un won por beso !୭̥⸙͎۪۫.¡ jeongguk

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Extraño, esa seria la palabra con la cuál describiría éste momento. Antes de venir a la “cita” con Jungkook, estaba totalmente segura de que solo se basaba en una salida amistosa y viéndolo más allá, una salida para que él despejara su mente de lo que sea que lo estuviera atormentando los últimos días. Sin embargo, una pequeña parte de mí comenzó a sentirse de manera extraña cómo pensamientos hacía él: “es realmente lindo cuando sonrie”. Ese pensamiento me llevaba inconscientemente a sonreír también y esa sensación de gusto crecía más, haciendo que la pequeña parte se apoderara de mí.

Entonces, en ese momento mientras veía a Jungkook jugar con una de las maquinas del lugar, llegué a la conclusión de que era posible que Jeon Jungkook, mi mejor amigo, me esté comenzando a gustar. Y no es que no me agrade del todo, pero no quería arruinar nuestra amistad; todo lo que habíamos formado en los últimos años no lo podía simplemente tomar y tierarlo a la basura y eso me llegó a la próxima conclusión.

Si realmente Jungkook me estaba empezando a gustar, él no tenía que saberlo.

—Llevas horas viéndome, ¿Qué tanto ves? —Fui sorprendida por su voz. Sonreí levemente y sacudí la cabeza en señal de negación, dándole a entender que no era nada.

Dirigí mi vista al suelo, si estuve perdida en mis pensamientos por mucho tiempo. Pero eso no quitaba el hecho de ver lo que el hacia, sus gestos, la forma en la que hacia un pequeño berrinche cada que perdía o cuándo sonreía victorioso. Todo esto simplemente estaba llenando mi atracción, ¡Posiblemente sólo sea eso! Una simple atracción y es que, no negaré que Jungkook es muy lindo físicamente pero aún así ¿Por qué a estás alturas?.

En el momento que mordí mi labio inferior sin quitar los ojos del suelo y mi ceño fruncido por los pensamientos. Sentí como su mano tomó la mía, provocando levantar mi mirada con un semblante más relajado.

—Ya es tarde, vamos. Te llevaré a casa — Asentí.

De camino a mi casa, ninguno de los dos dijo algo. No se sentía incómodo, era todo lo contrario, yo disfrutaba de su compañía y al parecer él también lo hacía; los autos que pasaban anulaban el silencio haciéndolo ver cómodo.

—Oye y ese peluche —levanté un ceja con una leve sonrisa, una vez noté lo que llevaba en su otra mano. Él elevó dicha mano dejando ver el peluche con forma de conejo, lo miró con cierta nostalgia y luego me miró.

—Lo gané para ti —Dijo sin más, entregandomelo. Lo miré por unos segundos, detallando cada centímetro con la poca luz y una vez eso, le agradecí con una sonrisa.

Una sonrisa calmada y un corazón agitado. Antes de entrar a la casa me di la vuelta con la intención de despedirme y mis nervios me se dejaron ver en ese momen ¿Cómo se supone que me despida de él? Las luces de la casa estaba apagadas y la única luz disponible era la del poste a una casa de la mía, osea, la escasa luz del poste y la del cielo, eran las únicas que estaba encima de Jungkook.

Sus grandes ojos estaban ahí, mirándome, esperando a que dijera aunque sea una silaba. Pero nada salía, mi mente estaba tan concentrada en lo lindo que se veía Jungkook en ese momento.

—Italia, llevas toda la noche viéndome de esa forma. En vez de sentir que estoy con mi mejor amiga, siento que estoy en una cita con una chica desconocida —Parpadé por unos sengondos, era cierto, no se sentía una salida entre amigos y yo no era la única que lo había notado.

—Lo siento, ¿No vemos mañana? —Apreté mis labios entre mis dientes para luego sonreír flojamente. Él asintió y se despidió con la mano.

Entonces en el momento en que iba a introducir la llave para abrir la puerta, decidí una última cosa, si no lo hacia no iba a domir. Por suerte Jungkook no iba tan lejos y en el momento que que lo llamé corrí hacía él lo más rápido posible, era ahora o nunca.

Pasé mis brazos por su cuello, me levante en puntillas y lo besé. Lo besé porque eso deseaba, lo besé porque necesitaba saber si todo lo que había estado sintiendo era sólo atracción y él correspondió, pasó su mano por mi cintura.

—¿Y eso por qué fue?— Murmuró sin alejarme de él, nuestras caras seguían cerca y nuestros labios rozaban.

Sin embargo, no podía decir nada. —Es un won por beso, ¿Recuerdas?

©huntresscutie