XI-III

16.6K 1.8K 208
                                    

⭐ Un voto se agradece.
🖋️Y un comentario también.
.
.
.
Caminamos por lo que parece una eternidad. Aunque mis piernas se sienten pesadas, y me encuentro demasiado cansada, no digo nada, porque se supone que estamos haciendo esto por mi propia seguridad. Intento mantener la compostura e ignorar el frío, mientras sigo sus pasos.

Todos llevan antorchas en sus manos, menos yo, claro. Sé que en otra instancia hubiera dicho algo al respecto, es algo molesto que te traten como una muñeca de porcelana, pero no lo hacen con maldad, porque debo inspirar tal cosa en estos momentos. Debilidad.

Mis ojos caen en la espalda de Ethan, quien va liderando el paso.

Aún tengo aquel sentimiento que no corresponde. No debería seguir viéndolo como mi mejor amigo, porque a pesar de que ha sido la primera persona en ayudarme, inconscientemente sigo comparándolo, y no lo merece. Pero de una cosa estoy segura, en cualquier mundo él sigue siendo una hermosa persona.

Aquel niño dulce siempre encontró la manera de ayudar a alguien, y el crecer, solo le permitió que sus acciones fueran más fáciles de realizar. Cierta melancolía se instala al pensar en que el paso de los años nos fue separando, sin embargo, nunca dejé de quererlo, fue mi culpa alejarme, porque aunque a los dieciocho me mudé para estudiar, nos mandábamos mensajes, e incluso a veces, él viajaba junto a su hermana y compartíamos las festividades; pero en el último año, comencé a creer que no estaba bien que hicieran tal esfuerzo, que no merecía el gasto de ellos, solo para visitarme, y finalmente dejé de llamarlos, comencé a ignorarlos porque no quería que se preocuparan por mí. Ahora entiendo que aquello no era lo que realmente quería, sino que esas dudas fueron instaladas por Zoe, ella consideraba que no merecía esos maravillosos amigos, pero sí lo hacía. Lo hago.

《Desearía poder estar con ellos una vez más》

Me encojo un poco al mirar el bosque que nos rodea, a medida que avanzamos pareciera que los árboles se van multiplicando, haciéndonos desviarnos de nuestro camino invisible, cada pocos metros. A nuestro alrededor, los troncos son cada vez más grandes, casi tocando el cielo. Y no se ven como simples plantas como pensé al principio, sino que sus cortezas son grises, y aunque sus ramas son resecas, hay hojas en ellas. Hojas oscuras, amarronadas, que caen sobre el césped que parece ser lo único normal en este lugar. Miro el cielo con aire desorientado, preguntándome en qué momento la hierba pudo adaptarse de aquel encapotado tormentoso. Pero de lo que sí me di cuenta fue del aire. No hay frescura, pero no huele rancio, es difícil de describir, pero se siente cierta densidad en él.

-¿Así que Ethan fue tu primer beso?-la pregunta de Ann me saca de lugar ¿Cómo supo? Con incomodidad, dirijo mi vista en su dirección, pero ella no me mira, tiene su vista al frente-Las paredes eran finas, pero logré escuchar eso cuando pasé de casualidad, lo juro.

-Ann, no la molestes-la regaña su hermana. Victoria le frunce el ceño aunque su hermana no le preste atención, y de manera protectora, decide colocarse a mi lado, de esa forma me encuentro en medio de las gemelas.

-No entiendo muy bien cómo funciona todo, pero nosotros tuvimos una Zoe y tú un Ethan, ¿cómo era?-volvió a preguntar, esta vez, mirándome. No estoy segura de qué responder, porque no me parece algo de lo que hablar, más aún cuando noto que Ethan disminuye el paso, por lo que puede escucharnos perfectamente.

-Yo, pues...yo era amiga de su hermana Izzie-admito, y al instante la imagen de su rostro regordete, y bucles rubios, llegan a mí, haciéndome sonreír-Comenzamos a ir juntas a la primaria, y bueno, al tiempo empecé a ir a jugar a su casa, donde conocí a Ethan. Izzie siempre se enojaba porque terminaba jugando con él-una risa se me escapa al recordarlo-Ella siempre ha sido una niña caprichosa, pero es muy dulce...

Azael | 1 | Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora