XIV-II

15.2K 1.7K 127
                                    

⭐ Un voto se agradece.
🖋️Y un comentario también.

Instagram: lourdesrbenitez

.
.
.
No pasaron ni cinco minutos que estábamos solos, cuando él se apoyó contra el marco de la puerta, esperando a que me dignara a seguirlo. Debo admitir que no dije nada, ni siquiera lo miré a los ojos, solo fui detrás de Race. Ambos nos encontramos en la habitación que comparte con Ethan, sin embargo, no fui siquiera capaz verla detenidamente, no pude ver más allá de las dos colchas que estaban colocadas en el suelo, y en las que rápidamente me obligó a recostarme, para no hacer nada más ni nada menos que abdominales. Luego de eso, siguieron más, y más ejercicios sin ningún tipo de descanso.

No tuvo piedad, incluso me exigió cierto cosas que seguramente esperaba de esa Zoe, siempre diciendo las cosas en un tono que no me agradó, no burlón, pero sí lleno de molestia, una molestia que me contagió, provocando que lo único que deseara era terminar con todo de una vez.

En última instancia, luego de tres horas de lo que él llamó "calentamiento", me enseñó algunos trucos para evitar golpes hasta el momento, sin embargo, mi cuerpo ya está completamente exhausto. No puedo más.

Estoy por rogarle que detenga los golpes que se supone que debo esquivar o parar, cuando su puño golpea mi estómago, haciendo que caiga de rodillas.
Me quedo sin aliento.

<<Duele>>

Apoyo mis manos contra el piso, intentando tomar un poco de aire. Con la vista nublada, limpio con mi antebrazo el sudor en mi frente, manteniéndome en la misma posición.

Tengo unas ganas de llorar, pero de frustración, enojo, y sé que se solucionaría si al menos pudiera ser yo la que golpeara.

-Levántate.

-No puedo-susurro sin poder controlar mi respiración. Las náuseas suben por mi garganta, y el dolor en mi estómago se intensifica.

-¿Qué?

Aunque no elevo la vista, logro observan cómo se acerca. Poco a poco, hasta que sus botas quedan frente a mí.

-Ya no puedo más-logro decir, mientras intento evitar las arcadas. Con dificultad, apoyo con cuidado las plantas de mis pies sobre el suelo, y me impulso hacia arriba.

Mi ojos conectan con los de Race en cuanto estoy parada. Está a menos de un metro de mí, y aunque la molestia sigue en mi sistema, el tenerlo tan cerca, también me provoca cierto miedo.

-¿Qué dijiste?-la altanería con la que me trata, provoca que forme mis manos en puños ante el enojo, y por un segundo, dejo de lado el desasosiego que me produce estar a su lado, y permito que mi tono de voz se eleve.

-¡Que ya no puedo más!

La rabia con que me dirijo hacia él, provoca cierta sorpresa que logro reconocer en su rostro, sin embargo, la frialdad con que sus ojos me miran, jamás desaparece, sino todo lo contrario, se intensifica.

Race da un paso hacia delante.

Con un deje de valentía, cuadro mis hombros, como si su altura superior no causara nada en mí.

-Eres tan débil.

-N-No soy débil, yo nunca he entrenado así...

-¿No?-interrumpe, la ironía desbordando en su voz. Colocando sus manos sobre sus caderas, espera con cierta burla por mi respuesta, mientras vuelve a dar un paso más. Como su pecho cubierto por una fina camiseta gris, queda al mismo nivel que mis ojos, debo elevar la barbilla para seguir viéndolo.

-No, no soy la Zoe que conociste-le hago saber, tan cansada de repetirlo, y pensarlo.

-Pues eres igual de...

Azael | 1 | Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora