La manada de los Jeon reside en Canus, un pueblo alejado de la ciudad, ubicado en los adentros del bosque Magno, por la zona del noreste. Khal MinRi, una licántropa albina de clase omega -aunque con todas las características de una alfa- ya lleva ci...
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Bebé...
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El silencio y la calma que tenía el bosque en la mañana era lo que la mayoría de los lobos buscaban. La sensación de "conectarte" con la naturaleza y no escuchar otra cosa que no fueran grillos, el viento, las cigarras o ramas romperse era tentadora para cualquiera.
MinRi aprovechó lo que quedaba de la mañana para transmutarse. Corrió hasta que se cansó, olfateó hasta que su lomo dolió por agacharse tanto y saltó y jugó hasta que sus energías se agotaron.
La omega, sin importar que tan sensible fuera su piel, se acostó en el suelo después de volverse a colocar el vestido. No le importaba si las ramas y las hojas secas la lastimaban, pues el sol, al este del bosque, alumbraba el celeste cielo frente a ella, dándole una vista digna para fotografiar.
Ver el cielo la hacía pensar e inconscientemente llevó su mano derecha a la nuca.
Aún si ya tenía la marca cicatrizada tenía que seguir con el cuello cubierto, eso significaría no poder recogerse el cabello ni peinarse de otra manera que no sea suelto porque cualquiera que la viera desde atrás se percataría de la cicatriz de una mordida enorme en su cuello.
Sin perder más tiempo se vendó y se terminó de cambiar para ir con los Kim o recorrer el pueblo.
—¡Min-ah!
La albina abandonó el bosque cuando escuchó que la llamaban a lo lejos. Ilhwa, la segunda hija de los Min agitaba su mano con entusiasmo para llamar la atención de la omega, que miraba a todas partes desconcertada.
—¡Blanquita! ¡Te necesitamos en el taller! —gritó la peligris con una amplia sonrisa. MinRi miró a su dirección y a pesar de estar descalza corrió hacia ella con una sonrisa.
—¡Unnie! ¿Qué pasa? ¿Se acumularon pedidos?
Ilhwa abrió sus abrazos con felicidad.
—¡Feliz cumpleaños! —Se lanzó al cuerpo de MinRi en un abrir y cerrar de ojos y la agitó con emoción entre risas —¡Eres toda una mujer!
