Capítulo 40 - El pollito pio

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N/A: Holaaaa!! Perdón si me eh tardado un poquito más, pero es un poco más complicado poner a más personajes (aunque sean seundarios) en la historia. Pero, bueno, aquí esta xD. Solo aparecieron 6 chicas, lo sé, y así sera, irán apareciendo de a poco en cada capítulo, ¿sí? Espero que no se enojen si no aparecen como desean en la historia, hago lo mejor que puedo :3 ¡Ojala que les haya gustado! xD Tuve que buscar el pollito pio en YouTube porque no me sabía bien la canción xD Tal vez mañana suba otro capítulo :)

P.D.: No pondre más el mejor comentario...

P.D.2: Capítulo dedicado a LuisBAlv xD Ya que, al menos, tres veces le escribí como si fuera chica xD

Capítulo 40 – El pollito pio

-¡Ahora es el momento de… Gabriela Mendez…! -una chica con el cabello marrón y mechas californianas se subió al ring y se dirigió hacia una silla de madera, sin mirar a nadie. Traía puesto un vestido de jean que le llegaba hasta antes de la rodilla, unos lentes con marco cuadrado color negro y unas converses negras. No destacaba por nada en concreto, excepto, ¡que la conocía! Era una de mis mejores amigas cuando era pequeña y todavía creía en el gordo panzón de Papa Noel que no me traía ni un chicle. En fin, ella, yo y Alex éramos «Los Tres Flowers Powers», si, ¿ven lo idiota que era Alex? Pero… luego de un tiempo ella se tuvo que mudar y nunca más la vi… ese fue el momento en el que conocí a los otros seis, que ahora son mis mejores amigos.- ¡Contra…! -una chica morena se acerco a Panchito y le susurro algo, luego se fue y este volvió a hablar- Tenemos una noticia: una participante llamada «Irma» fue descalificada. Me acaban de informar que la vieron haciendo del uno (regando la planta, en fin, meando) y que… estaba parada. Si no me entienden, es hombre. ¡En su lugar jugara… Lea… sin apellido! –una chica rubia se subió al ring y se sentó en la silla que sobraba. Vestía un jardinero de jean negro, una básica morada abajo y unas chatitas rosa pastel.

Panchito comenzó su habitual conteo hacia atrás comenzando del diez. Cuando iba por el número cuatro, las chicas apoyaron los codos sobre la mesa, y en el dos, se agarraron las manos. Cuando se escucho el «¡…YA!», al segundo siguiente se escucho el mismo golpe sordo que se había escuchado cuando la mano de Nico había tocado la mesa.

-¡La ganadora es Gabriela Mendez! –exclamo Panchito, a la vez que se acercaba a la ganadora,  que sonreía a todo los que le aplaudían.

La otra se chica se levanto de la silla, y parecía que se quería ir, pero Pachito la detuvo y la obligo a ir al medio del ring.

-Señorita, usted perdió, así que tendrá que  tener un… castigo –le sonrió a la chica, que se notaba a millas que estaba bastante nerviosa.

La chica morena se acerco a Panchito con la misma esfera de cristal de la que anteriormente Panchito ya había sacado un papel con mi nombre. Hizo lo mismos, y luego de unos segundos, leyó un nombre:

-¡Lea Goldwolf! Que suerte, tiene tu mismo nombre.

Lea Goldwolf subió al ring y se coloco al lado de la primera Lea. La que elegiría el castigo de la perdedora, era morena, de piel y cabello, vestía una camiseta gris que rezaba «Yo soy lo que yo soy», un short verde con encaje y unas botas sin taco de color negro.

Lea Goldwolf se acero al micrófono que Panchito sostenía en su mano derecha y dijo con voz clara y fuerte:

-Quiero que bese a… -miro a su alrededor- él –señalo a un chico que estaba saliendo del baño de hombres, y, ese chico, era Ignacio, que terminara de quitarse toda la ropa de mujer y el maquillaje. Seguido, atrás suyo, estaba Nicolás. Que también había ido a quitarse toda esa ropa. No sé como hicieron para entrar en el baño de hombres, ya que estaban vestidas como mujeres.

