18. Ahora

5.6K 297 410
                                    

RAOUL

-Sigue todo recto por esta calle, y al final gira a la derecha -doy las últimas indicaciones a Tinet para llegar a mi casa.

Estoy nervioso, osea que no me quiero imaginar cómo estará Agoney. Le miro de reojo y veo que está jugando con su labio de abajo.
Me acerco todo lo que el cinturón de seguridad me permite, estiro el brazo y pongo mi mano en su pierna sacándole de sus pensamientos, me mira.

-Tranquilo, te van a encantar -le sonrío. Deja de retorcer su labio y lleva la mano junto a la mía.

-Eso no lo dudo —sonríe también.

-Va a ir bien, ya verás. Tu solo preocúpate por lo que quieres cenar ahora, porque yo no sé tú, pero no haber cenado antes de salir me está pasando factura. Me muero de hambre literalmente -digo exagerando la última parte. Agoney se ríe negando con la cabeza.

-Eres un dramático -dice entre risas. Le suelto la mano haciéndome el ofendido pero él alarga el brazo y vuelve a cogerla- Vale vale, puede que yo también tenga un poquito de hambre... -ríe.

-Raoul, ¿es aquí? -pregunta Tinet desde la parte delantera del coche. Me giro para mirar por la ventanilla y la veo, mi casa. Sonrío.

-Sí, es aquí. Muchas gracias por traernos.

Empezamos a salir del coche y me giro para ver la cara de Agoney. El moreno mira a la casa y a mí alternativamente.

-¿Pero... -vuelve a mirar mi casa- qué coño? -me río mientras me acerco al maletero para coger las cosas, Ago hace lo mismo- ¿Pero a quién tengo trabajando para mí, al hijo secreto del rey? -suelto una carcajada mientras saco mi maleta y la apoyo en el suelo.

-Eres idiota, ¿lo sabías? -vuelvo a mirar hacia mi casa mientras el moreno coge su maleta. Cierra el maletero y, tras despedirnos brevemente de Tinet y volverle a agradecer que nos haya traído, se va.

En cuanto perdemos de vista el coche, unos brazos me rodean por la espalda y oigo la voz del moreno junto a mi oído.

-Muchas gracias por traerme, Raoul, de verdad -permanezco estático sonriendo mientras le escucho- y... quiero cenar pizza -añade justo antes de separarse.

Empieza a avanzar hacia mi casa con su maleta y yo le sigo.

-Me gusta cómo piensas -digo sonriendo.

Cuando llegamos a la puerta, se nota que ambos estamos nerviosos. Le doy un leve apretón en la mano antes de soltarle y ponerme a buscar las llaves en mi mochila, pero, antes de que pueda encontrarlas, la puerta se abre desde dentro.

-Hombre, pero mira quiénes han aparecido por aquí -un sonriente Álvaro nos mira desde la puerta.

-¡Tete! -me acerco a él y le abrazo.

-Menos mal que habéis llegado ya, creo que no aguantaba una hora más viendo a mamá cambiar de sitio las cosas del salón preguntándome cómo quedan mejor -ríe- y el caso es que yo lo veía todo el rato igual.

Agoney y yo nos miramos y reímos.

-Bueno y tu debes de ser el famoso Agoney –dice mirando al moreno.

Veo que este se tensa un poco, nervioso.

-Sí, supongo que sí -suelta una pequeña risa suave- y tu debes ser...

Sus palabras se ven interrumpidas por el abrazo que le planta mi hermano. Agoney no tarda nada en corresponderle y, cuando se separan, puedo ver que sonríe algo más tranquilo. Respiro aliviado.

-Bueno, pues no os quedéis ahí, pasad -dice Álvaro cogiendo nuestras maletas y metiéndolas en casa- Ya están aquí -anuncia en voz alta hacia el interior.

Sing with me | RagoneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora