Azael | 1 | Completa

XIX-I

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-¿Por qué harías algo así? ¿Estás loco? ¡Morirás! ¡Todos mueren allí!

-Sabes que haría todo por ella...

-Ella te necesita aquí, no necesita que hagas algo tan estúpido como...

Cuando abrí los ojos, lo primero que vi fue una pequeña luz en una esquina

¿Dónde estaba? Me removí, y una fuerte punzada de dolor recorrió todo mi cuerpo. También me ardían los ojos. Con cuidado, me erguí, y miré a mi costado al sentir una fuente de calor a mi lado. Victoria. Apenas podía ver su rostro debido a la penumbra, pero podía ver sus ojos cerrados; su lenta respiración era el único ruido en el lugar.

<<Azael>>

Me levanté con mucho cuidado, para que el dolor no fuera capaz de detenerme. Entre la oscuridad, me senté sobre el colchón, y traté de agudizar mi mirada, tratando de visibilizar algún detalle de la habitación en la que estábamos, pero fue en vano.

Tomé un respiro profundo, y luego me sostuve con mis propias piernas; extrañamente debilitada, me apoyé sobre la pared hasta llegar a la vela en el suelo del otro lado del pequeño lugar. El olor a humedad, y la tierra que se pegaba en mis pies descalzos al dar cada paso, solo me aclaraban el hecho de que no estábamos en el búnker.

-Aún no sabemos qué vamos a hacer-la voz de Ethan me sorprendió en medio del silencio. Me giré un segundo, pero Victoria todavía seguía durmiendo con tranquilidad-¿Qué ocurrió con los demás? - con mucha delicadeza, me acerqué al borde de la puerta, mantuve mi mano sobre el marco de esta, para mantener el equilibrio. No quería interrumpir la conversación, a pesar de que sabía que no los molestaría, sin embargo, de todas formas me mantuve quieta en el lugar.

-Salieron antes de que yo lo hiciera- dijo Azael, y algo dentro de mi, se removió. No había sido un sueño, realmente estaba bien- Pero no sé si están heridos, no sabemos si se mantendrán en el bosque, si intentarán volver al búnker, si se encontrarán con nosotros, ni siquiera sabemos si están perdidos.

-¿Entonces qué haremos? ¿Y qué haremos con Rose? Dijo que podría encontrarse con Zoe en la ciudad, pero sabemos que es peligroso.

¿Rose? ¿Había logrado hablar con ella?

-Nos quedaremos aquí uno o dos días, después nos moveremos. Veremos qué hacer, lo importante ahora es terminar de asegurar todo-dijo, al mismo tiempo que se comenzaban a escucharse que arrastraban algo-Ethan...

-¿Sí?

-Te dije que no dejaras a Zoe sola-dijo finalmente. Su tono de voz había cambiado, ya no había tristeza o preocupación como lo hacía al hablar de los demás.

-Lo siento, es que...

-No me importa, pudo haberle ocurrido algo, que no vuelva a suceder.

-Está bien-un suspiro audible lleno de cansancio se escapó de sus labios-Iré a ver cómo están...-comenzó a decir, sus pisadas se acercaron con tanta rapidez que no pude actuar a tiempo, porque segundos después, Ethan había abierto la puerta.

Ambos me miraron al instante, pese a eso, mantuve mi vista fija en esos tormentosos ojos azules. Nuevamente: alivio.

-Lo siento, no quería interrumpir-Desplacé la vista, inspeccionando el lugar. Habían colocado varias velas pequeñas alrededor. El lugar realmente era pequeño, era una vieja casa de madera. Había tres pequeñas ventanas, y viejas cortinas oscuras impedían la vista hacia afuera, la puerta estaba asegurada con una alta pero vacía biblioteca, además de esos muebles, solo se encontraba en la habitación una mesa redonda de madera, y dos sillas. En una esquina, estaba la mochila de Ethan y una bolsa de plástico negra; más un par de maderas, que parecían ser de otro viejo mueble que alguno de los chicos rompió para poder clavar las tablas y asegurar las ventanas. Azael se encontraba cerca de una de las ventanas, mientras que Ethan se encontraba en frente de mí.