Lazos Divididos | TaeKook |【OMEGAVERSE】

✧ 07 ✧

—¿Adivina quién soy? —pregunto abrazando por la espalda al mayor.

—¿Creí que no vendrías? —se giró queriendo besar los labios ajenos, pero Jungkook escondió el rostro contra su pecho —Mírame —su voz sonó más grave de lo esperado, un nudo doloroso formándose en su garganta. El menor negó con la cabeza sin querer obedecer —Lo volvió hacer, ¿no es así?

—Hyung...

—Ese malnacido te volvió a golpear —espeto empuñando las manos, su olor tornándose amargo, mientras Jungkook se apretaba más contra su cuerpo intentando calmarlo —No debí escucharte yo debí ir contigo-

—Él no lo volverá hacer, me quedare contigo. Tú y yo, solo eso importa, ¿recuerdas?

Con el índice levanto la barbilla del menor, notando un pequeño corte a un lado del pómulo, su sangre hirvió de impotencia deseoso de venganza, pero solo se limitó a besar la zona afectada, abrazando segundos después a su pequeño, queriendo unir los pedazos rotos de su frágil corazón.

Se sumieron en su propio mundo, sosteniéndose en los brazos ajenos deseosos de acabar con todo el dolor de una vez por todas. Sin aviso alguno el instinto alfa del mayor se inquieta poniéndolo en alerta, pasea la mirada a los alrededores examinando minuciosamente cada detalle en busca de alguna posible amenaza. No había mucha gente, la calle estaba casi deshabitada, un mal presentimiento empieza a embargarlo.

—Jungkook, detrás de mí.

—Pero hyung...

—¡DETRÁS DE MI AHORA!

Obedeció a la voz de mando del alfa, entendiendo que él solo quería protegerlo, aunque aún no entendía de qué.

—Qué suce-

Un sonido fuerte se escucha demasiado cerca, un disparo... y luego otro; el cuerpo de Jungkook tiembla, siente su corazón detenerse al ver como su protector se desploma lentamente sin previo aviso.

—Hyung ¡Hyung! ¡Amor!

Se aferra al cuerpo ajeno intentando ayudarlo, poco le importaba mancharse con la sangre que empezaba a correr, estaba tan hundido en su desespero por auxiliarlo que no noto a dos hombres encapuchados corriendo en su dirección; forcejeo, pataleo, peleo, pero todos sus esfuerzos fueron en vano.

—¡Suéltenme! ¡Debo ayudarlo! ¡Suéltenme! —grita entre lágrimas y desesperación, mientras lo fuerzan a subir a un auto.

La persona que más quería yacía tirado sobre el frío suelo, seminconsciente, desangrándose y él no podía hacer nada por ayudarlo.

Se levantó de golpe con lágrimas en los ojos, sentía claramente la falta de oxígeno, la apnea se presentaba una vez más, aquella pesadilla se sintió tan real, el miedo recorría su cuerpo, en su corazón sentía un vacío inexplicable, algo le faltaba pero no sabe qué.

Está harto de tener esos sueños que lo dejan sumamente atormentado al despertar, los relacionaba con la niñez tan dura que vivió en Busan, creía que alejándose de ese infierno todo se acabaría incluyendo las pesadillas, pero que lejos estaba de la realidad.

Los fantasmas seguían ahí.

Miro el reloj era demasiado temprano para ir a clases, por otro lado no quería volver a dormir, aquel sueño lo perturbo demasiado.

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