Azael | 1 | Completa

XIV-III

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No hubo mucho tiempo para prepararme como debía, ya que salimos lo antes posible. Logré tomar una sudadera lo suficientemente abrigada para cubrirme del frío, sin embargo, mi cuerpo se calentó en brevedad debido a la rapidez con la que estamos caminando.

El pueblo queda a media hora, pero se siente como una eternidad llegar allí.

Sin contar con el hecho de que estoy acabando con el poco orgullo que queda de mí al caminar tan cerca de Race. Pero no logro evitarlo. Estar afuera nuevamente me hace revivir el momento en que aquella muchacha muerta apareció. No quiero volver a ver algo así, pero si llamaron por ayuda, probablemente sea por esa razón.

Miro el perfil de mi acompañante por un segundo, e intento avanzar lo más rápido que mis piernas me lo permitan.

Tratando de no caer, alumbro el suelo con una de las linternas que me ha dado.

Es una noche más tranquila que las anteriores, apenas hay viento, y casi no hay truenos que nos acompañan, solo silencio. Un silencio que me deja intranquila. Tampoco ayuda el hecho de que se ha levantado una pesada neblina desmejorando nuestra visión.

Mi cabeza es una maraña de pensamientos, es una tortura. El tener en la cabeza que Zoe podría haber hecho algo horrible, el saber que presenciaré nuevamente a personas muertas, el temor de que algo malo puede ocurrir, me está matando.

-¿Falta mucho?-murmuro con dificultad. Estoy sin aliento, y mi estómago duele en cada paso. A diferencia de mi, Race se ve totalmente calmado. Sé que ha disminuido el paso por mi culpa, pero estoy dando lo mejor de mi.

Miro a mi alrededor, preguntándome si habrá algo diferente que deje saber que estamos cerca de ese pueblo, porque no hay diferencia en el panorama cubierto por árboles. A pesar de que nos hemos alejado del búnker, y hemos tomado una nueva dirección todo está tan cubierto por la arbolada que es difícil andar. Al parecer todo el terreno es así, debes zigzaguear para no chocar con ninguno.

-No.

Adoro la manera en que Race se comunica.

-¿Ellos están bien?-vuelvo a preguntar un poco insegura. Elevo mis ojos hacia su mirada. Me sorprendo un poco al ver cómo sus pupilas viajan de un lugar a otro sin perderse de nada.

Aunque parece reacio a responderme, lo hace de todas formas.

-Sí, quedaron encerrados.

-¿Encerrados? Pero, Azael...

Ante de que pueda decir algo, Race me toma del brazo, empujándome hacía él. Mi espalda choca contra su pecho, y el aire se atora en mis pulmones ante la repentina acción.

Nos mueve con rapidez hasta ubicarnos detrás de un gran árbol.

Su mano se mueve hacia mi estómago, evitando que me mueva.

Sin embargo, comprendo casi al instante porqué nos esconde.

Mis ojos se agrandan de horror cuando una sombra con figura humana pasa a unos metros de nosotros. Pasa en un parpadeo, sin hacer algún ruido.

-Cállate, ¿está bien? No puedo escuchar si vienen -demanda con frustración mientras me suelta. Me alejo de él.

Estoy a punto de preguntar cómo es posible que los escuche cuando parecía moverse en silencio, pero no lo hago. Sello mis labios, y así, seguimos andando.

Pasan al menos diez minutos más, cuando lo que parece ser un viejo camino aparece entre el bosque. Como el suelo está completamente desgastado, apenas es perceptible, pero aún así comenzamos a caminar sobre él.