Capítulo 10 - ¿Qué mierda está pasando?

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Capítulo 10 - ¿Qué mierda está pasando?

Narra Bianca

 

-Conejita… ¿Cómo estás? –dijo Nicolás con noto coqueto.

¿Conejito? ¿Por qué mierda me llamaba así?

Estaba en la habitación de Alysson, sola, ya que todas las chicas habían salido al cine, con unos chicos que habían conocido en alguna parte que ellas no me quieren decir, por alguna extraña razón creo que se fueron a al bar y se encontraron a unos chicos que estaban en un pedo bastante grande.

-¿Qué quieres? –dije cruzándome de brazos

¿Quién es su sano juicio crearía que Nicolás vienen a hablarte por que si? El muy asqueroso, seguramente quiere que le diga cuanto es la talla de Alysson, o donde esconde su ropa interior  Camille.

-Es que… te estaba mirando y… -se acerca a mi y me encierra contra la pared- estas muy linda, hoy, y todos los días.

-¿What? –dije mirando a mi alrededor.

¿Estaba quedando loca o qué? ¿Acaso le habían puesto algo en la lechita de Nico?

-¿Crees que soy  Megan Fox o qué? –dije medio riendo

-No… es que solamente, eres muy linda, tierna, e inteligente… conejita

De la nada, Alex, Cristian e Ignacio entraron en la habitación y se pusieron alrededor de mi.

-¿Qué hacen aquí? –pregunte

-¿Nosotros?... –empezó Cristian

-No… Santa -lo interrumpí

-¿Santa? –pregunto Alex sin entender

-¿Están ciego o qué? ¿No ven a este viejo obeso con barba? –señale a Nicolás- además… me quiere violar –hice puchero

-Ya… ¡sigamos! –exclamo Nico, ya un poco fuero de quicio

El semi-circulo que formaban los cuatros chicos alrededor mío se fue achicando. En verdad, si hubieran grabado las caras de los cuatros monos hubieran dicho: “¡A mierda! Estos son violadores en potencia”. Tenían unas enormes sonrisas en sus (horribles) caras y sus ojos eran dos grandes esferas (horribles) saltando de sus ojos. Sí… estaban tan horribles como siempre, pero daban más miedo que de costumbre.

-¿Cristian? –pregunte mirando hacia él, necesitaba ayuda si no quería terminar como una de esas madres jóvenes que se dejaban violar por dos pesos la hora

-¿Qué… cariño? –dijo Cristian con un noto meloso insoportables

-¿Quién mierda son ustedes? ¡¿Qué les hicieron a los monos de mis horribles compañeros?! –dije desesperada

¡AAAAAAAAAHH! Péguenme tres tiros, no quería ser violada putos que se masturban viendo a Barnie el dinosaurio que fuma porro mientras nadie los ve (lo se... arruine sus infancias)

-¡Ey! –dije llamando su atención- ¡un poni salvaje volador rosita! –señale la ventana que no tenía nada de especial, más que un vidrio roto.

¡Esto es guerra!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora