un won por beso !୭̥⸙͎۪۫.¡ jeongguk

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El ser nueva en una nueva ciudad es difícil, sobre todo si se trata de un nuevo país y continente. Dónde las costumbres, idiomas y cultura son totalmente diferente a lo que ya estaba acostumbrado. Para mí, el idioma no es una barrera ya que mi padre es coreano por lo que es un lenguaje que puedo dominar a la perfección y con respecto a las costumbre, pues puedo llegar a decir que estoy un poco informada pero sin embargo nunca las llegué a poner en práctica, por eso cuando mi mamá me mando a hacer unas compras en un pequeño mini marke que se encontraba cerca de mi nueva casa, me costó mucho los honoríficos.

Cosa que es muy importante aquí, ya que eso es educación. Pero por alguna razón, todos en la tienda me trataron muy bien y con la amabilidad mas grande que alguna vez puede llegar a conocer. La lista que me había dado mi madre con los productos cada vez se hacia más corta y el carrito que llevaba cada vez tenía menos espacio, no obstante, cuando me tocó tomar un champú mi mente se congeló y la seguridad para elegir se fueron corriendo, el estante está lleno de muchas marcas y la mayoría decían que eren las mejores. Así que con todo la insegudad apoderada de mí, tomo uno pero rápidamente lo de vuelvo para tomar otro que estaba más arriba, insultando por lo bajo por no poder llegar a donde quería.

Entonces otra mano tomó por mí el producto y me lo extendió con cuidado. En cuanto me giro para agradecer, mis palabras quedan trabadas en mi garganta; un chico un poco mas alto, de piel clara, el cabello negro y un poco largo estilo "hongo", se encuentra parado en frente de mí con una gran sonrisa mostrando sus grandes dientes.

—Supongo que querías esto ¿no?—Habló con suavidad, sin dejar su sonrisa. Asiento con mi cabeza sintiéndome estúpida por no poder decir alguna palabra —Hola, me llamo Jungkook ¿y tú?

Tomando el producto para meterlo en la cesta, levanto mi mirada nuevamente y aclaro un poco mi garganta —Me llamo, Italia.

Su ceño se contrae al instante que escucha mi nombre —¿Italia? ¿eso no es un país?

Asiento, ahora mas relajada, mostrando una sonrisa, el chico inclina un poco su cabeza a un lado aún con sus cejas arrugada. una pequeña risa escapa de mis labios al encontrar la escena muy tierna pues aquel chico llamado Jungkook portaba una cara de bebé y sus ojos que son grandes, le dan el aspecto necesario para confirmar mis palabras. Sin mencionar que también es bastante atractivo.

—¿Entonces de verdad es tu nombre o estás jugando conmigo?—Habló luego de unos segundos pero en cuando abrí mi boca para responder a su pregunta. Siento como sus brazos me rodean en un brazo suave y cálido, acto seguido sus labios besaron mi frente -Por favor siguéme el juego

Para ese punto, no entendía nada de lo que está pasando pues por la información que está en mi cabeza, a los corenos le gustan respetar el espacio personal pero en cuanto mis ojos pudieron ver a una chica de cabello largo, un poco baja. Mi cerebro comprendió al instante, la chica parecía molesta y en cuanto nos vio abrazados se acercó a ambos sin una pizca de vergüenza.

—-Jungkook, ¿has estado evitandome? —Habló pasando por alto mi existencia. Su voz estaba cubierta por enojo y repentinamente pude escuchar el corazón del chico latir con fuerza.

—¿Yo? Claro que no —Rió nervioso, sin quitar los brazos de mis hombros, evitando que me alejara se él.

—¿Entonces por qué corriste cuando te llamé unos pasillos atrás? —Colocó sus manos en sus caderas sin perder la rabia.

—Porque... Porque recordé que mi novia Italia se encontraba aquí solita, y a ella no le gusta que yo la deje sola ¿verdad, cariño?—Ambos pusieron sus miradas en mí pero sólo la mirada de Jungkook me pedía a gritos que debía seguir con su juego. Así que quité mi cara de confusión y miré a la chica, ocultado el miedo y la pena.

—Así es, bebé —Envolví mi brazo libre en la cintura del chico, hablado con toda la seguridad que mi voz pudo dar. Sintiendo como Jungkook se relajaba un poco en mi brazo.

La chica nos miró a ambos de arriba a abajo, aunque no sé con exactitud lo que pasó entre ello puedo llegar a la conclusión de que ellos tenían algo o tuvieron algo.

—Nunca me dijiste que tenias una novia, Jungkook. No mientas

—No estoy mintiendo. Italia y yo a penas estamos comenzando una relación —Volvió a besar mi cabeza pero ésta vez en un costado de la cabeza.

—¿Cuanto tiempo tienen juntos?—Preguntó cruzándose de brazos.

Pero probablemente esa era la pregunta que podía llevar todo por el caño, ya que él respondió un tiempo y yo otro. Para repentinamente cruzar nuestra miradas en forma de protesta, mas sin embargo aquella chica cayó en nuestra mentira porque rápidamente se fue molesta, desapareciendo de nuestra vista. Sentí como Jungkook botó todo el aire que mantenía estancado en sus pulmones y su corazón volviendo de a poco a sus ritmos normales.

—¡Gracias, Italia. Eres la mejor! —Dijo casi gritando con mucha alegría. Me incliné un poco haciendo una reverencia —¿Desde cuando vives en Corea?

Su pregunta me hizo volver rápidamente a mi postura, mirándolo intrigada —¿Qué?

—Tus rasgos, son diferente —Volvió a mostrar su sonrisa. Entonces mis mejillas se tiñeron de rojo al caer en cuenta que es la primera vez que un chico me besa la frente, que él es la primera persona con la que he socializado desde que llegué —Oh~ lo siento, no quería avergonzarte

—No, no... Es sólo qué... Me mudé hace unos días y púes eres la primera persona con la que he tenido una conversación estable y con respecto a mis rasgos soy mitad coreana y latina —A pesar de que en un principio hablé insegura, después hablé con total seguridad. Permitiendo mostrar mi sonrisa.

—Ya veo, fue un gusto Italia pero debo volver. Mi hermano debe estar buscándome —Se inclinó en reverencia y corrió por el pasillo hasta desaparecer.

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