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Fue difícil entrar a la habitación con el omega en brazos, más difícil aún que Jungkook le soltara y no se echara a llorar porqué él debía encargarse del individuo que yacía sumido en un profundo sueño, ebrio y tirado sobre el piso en medio de la sala de estar.

—Voy y vuelvo no tardare bebé —explico una vez más, tratando de que Jungkook le soltara.

—No te vayas —gimoteo de rodillas sobre la cama aferrado al cuello del mayor y el rostro oculto contra su pecho —No volverás.

—Bebé...

—No.

Suspiro cansado abrazándolo por la cintura para calmarlo. Él sabía que los omegas eran dependientes en extremo de su alfa, que les gustaba ser mimados y consentidos la mayor parte del tiempo, lo sabía y ciegamente creyó que Jungkook no era así, que su personalidad independiente y por ratos fría era todo lo que podía esperar del azabache.

Se equivocó.

¿Quién diría que detrás de esa mascara de indiferencia se ocultaba el ser más dulce que pudiese existir? Y no, no lo decía por el Jungkook ebrio que pedía por él entre sus brazos, lo decía por ese tierno omega que estando a solas se mostraba atento, dulce, cariñoso, que le miraba como si él fuese el ser más bello del mundo, y eso, esos pequeños detalles le hacían sentir especial, como si fuese dueño del universo.

Un universo creado a medida solo para él.

Sí bien la personalidad independiente que mostraba Jungkook le cautivo, fue esa parte frágil, vulnerable lo que termino por hacerlo caer a su total voluntad, y no se arrepentía de ello, porque a cambio él era acreedor de poder disfrutar de tan bella parte de este.

Los besos iniciaron con ellos las caricias, sus cuerpos pegados, sus brazos aferrados a la anatomía del otro mientras sus respiraciones se mezclaban tendidos sobre esa cómoda cama de sábanas blancas en donde compartían noches de sueño, conversaciones y besos sutiles que concluían con ellos abrazados hasta el amanecer; inevitablemente Taehyung se cuestionó que tan mala idea fue dejar que su novio bebiese con su amigo a tal extremo, ¿era malo lo que ambos querían hacer?, ¿si Jungkook no hubiese bebido la situación seria la misma?

Era cierto él no estaba ebrio dado que no se permitió consumir ni una gota de alcohol con la finalidad de vigilar al visitante beta que se autoproclamaba hermano de su omega, pero vamos el conocía casos de incesto y no se arriesgaría a que el recién llegado se propasase con su alcoholizado novio, tampoco es que se hubiese opuesto rotundamente a la idea, no, él no quería lucir como ese tipo de novio posesivo y opresor que le decía a su pareja que hacer y que no; por supuesto que no. Jungkook era libre de hacer lo que quisiera siempre y cuando él estuviese cerca para cuidarlo de los buitres carroñeros, como ahora. Aunque de haber sabido que terminaría en ese estado probablemente le hubiese prohibido a Hoshi que sacase de la nevera las botellas de soju que dejo Jimin en su última visita, y a cambio les hubiese servido jugo para que celebrasen su ingreso a la universidad.

Ya era tarde para arrepentimientos.

—Bebé espera, debo ir a ver como esta Hoshi —pidió sintiendo las manos del menor pasando por debajo de su polera.

—No quiero, no te vayas —gimoteo negándose a dejar ir al hombre sobre él —Alfa.

—Kookie...

—Alfa.

Amor eres un buen omega ¿no? —Jungkook le miro expectante como hipnotizado, ese era el alfa de Taehyung hablándole, sometiéndolo. Una corriente eléctrica recorrió su cuerpo al oírlo ,incitándolo asentir en entera sumisión —Por eso me esperaras quietecito aquí sin protestar, te portaras bien y serás un buen chico mientras no estoy, ¿cierto? —asintió una vez más soltando un pequeño gemido de placer cuando el castaño le beso antes de salir del lugar.

Lazos Divididos | TaeKook |【OMEGAVERSE】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora