Azael | 1 | Completa

XVII-I

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No respondí, no podía hacerlo. Sentía la garganta seca, y un constate escalofrío recorría mi cuerpo, y comprendí al instante porqué. Le temía.

Estaba aterrada de esa persona.

-¿No quieren pasar?-murmuró con lentitud. Bajé la mirada en el momento en que sus ojos volaron a mi rostro, esperando alguna reacción de mi parte, esperando alguna reacción de Zoe-Ya que sorpresivamente volvieron a comunicarse con nosotros, supusimos que era porque necesitaban algo-comentó. Seguí sus pasos, que poco a poco se iban acercando a nosotros mientras hablaba-Tal vez alguna de sus pertenencias, sus habitaciones aún están intactas, tal vez querían volver...o pedir perdón por cómo se fueron.

-Solo venimos por lo que nos corresponde, nada más-el aire se cortó con su voz. Azael dio un paso al frente, soltándome, quedando frente a esa mujer- Así que déjanos entrar ahora.

De forma abrupta, ella comenzó a reír. Una risa seca, y maliciosa burbujeó desde el fondo de su garganta. La miré de reojo, solo estaba a dos metros de mí.

-¡Vaya! Sigues siendo el mismo, querido Azael. Está bien, seré una buena anfitriona, pero quisiera hablar con Zoe mientras ustedes...

-No.

-¿No?-dijo con falsa sorpresa- No le haré nada, antes de ser tuya era nuestra, pero ella decidió qué camino seguir-inconscientemente la miré cuando dijo aquello. La extraña familiaridad, la molestia que interrumpía su voz en mi cabeza me descomponía.

Miré a Azael.

No podía ver su rostro, pero su espalda estaba tensa, y sus manos en puño, y eso solo dejaba en evidencia que su paciencia podía romperse en cualquier momento. Sabía que lo que decía esa mujer lo afectaba, pero debíamos hablar con Rose.

-Dije que no, hablarás solo conmigo, y dejarás en paz a los demás.

Los segundos pasaron. Casi eternos entre el silencio, entre la oscuridad que parecía provenir de ella.

-¿Por qué haría eso?-apenas fue un murmullo, pero sus palabras estaban cargadas de desafío.-¿Temes que se quiebren? ¿Temes que quiebre nuevamente a tu amada?

-Ya basta-algo se rompió en Azael, por un momento su instinto salió a la luz, y acercó su cuerpo hasta casi pegarse con el de esa mujer, casi empujándola. En el segundo en que avanzó, los arbustos a nuestro alrededor se movieron, y nuevas sombras aparecieron, rodeándonos. Apenas eran visibles ante nuestros ojos, pero estaban ahí, y sabía que solo bastaba una palabra para que nos atacasen.

Traté de ser fuerte, de mantener la compostura. Debía confiar en Azael, nos protegería. Me protegería.

Segundos pasaron. Segundos eternos donde el silencio llenaba el vacío.

-De acuerdo. Hablaremos...mientras te sangras un poquito ...-<<¿Qué?>> Sin medir mis movimientos, miré a Race e Ethan, quienes tenía a mi lado. Sus posturas tensas, a punto de atacar, sin embargo, no hacían nada-Lo tomaré como un favor ya que no me gusta que me contradigan. Un pequeño corte no te hará nada-explicó con simpleza, mientras tomaba del mango el pequeño cuchillo.

¿Lo atacaría? ¿Por qué nadie hacía ni decía nada? ¿Qué ocurría? Tal vez la hoja no era tan filosa, ni siquiera lo suficientemente grande como para herir a alguien tan fuerte como Azael, pero el solo pensar de verlo lastimado, algo dentro de mí se despertó. Y cuando la mano de esa mujer se elevó, y apuntó en su dirección, mi cuerpo avanzó, mi propia voz salió.