Ignacio, contento por su suerte, se subió al ring con una sonrisa de oreja a oreja. Se acerco a la perdedora y la beso. Así, sin más, ni le dejo tiempo para echarse para atrás, para decir algo, o cerrar los ojos. Ignacio le sonrió y se bajo del ring, dejando a las dos chicas llamadas Lea congeladas en su lugar.

Le hice unas señas para que se sentara donde estábamos nosotros, y a Nicolás también.

Las dos chicas se bajaron del ring y desaparecieron entre el público.

-¡Ahora es el turno de nuestra querida Alexandra! –vociferó Pachito, al tiempo que Alex volvía a subirse al ring- ¡Contra Soledad Bernal! –una chica con el cabello negro, tez blanca, una remera celeste con la cara de Snoopy, unos leggins y unas zapatillas rosas, se subió al ring y se sentó en una silla de madera.

Lo mismo que venía sucediendo desde hace una hora: la cuenta regresiva, Alex perdiendo… pero… estaba vez no era un chico su oponente, así que Alex no pasó a la siguiente ronda, y Panchito tuvo que sacar otro papelito más de la esfera de cristal.

-¡Yuki Mc… Mc… ¿Mcklein?! ¡Que apellido más extraño, sin mencionar el nombre!

La chica dueña de ese nombre se subió al ring. Con una cabellera marrón, una remera con flores de distintos colores, un short de jean con puntos violetas esparcidos y unas zapatillas negras, hizo que todos los presentes le silbaran.

-Quiero que cante –ordenó Yuki.

-Todos vamos a morir –escuche que murmuraba Ignacio.

-¿Por qué así? ¡¿Por qué así tengo que morir?! –susurraba Nicolás, mirando el techo.

Alex tomo el micrófono y comenzó a cantar con una voz desafinada a más no poder:

-¡En la radio hay un pollito. En la radio hay un pollito y el pollito pio, el pollito pio, el pollito pio, el pollito pio, el pollito pio, el pollito pio! ¡En la radio hay una gallina. En la radio hay una gallina y la gallina coo, el pollito pio, el pollito pio, el pollito pio, el pollito pio, el pollito pio! ¡En la radio…!

Panchito le arrebato el micrófono a Alex, y dijo:

-Está bien, creo que fue suficiente por hoy y por todo el año.  

-¡Gracias, nos salvaste! –grito Alysson.

Unas cuantas risitas se escucharon de fondo.

Alex y Yuki se bajaron del ring y desaparecieron de la vista de todos.

-¡Ahora solo quedan tres chicas. Esta vez las oponentes serán… Soledad y Gabriela!

Las dos chicas subieron al ring. La cuenta regresiva, y luego de un minuto, aproximadamente, Gabriel gano.

Panchito llamo a una chica llamada María Jose Valencia para que eligiera el «castigo» de Soledad. Ella le dijo a la perdedora que tenía que recitar un poema, a lo que Soledad dijo:

-De acuerdo. En el cielo las estrellas, en el campo las espinas, y en el medio de mi pecho… una caca de gallina.

Las carcajadas del público fueron bastantes, y sirvieron para que Soledad no se sintiera tan fuera de lugar. Al final, las chicas se bajaron del ring, como todos los otros que perdieron y los que tenían que elegir el «castigo» y se perdieron entre las demás personas que ya tenían el trasero chato de tanto estar sentado en estas gradas.

-¡Y ahora, señores y señoritas, es el momento de la final! ¡Camille y Gabriela! –grito Panchito por el micrófono.

Las dos finalistas se subieron al ring y se sentaron cada una en sus respectivas sillas. La habitual cuanta regresiva y el «¡…YA!» que definiría si iríamos a Brasil o no de vacaciones.

¡Esto es guerra!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora