Continuación de: ¡¿Mis Mates?!
Pasaron años desde que Alisha escapó de las manos de Dixon, desde que sus mates "murieron". Ella trata de hacer su vida tras encontrar a su tía que si la recuerda y le ofrece hospedarse, aunque no se le hará muy fácil...
Alisha se miró al espejo y vio que estaba llorando.
Ella estaba embarazada.
Sonrió, seco sus lágrimas y tiro la prueba de embarazo en el tacho de basura.
Alisha debía confirmar si su embarazo era cierto o no, no debía emocionar mucho si aún su embarazo no estaba confirmado.
Ella, ya vestida con ropa simple, sale de su cuarto y camina por el pasillo, baja las escaleras, y cuando quiere salir de la casa, la detiene Eddy.
- ¿Dónde vas? - Pregunta acercándose a ella.
Alisha se da media vuelta y lo mira.
- Voy al hospital, es que hoy me toca hacer rondas. -
Eddy la mira raro.
- ¿No vas a llevar nada? -
Alisha se puso nerviosa.
- Es que deje todas mis cosas en el casillero de haya. -
Eddy asiente.
- Pero antes deberías comer algo. -
Alisha niega.
- Voy a comer allá. -
Eddy toma su mano y la jala para que vayan al comedor.
- No aceptaré un no como respuesta, además debes cuidarte y no deberías pagar por comida cuando puedes comer aquí o llevarte algo. -
No obstante, Alisha tuvo que soportar la comida con Eddy y Ellis, ya que no quería levantar sospecha sobre su embarazo.
Los hermanos King habían ido a la manada de Zac porque estaban teniendo muchos inconvenientes, al parecer la manada no podía aceptar que Zac había encontrado a su luna, y era hombre.
Sin embargo, ellos habían prometido que vendrían por la noche.
Al terminar la comida, ella salió de su casa, que lindo suena su casa, y va al hospital.
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- Felicidades luna, estás embarazada. - La felicita la doctora que estaba mirando el feto con el ultrasonido.
Alisha pudo ver una mancha negra y supo que era su bebé. Alisha al escuchar sus latidos sonrío y quería llorar de alegría.
Va a ser mamá.
- Le recetaré vitaminas y debe cuidarse mucho, los bebés lobos por lo general se mueven mucho. -
Alisha sonríe.
La doctora la limpia y la deja para que acomode su ropa y escribe la receta para que vaya a la farmacia.
- Puede hacerme un favor. -
La doctora asiente.
- No le diga a nadie, es que primero se lo quiero hacer saber a mis mates. -
