La manada de los Jeon reside en Canus, un pueblo alejado de la ciudad, ubicado en los adentros del bosque Magno, por la zona del noreste. Khal MinRi, una licántropa albina de clase omega -aunque con todas las características de una alfa- ya lleva ci...
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Rin
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MinRi y Namjoon estaban trepados en el árbol más grande el bosque, dónde siempre acostumbran pasar el rato. Desde la madrugada habían estado vagando por ahí y por la sombra de los árboles no se sabía la hora exacta que era, pero de lo que estaban seguros es que ya era de día.
Namjoon amaba trepar árboles y observar desde arriba la vista del bosque, rasparse las plantas de los pies por la rugosidad de los troncos y de vez en cuando quitarse astillas de las manos. No sabía el motivo, pero amaba pasar la mayor parte del día en el bosque, el simple hecho de estar ahí le provocaba un sentimiento indescriptible para él.
MinRi comprendía ese peculiar sentimiento y, aunque no era fan de trepar, acompañaba a Namjoon a la copa de los árboles y ambos se deleitaban de la vista. La mayoría de las veces ni siquiera se molestaba en trepar, ya que Namjoon la consentía al grado que la llevaba en su espalda todo el vertical trayecto.
Ver a Namjoon con los ojos brillantes y con una sonrisa le recordó de inmediato lo mucho que quería trasmutar.
La peliblanca amaba con todo su ser cambiar de forma, amaba caminar en cuatro patas, como sus sentidos cambiaban de ser "comunes" a hacerse más agudos y como sus miedos y preocupaciones se iban en cuanto corría tan rápido como podía por el bosque.
Miró sus uñas, y deseando que se transformaran en garras, habló.
—Voy a convertirme.
Namjoon soltó una pequeña risa —Sabes que no puedes, entiende que no sabemos qué puede pasar, tienes que esperar sólo tres semanas más.
MinRi blanqueó los ojos y bufó.
En su interior, su lobo sintió que Jeongguk la buscaba.
—Jeongguk acaba de despertar —habló— ¿Cuánto apuestas a que llega en unos minutos?
Namjoon negó con aires de diversión y volvió a mirar al cielo.
Una semana había pasado desde que el alfa la había enlazado. Por más cosas que supiera o hubiera investigado del lazo, no se comparaba con vivirlo en carne propia. Sabía que su lazo no estaba completamente desarrollado, pues no pasaba mucho tiempo con su alfa, pero aun así sus lobos se buscaban mutuamente. Lo que más odiaba del enlace es que Jeongguk podía hablarle mediante su lobo, como justo ahora.
