AGONEY
Un beso.
Le di un beso en la mejilla. No me lo puedo creer, no debería haber bebido tanto.
Y madre mía, ¿en qué momento pensé que era una buena idea salir maquillado?
Me llevo las manos a la cara tratando de tapar la impotencia que siento. Dios, dios, dios, lo he estropeado todo. Como alguien me sacara una foto ayer, se puede ir todo a la mierda.
Estoy acojonado.
Aunque por otro lado... JODER ¡Le di un beso en la mejilla! Y me cogió de la mano, y vino a por mí cuando estaba rodeado de gente queriendo una foto, y dio la cara por mí para sacarme de allí. Y bailé con él. Y se sintió todo tan bien, tan natural... Por fin.
Subo las manos de mi cara a mi pelo y tiro un poco de él incapaz de decidirme por una emoción. Por un lado tengo miedo, mucho miedo de las consecuencias de lo que hice ayer y por otro lado... me sentí vivo joder.
Ahora mismo solo espero que Manu no se entere de nada. Pero a ver, ¿cuándo he tenido yo suerte?
Manu se entera. Por supuesto. Y la bronca llega en el desayuno.
Por primera vez he decidido salir a desayunar con todos. Estoy preocupado por cómo reaccionarán, porque aunque ayer me sentí muy a gusto con ellos, igual solo lo hicieron por el alcohol y en realidad les sigo cayendo mal, no sé.
Pero no, cuando llego a la mesa lo único que me encuentro son sonrisas, "buenos días" y algún que otro "¿qué tal la resaca?" acompañado de risas cariñosas. Y me siento bien, reconfortado, como si ya no estuviera... solo.
Noto que Raoul me mira de vez en cuando, pero yo tengo demasiada vergüenza como para corresponderle, así que me limito a sonreírle tímidamente una vez y vuelvo a fijar la vista en el bol de cereales sintiendo un cosquilleo en la tripa.
Y entonces llega. Primero se oye el portazo, así que yo ya me pongo en tensión, porque sé lo que suele venir después.
Todos se callan y se quedan a la espera de ver lo que está pasando. Y entonces aparece Manu, pasa al lado de nuestra mesa, y sin parar, me habla en un tono neutro que me pone los pelos de punta.
—Agoney, tenemos que hablar. Ya.
Intento no mirar a los demás y salgo por la misma puerta que mi agente. Veo que va a empezar a gritar pero le paro, porque sé que desde aquí nos van a oír los demás. Le guío hasta mi cuarto, cierro la puerta y ahí ya me preparo para lo peor.
Veo que se queda callado y eso me produce más nervios, pero finalmente saca un periódico, que no me había dado cuenta de que llevaba, y lo lanza a la cama. Me acerco, lo abro y me quedo sin respiración.
En la portada, con letras más grandes de lo que me gustaría, se puede leer: "El cambio de look de Agoney".
Me pongo pálido. Empiezo a leer la noticia por encima, y básicamente son todo declaraciones de gente que me vio en la discoteca ayer. Hablan de que iba maquillado, definen mi vestimenta y la caracterizan de "sospechosa" –¿sospechosa de qué? Uf– y al final de la noticia se puede ver una foto en muy mala calidad en la que se supone que salgo yo bailando con alguien, juraría que es Mimi. Eso espero.
Termino de leer la noticia pero tengo miedo de levantar la vista y mirar a Manu, así que finjo que sigo leyéndola. Pero al final es él el que no aguanta más y me arrebata el periódico de las manos obligándome a mirarle.
—Agoney, ¿qué cojones?
—Manu, bueno, mira. La parte buena es que aquí solo hay declaraciones, no tienen ninguna prueba de verdad porque en la foto no se ve nada.
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Sing with me | Ragoney
Hayran KurguRaoul empieza a trabajar en la gira del cantante famoso que más odia: Agoney. Pero... ¿y si lo que más odias resulta ser lo que más necesitas? ¿Y si lo que encuentras no es lo que esperabas?