La manada de los Jeon reside en Canus, un pueblo alejado de la ciudad, ubicado en los adentros del bosque Magno, por la zona del noreste. Khal MinRi, una licántropa albina de clase omega -aunque con todas las características de una alfa- ya lleva ci...
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Discusiones y arrepentimientos
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MinRi sonrió con dulzura cuando el cabello castaño de Namjoon adoptó una forma extraña. El alfa, más dormido que despierto, se pegó a la omega de forma inconsciente, buscando el calor que en plena madrugada de enero era difícil de hallar. MinRi, como todas las noches —y ya prácticamente acostumbrada—, se puso de lado y bajó un poco su cuerpo para dejar que Namjoon se pegase más. Volvió a sonreír cuando que el mayor hundió la nariz en su cabello. En respuesta levantó su cabeza y se escondió el hueco del cuello de Namjoon, dejando que su calidez y su olor a madera la envolvieran.
Cerró los ojos, pero por más que trató, no pudo dormir. Su cabeza no dejaba de recordarle que estaba haciendo mal. Por más que su corazón se acelerara con la presencia de Namjoon, su lobo estaba quieto en su interior, sin darle importancia a ese alfa. Cuando estaba con Jeongguk, su lobo aullaba de emoción, pero solo eso. Su mente, su corazón y cada parte de su cuerpo no reaccionaban a su mirada, a su tacto.
Sin darse cuenta soltó un suspiro, que no pasó desapercibido por Namjoon.
—¿No puedes dormir? —escuchar la voz grave del alfa tan cerca la hizo sentir escalofríos.
Por más que su lobo ignorara el olor de Namjoon, no podía evitar sentirse nerviosa, mucho menos por la distancia en la que se encontraban.
—Lo siento, mis pensamientos son una maraña.
—Es tu cumpleaños Minnie ¿Hay algo que te tenga preocupada?
Namjoon no dudó en alejarse un poco de ella para mirarla con más detenimiento, buscando algo en qué basarse para ayudarla, pero no vio lágrimas ni moretones, solo la venda que cubría su cuello por completo y unos ojos tristes.
—Solo no te alejes mucho.
—MinRi... — habló con tono regañón, pero aun así la abrazó, hundiendo de nuevo su nariz al cabello blanco pero manteniendo más distancia esta vez.
No espero conseguir respuesta inmediata y cuando por fin estaba reconciliando el sueño, la albina habló:
