Lazos Divididos | TaeKook |【OMEGAVERSE】

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Jungkook miró preocupado a Taehyung cuando este estornudo por segunda vez, creyendo seriamente que no debió haber aceptado ponerse su saco, aunque insistiera con que era un camino largo y por la hora demasiado frío. 

Tras la llamada de Hoshi, Jungkook entró en crisis, su amigo fue claro en sus palabras, su madre estaba internada en un hospital, su padre se había excedido esta vez. Por ende ahora se dirigían rumbo a Busan; Taehyung sin dudarlo se ofreció a acompañarlo viendo el estado en que estaba, no quería dejarlo solo con algo como esto, quería ser un apoyo para él.

—No me mires así no moriré por un simple resfrió Kookie, soy más duro que eso, además ya estamos llegando trata de dormir algo que no has dormido casi nada en todo el camino.

—No puedo dormir Tae me preocupa mucho mamá y me preocupas tú, porque no has descansado nada y la camisa que llevas puesta no te está abrigando. Yo-yo también quisiera cuidarte, también quiero sentirme útil...

—No digas eso —detuvo el auto, frunciendo levemente el ceño —No vuelvas a decir eso Jungkook, porque para mí no es así; Kookie entiende que no puedes exigirte mucho en una situación como esta. Estoy seguro que serias capaz de cuidar bien de mí y de quien sea, pero por hoy deja que sea yo quien cuide de ti, ¿sí?

Su voz sonó con dulzura, quería transmitirle seguridad, hacerle saber que él estaría ahí siempre que lo necesitara, pero sobre todo recordarle lo importante y valioso que era. Jungkook sonrió al oírlo, su corazón se aceleró y su omega se regocijo al sentir tal atención de su alfa, por unos segundos olvido todos sus problemas, por unos segundos solo eran Taehyung y él, juntos.

Fueron necesarios treinta minutos más para llegar a su destino; Jungkook no dudo en correr por los pasillos de aquel hospital buscando obtener información en relación a su progenitora, logrando respirar tranquilo tras oír el diagnostico positivo del médico a cargo.

—¿Mamá?

Llamo ingresando cautelosamente a la habitación, encontrándola dormida. Él en verdad odiaba los hospitales, las paredes blancas y el olor a fármacos lo aturdían, desde pequeño mostró su rechazo por estos, por lo que se las ingenio para aprender a curarse las heridas el mismo; su corazón se apretó al ver a su madre recostada con múltiples moretones, se sentía culpable por dejarla sola en ese infierno, pero es que ella se negó en acompañarlo.

¿Cuánto daño puede provocar una marca?

—Kookie —sonrío la mujer, despertando, sintiendo el toque de las manos de su hijo —¿Qué haces aquí cariño?

—Mamá —sollozo, ocultando su rostro en las manos de su madre —No debí dejarte, debí quedarme, mírate terminaste aquí porque no tenías quien cure tus heridas...

—Shhh — siseó —No digas eso cariño estoy bien es algo a lo que me acostumbre hace años —sonrió una vez más acariciando las mejillas de su hijo en un intento por calmarlo, notando de repente la presencia de Taehyung quien permaneció de pie al costado de la puerta observándolos en completo silencio — Uh, Kookie, ¿él es tu alfa?

Las mejillas de Jungkook tomaron un color carmesí, avergonzado por la pregunta de su madre. A diferencia suya Taehyung esbozo una amplia sonrisa. Definitivamente se llevaría bien con aquella mujer.

—Él-él es-

—Mucho gusto —se reverencio el alfa —Siento no haberme presentado desde un inicio, pero es que no quería interrumpir el momento tan íntimo que compartían; permítame presentarme soy Kim Taehyung y sí, soy el alfa de Kookie —sonrió orgulloso, complacido por sus propias palabras, mientras Jungkook agachaba la cabeza cada vez más sonrojado.