Capítulo 26 - Monca

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N/A: Holiiis! Perdon por no a ver subido capítulo el viernes pasado. Venía a hacerles una pregunta: ¿qué piensan de mi forma de escribir? se que no es la mejor, y por esa razon la quiero mejor, así que digamen que piensan sobre eso :) y en que puedo mejor o que esta mal, confio en ustedes (parece una misión de una película xD) Ojala que les guste, las quiero, Bye! :3

Capítulo 26 – Monca

 Y en ese momento mi cerebro hizo un “click”, la bombillita se prendió, ¿no entienden a qué me refiero? Más fácil, mi mente me dio una fuerte patada en el medio del culo, en ese huesito que duele lo que no está escrito, para que reaccionara y eso fue lo que paso: me di cuenta de que Nico también me lo había ocultado. No es que sea idiota, si me había dado cuenta solamente que no quería aceptarlo, mi vida es todo un cliché de una novela romántica, esperen, una cosa, no sé dónde quedo lo de “romántico”, se habrá perdido por algunas de las páginas de mi “novela romántica”.

¡Al fin te das cuenta, idiota!, me gritaba mi mente.

Ya cállate, tú fuiste la que no lo aceptaba.

Quise romper el beso alejándome de Nico, pero al intentarlo Nico me retuvo ya que tenía una mano suya en mi cuello y otra en la parte baja de mi espalda, y, en verdad, ¡estaba muy abajo!

Si antes no me violo, ahora sí que lo hace, pensé mientras miraba con los ojos bien abiertos hacia todas direcciones.

La mordí el labio infierno con fuerza, creo que fue demasiada, el abrió los ojos sorprendido y gimió mientras separa nuestros labios.

-¿Qué mierda…? –pregunto mientras se tocaba el labio pero le interrumpí.

-¡Monca!

-¿Monca? –pregunto con una ceja alzada.

-Mono y caca, ¡eso no importa! ¡No me dijiste que tenías novia!

-Te lo iba a decir –murmuro bajando la cabeza y rascándose la nuca.

¡Mierda! ¿Por qué los chicos se ven como dioses griegos cuando hacen eso? Yo lo hago y parece que tengo toda una familia entera de piojos habitando en mi cabeza.

-¡No hagas eso! –le dije mientras le restregaba las manos por su cara.

Después de terminar de hacer eso, y de asegurarme de nunca no lo volviera a hacer, me levante y camine hacia done suponía que debería estar el departamento, ya que estaba tan confundida que ya no sabía cuál era la derecha y cual la izquierda.

¡Mierda! Parezco una rubia mirando mis manos intentando diferenciar la derecha de la izquierda.

-¡Bianca! ¡Espera! –grito Nico.

Me gire, y con los ojos llenos de lágrimas, le grite:

-¡Te odio! ¡No te me acerques, monca!

Esto en serio parece una novela romántica, pensé.

El dejo de correr y me miro in entender, como si le hubiera dicho: “dime la raíz cuadrada de siete, divido por nueve mil trescientos treinta y cinco, multiplicado por ciento veinticuatro y hace réstale ocho”.

Me di media vuelta y seguí caminando. No podía correr, las estúpidas lágrimas no me dejaban ver bien.

¡Genial! Ahora tengo mocos hasta en mis labios, pensé.

Mientras caminaba hacia el departamento, llenaba todos los volantes que me daban las chicas con mocos y lágrimas.

Creo que podría acabar con la sequía, pensé.

¡Esto es guerra!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora