La manada de los Jeon reside en Canus, un pueblo alejado de la ciudad, ubicado en los adentros del bosque Magno, por la zona del noreste. Khal MinRi, una licántropa albina de clase omega -aunque con todas las características de una alfa- ya lleva ci...
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Amabilidad
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MinRi jamás había experimentado lo que era la amabilidad de las personas. Cuando estaba en la manada de los Sung jamás fue tratada bien. De hecho, trataba de no salir de casa para evitar ser agredida o insultada y cuando lo hacía, salía transformada como un enorme lobo blanco y acompañada de Bogum, su hermano mayor y alfa de un tamaño descomunal.
Cuando llegó con los Jeon, al principio no se sentía cómoda con la amabilidad con la que la trataban, y pensando que todos la veían y sonreían solo por lástima, se alejó. Nadie la culpó, pues cuando escucharon de la boca de Yowon, la madre de Namjoon, que ella y su hijo mayor, la encontraron moribunda por los alrededores del bosque, nadie se podía tan siquiera imaginar el sufrimiento por el que pasó MinRi, y por eso es que no la hostigaron ni obligaron a hablar con otras personas que no fueran los Jeon o los Kim.
Pero eso sí, todos se ofrecieron para ayudar en cualquier cosa que la peliblanca ocupara.
MinRi se la pasaba toda la mañana y la tarde en casa de los Kim y toda la noche en la casa de los Jeon. Daehyun le mandó hacer una pequeña casa cerca del bosque y del hogar de los Kim, y mientras estaba lista, le preparó una habitación –con olor peculiar olor a menta– en su hogar. MinRi agradeció con mares y mares de lágrimas la hospitalidad con la que era tratada. No solo por los Jeon, sino también por los Kim.
Parecía que sólo con sus salvadores –como le decía a los Kim- y la familia del alfa del pueblo no era desconfiada ni miedosa.
Acostumbraba a ayudar a Yowon con los quehaceres del hogar, y un día, cuando en la tarde terminó de sacudir, se distrajo por un rato viendo por la ventana. El bosque verde frondoso siempre era el mismo visto desde aquel hueco en la pared, hasta que un día un lobo café de gran tamaño acaparó su atención.
No solo fue ese día, sino todos los demás.
Por más fuerte que fuera la risa de Seokjin o por más interesante que fuera la plática de Yowon, MinRi siempre buscaba con la mirada a aquel lobo café en la ventana.
Solo sabía que se trataba del hijo menor de los Kim, que solo era mayor que ella por unos dos o tres años, que trabajaba con su padre en quien sabe qué todas las mañanas, y que por las tardes le gustaba transformarse o subir árboles. No lo conocía, pues él regresaba a casa en la noche, cuando ella ya estaba con los Jeon.
