N/A: Hola!! Se que paso tiempo desde el último capítulo, pero... la maldita inspiració no quería venir :( Ay que ver cuando se le da por llegar :P Bueno, como no tengo tiempo, dejo para otro momento todas las gracias y el mejor comentario.
P.D.: Aca, en Argentina, ya se estan acercando las vacaciones. Lo que quieres decir que... HABRÁ MÁS CAPÍTULOS MÁS SEGUIDOS!!! WIIII... *cri cri, cri cri* A nadie le alegra? Nadie? Mueranse xD
Bueno... me despido, ojala que lo disfruten y que se rian un poquito :) Perdón si no escribo como profesional, solo lo hago para divertir un poco y ya.
Capítulo 34 – El señor Straef III
Volvimos al lugar donde habíamos visto a Nico por última vez, mm… eso sonó como si esto fuera una película de detectives, como si Nicolás se nos hubiera escapado y no que lo hubiéramos olvidado en medio de la calle… no, digo, ¿quién podría olvidarse a su amigo? Puff… si hasta me hace gracia de solo pensarlo, si…
Cuando llegamos… no fue lo que esperaba ver. Pensé que encontraríamos a Nico, en el peor de los casos, acostado en el mismo lugar donde lo habíamos dejado sin ropa y lastimado, y, en el mejor de los casos, sentado en la banca con el móvil en la mano jugando al Candy Crush, pero… sinceramente, no estaba prepara para verlo… en ese estado: con más de veinte palomas encima de él, ¡hasta parecía que las palomas eran una especia de manta que lo tapaban! No se podía ver ni un pelo de Nicolás.
-¡Palomas! –grito Alex, como un niño pequeño, voz infantil y una enorme sonrisa, mientras corría hacia las palomas, pero al acercarse, estas salieron huyendo, dejando a la vista un Nicolás todo lleno de mierda de palomas. Alex se quedó mirando como las palomas se iban alejando en el aire, frunció el ceño, y con cara de póker, dijo-: putas.
Nos acercamos a Nico, y… ¡Jesús, María y José, y todos los Santos pata al revés! ¡Qué olor a basurero!
-Agárrenme que me voy a desmallar –dijo Alysson, mientras colocaba una mano en su frente, cerraba los ojos y hacía el ademán de caerse de espaldas. Dio unos cuantos pasos hacia atrás para mantener el equilibrio, ya que no había nadie dispuesto a agarrarla.-. ¡Era una indirecta para, azulito idiota! –grito enojada, mientras señalaba a Alex.
Este, que estaba en cuclillas, concentrado contando cuanta cagada había en el cuerpo de Nico –que asco-, se levanto y se dio media vuelta ante la mención de su sobre-nombre.
-¿Yo? –Se señalo con incredulidad-, ¿qué hice ahora?
Los demás, giramos nuestras hermosas cabecitas hacia Alysson, que sería la que tendría que responder esa pregunta.
Aly frunció los labios, apretó los puños hasta que sus nudillos quedaron blancos, y con pasos decididos, se acerco a Alex.
-¡Ser tú! –le grito a la cara, cuando estaba a pocos centímetros de Alex.
Alex podría ser infantil, un tanto molesto, e idiota, pero nunca lo había visto… enojado, es más, ya estaba tan acostumbrada a su sonrisa tonta…
-¿Ser yo? –Repitió la pregunta, con incredulidad-, ¿Ser yo? –La volvió a repetir, pero esta vez con enojado-, ¡¿Y cómo quieres que sea?! –Comenzó a gritar-, ¿Sabes…? ¡No puedo ser el chico perfecto que esperas! No puedo, ¡entiéndelo! Y ya deja de coquetear conmigo, ¡no me gustas, rubia estúpida! Pensé que yo era el idiota del grupo, pero me equivoque, ¡tú eres la idiota aquí!
El Alex que conocía había desaparecido, ya no podía ver esa chispa de locura en sus ojos, tan solo… enojo.
Alysson se quedo quieta en su lugar, con las manos cerradas en un puño, los ojos que se le salían de sus orbitas, y los labios fruncidos. Hasta que… una lágrima salió por uno de ellos.
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¡Esto es guerra!
Humor¿Qué pasa cuando alguien abre su bocata? Pues pasa ¡Mierda! Gracias a, nuestra querida Bianca, están en medio de una batalla de bromas. Y dudo... que alguien salga vivo de esa. -Ganaremos -dijo Nicolás -¡Mis huevos!, que no tengo, ni tú tampoco... ¡...