso, espero pacientemente. Miraba que en las paredes, al parecer, habían recuerdos de lo que había sucedido en la manada en siglos anteriores. Además, también había cuadros de antepasados King y sus mates, pero había un espacio vacío en una sección de Alpha y la otra de lunas. En ese lugar iban las fotos de los padres de Liam, Andrew y Steve.

Los padres de los trillizos no cumplieron con su mandato y entonces lo sacaron del cuadro como si nunca hubieran existido, aunque siempre quedaba alguna cicatriz como recuerdo.

Alisha comenzó a pensar en sus mates.

¿Cómo se estarán sintiendo? — Piensa.

Justo es ese momento alguien toco la su hombro, asustandola. Ella miró hacia arriba y no lo podía creer, era el chico de su sueño, Sebastian.

— Buenos días Ali. —

Él se agacha y besa su mejilla, haciéndola sonrojar. Sebastian sonríe, mostrando sus dientes y se sienta al frente de ella.

— ¿Ya pediste tu orden? —

Alisha estaba en shock.

— No eres un sueño. — Murmuró para si misma, aunque él lo pudo escucharla.

— Tienes razón, no soy un sueño. —

Alisha parpadeo lentamente.

Él le pidió a una camarera que estaba cerca que le trajeran su desayuno, que consistía en lo mismo que había pedido Alisha.

— ¿Te gustan las medialunas de jamón y queso con café? —

Él asiente.

— ¿Con leche? —

Él asiente de nuevo.

— Aaaah, no puede ser. — Grita. — A mi también me gustan. —

— Pues, al parecer tenemos algo en común. — Dice el seductor.

Alisha se sonroja, mira hacia otro lado y asiente.

Él la mira y sonríe al ver su reacción.

En ese momento, llega el desayuno y comieron juntos mientras hablaban entre sí.

Había muchas cosas interesantes de su vida. Por ejemplo, él había ingresado hace tres años a la manada para ser médico, se especializo en eso porque le gustaba, además su madre murio cuando era chico y su padre igual por depresión. Él vivió en un orfanato hasta los dieciocho, donde con el dinero de su empleo como stripper, consiguió alquilar un departamento y estudiar medicina en la universidad. Él era un hombre lobo que no tenía manada, vivió toda su infancia, adolescencia y casi adultez en la ciudad, donde Sebastian se hacía pasar como un humano más. Él supo controlar a su lobo fácilmente cuando era pequeño, así que no le trajo mucho inconveniente.

Flash Back

¡¿Stripper?! — Pregunta impactada Alisha.

— Se que era muy joven pero el jefe me decía que bailaba muy bien para tener esa edad y quiso contratarme. Además el pago era muy bueno. —

— ¿Y todavía sigues trabajando de eso? —

— ¿Acaso quiere que te haga un show en privado? — La mira atentamente.

Alisha se sonroja y ríe nerviosa.

— Hace mucho calor ¿No? — Dice tomando un trago de su café con leche.

— Yo digo que la única acalorada eres vos. — Dice guiñandole el ojo.

Fin del flash back.

Entonces, casi toda su vida estuvo solo.

Al final, cuando se graduó, quizo conseguir un empleo pero en la ciudad era muy difícil, pues había muchos hospitales sin puesto por el gran personal, entonces Sebastian había decidido conseguir un empleo en cualquier manada, y la primera era está.

Rápidamente lo contrataron y por años estuvo atendiendo a personas enfermas.

Aún no la había encontrado a su mate. Sin embargo, al llegar al bar y ver a la chica media borracha y con una risa hermosa, su lobo salto de alegría. No era su mate pero su lobo se sentía a gusto con ella.

Él no lo puede evitar, Alisha le atraía.

Al terminar de desayunar:

— Bueno, ya que terminamos de desayunar vamos al hospital. —

— ¿Por qué? —

— Es una sorpresa. Vamos. —

Él se levanta y agarra la muñeca de Alisha y camina junto con ella hacia la salida, hasta que Alisha lo detiene.

— Espera. — Él la mira. — No estoy presentable. —

— Estas hermosa Alisha, tu eres hermosa. —

El corazón de Alisha comenzó a latir frenéticamente.

— Vamos. —

Ambos salen del bar y cruzan la calle y caminan por la plaza.

Había muy pocas personas y muy pocos niños jugando en los juegos. Al parecer aún seguían durmiendo o desayunando.

No quedaba tan lejos la plaza. Estaba el bar, al frente la plaza y al frente de ésta el hospital, no quedaba tan lejos.

Al llegar, subieron las escaleras y se abrieron las puertas automáticamente.

Sebastian la dejo pasar primero y ella con justo y nerviosa acepto. Ella ingreso y vio a muchos pacientes en espera y otros en urgencia.

— Bienvenida a tu nueva vida, enfermera Wang. —

Alisha lo ve y él le regala una sonrisa, haciendola sonreír.

Sin duda este era un nuevo inicio.

Conflictos Por AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora