capítulo quince

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Yoongi

El clima en la ciudad se había torcido en los últimos días. Tras la tormenta de la pasada noche se habían sucedido una serie de lluvias fuertes acompañadas de vientos huracanados, haciendo imposible caminar por la calle sin sentirte arrastrado por el aire.

Aún así Namjoon parecía no entender que el zumbido del viento en los oídos era insoportable, y por mucho que se lo habíamos pedido, se había negado a traspasar la charla a algún lugar cubierto algo más tranquilo.

Chasqueé la lengua molesto mientras luchaba con todas mis fuerzas por que el paraguas que me estaba protegiendo de la lluvia torrencial no saliera volando por la fuerza de la corriente.

—Min está enfadado —canturreó Hoseok hincando su índice en mi tripa. Aparté su mano de un golpe mirándolo mal.

—Creo saber por qué —Namjoon escaneó mi rostro con calma—. Necesita a su princesita para sentirse bien de nuevo. Y no hablo de Jiyeon.

—No sé de qué hablas. Solo tengo frío y las manos cansadas de sujetar este puñetero paraguas.

—Ya. Claro. ¿Así que no vas a admitir que echas de menos a la hermana de Jeon?

—¿Por qué debería?

—Bueno, todos aquí sabemos que últimamente os habéis hecho muy cercanos. Y la última vez que la viste salió corriendo como si hubiera visto un fantasma. Si yo fuera tú estaría preocupado.

—¿Lo estás?

—La familia Jeon dejó de importarme hace mucho tiempo, Min. Quizá deberías hacer como yo y olvidarte siquiera de que existen. Será lo mejor para ti y tu familia.

—¡Qué irónico! Si no recuerdo mal tú tenías una relación bastante estrecha con la familia Jeon, más con Eunyeon, ¿cierto?

Namjoon entrecerró los ojos, una sonrisa socarrona filtrándose entre estos. Asintió lentamente caminando hacia mí hasta poder rodear mis hombros con su brazo, estrechándome en un medio abrazo que se sentía de todo menos amistoso.

—Precisamente por eso yo, mejor que nadie, te puedo aconsejar. Escucha, Yoongi, te aprecio, y es por eso que te lo estoy diciendo. Los Jeon están rodeados por un aura que atrae los problemas, y no del tipo de problemas normales, sino de esos que pueden salpicarte a ti y a tu familia entera y arruinaros.

—¿Cómo sabes eso?

—Cuando estés dispuesto a escucharme atentamente y abrir de una vez los ojos, aquí estaré. Llámame y hablaremos.

Lo miré a los ojos seriamente. Estos destilaban fiereza, a la par que ansia. Se moría por destapar a los hermanos Jeon. Me sacudí para deshacerme de su agarre y me separé, dejándolo expuesto a la lluvia.

Lo oí reírse a mis espaldas mientras comenzaba a caminar lejos de él y el resto del grupo. Lo miré por encima del hombro cuando llamó mi nombre.

—¿Quién eres realmente? Porque puedo jurar que ya no eres el mismo Yoongi al que solía llamar mi amigo.

—Sigo siendo el mismo.

—No te lo crees ni tú.

Hubo unos segundos de silencio profundo. Seokjin y Hoseok observaban nuestro pequeño duelo de miradas desde sus posiciones, resguardados bajo un tejadillo para no mojarse, atentos a cada uno de nuestros movimientos. Estaba a punto de poner marcha de nuevo para irme finalmente cuando Namjoon volvió a hablar evitándolo.

—Esta noche hay fiesta en el local Mono. Pásate a tomar algo, igual así logramos recuperar al viejo Yoongi.

—No me apetece ir de fiesta esta noche.

THE SYBARITE (RK #1) » min yoongi ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora